
“Los planes mejor trazados de ratones y hombres [a menudo se desvían]”, escribió el poeta Robert Burns en 1785. En otras palabras, incluso nuestras estrategias más cuidadosas rara vez se desarrollan como lo imaginamos. Casi dos siglos y medio después, en un tiempo donde el futuro tecnológico se rige por IA, esta reflexión es más vigente que nunca para cualquier negocio.
Para los emprendedores, mantenerse competitivos implica crear un plan de negocio que evolucione al ritmo de la tecnología. Tras casi veinte años al frente de una empresa de software como servicio (SaaS), aprendí que planear no se trata de prever el futuro con total claridad, sino de estar preparado y ser flexible. Estas son cinco estrategias de planificación que ayudaron a que mi compañía fuera más receptiva a los cambios tecnológicos y fortalecieron nuestro crecimiento a largo plazo.
1. Incluir flexibilidad en los presupuestos
Si algo nos enseñaron los últimos años es que el cambio es la única constante –y que ese cambio puede ser rápido e impredecible, ya sea en la tecnología, la economía o la salud global–.
Para adaptarse a este panorama, es fundamental que los líderes incorporen márgenes de flexibilidad en sus presupuestos. En Jotform, eso significa destinar recursos para la experimentación y para cambios inesperados. Creamos espacio para programas piloto, pruebas internas y actualizaciones de software frecuentes, no como un extra, sino como parte esencial de nuestra planeación. Esta mentalidad nos permite adaptarnos rápidamente y explorar herramientas emergentes, como los agentes de IA, que pueden representar una ventaja competitiva.
2. Revisar el ecosistema tecnológico cada trimestre
Tu ecosistema tecnológico –las herramientas, plataformas e infraestructura que hacen funcionar tu negocio– debe revisarse de forma constante. Una base de datos o una interfaz que funcionaba bien hace seis meses puede ser obsoleta hoy.
Aunque muchas empresas revisan su stack tecnológico una o dos veces al año, en entornos donde la tecnología avanza rápidamente, lo ideal es hacerlo cada trimestre.
Haz esta revisión con una mentalidad centrada en la automatización. Con las herramientas adecuadas, es posible optimizar procesos completos y eliminar tareas manuales repetitivas, liberando tiempo para trabajos más estratégicos. En mi caso, dedico tiempo a explorar agentes de IA que puedan integrarse a nuestro sistema: herramientas autónomas que ejecutan tareas o flujos de trabajo completos con solo indicarles el objetivo.
Piénsalo como afinar el motor de tu empresa: no quieres que solo funcione… quieres que compita en primera línea.
3. Crear un comité tecnológico multifuncional
En nuestra empresa, la colaboración entre áreas es parte de la cultura. La mayoría de los proyectos involucran a distintos departamentos, y reunir conocimientos diversos no solo genera impulso, sino también mejores decisiones y mayor agilidad.
Hoy, muchas organizaciones necesitan un comité tecnológico especializado –uno que monitoree tecnologías emergentes, evalúe las herramientas actuales y proponga estrategias claras para su implementación–.
Para tomar decisiones realmente útiles, este comité debe estar integrado por representantes de distintas áreas: desarrollo, diseño, ventas, recursos humanos, finanzas y más. Esa diversidad garantiza que se escuchen diferentes perspectivas al momento de definir la dirección tecnológica de la empresa.
4. Invertir en capacitación digital
Cada vez más investigaciones muestran que los profesionales temen que la IA afecte su estabilidad laboral. Una encuesta reciente reveló que 74% del personal de TI teme que sus habilidades queden obsoletas. Aun así, muchas compañías siguen adoptando una actitud de “esperar y ver” frente a la IA, como si se tratara de una moda pasajera. Pero está claro: la IA no se va a ningún lado.
Para seguir siendo competitivas –y al mismo tiempo calmar las preocupaciones del equipo– las empresas deben impulsar la capacitación digital desde la alta dirección. La buena noticia es que la propia IA puede ser parte de la solución. Existen herramientas que ofrecen formación escalable, económica y personalizada según el rol, nivel y objetivos de cada persona.
Por ejemplo, los agentes de IA pueden diseñar rutas de aprendizaje individualizadas, sugerir materiales específicos y hasta facilitar sesiones estilo socrático para profundizar en temas clave. Imagina a un community manager que quiere especializarse en contenido generado por IA: un agente puede asignar cursos, recomendar ejercicios y programar sesiones de repaso, integrando el aprendizaje sin interrumpir la jornada laboral.
5. Observar lo que ocurre en otras industrias
Observar industrias adyacentes ya no es un consejo, es una estrategia de supervivencia. Basta recordar el caso de Blockbuster. Al ignorar los avances en tecnología, comercio electrónico y las nuevas demandas de conveniencia del consumidor, la empresa perdió la oportunidad de evolucionar. En 2010 se declaró en bancarrota. Hoy, Netflix lidera el mercado en 2025.
Quienes se mantienen atentos a la innovación más allá de su sector suelen adoptar más rápido las soluciones correctas. Identifica líderes de opinión relevantes, consulta plataformas como G2 para evaluar herramientas y mantente al día con las tendencias tecnológicas. Es posible que tus planes no se desarrollen como esperabas, pero con las herramientas adecuadas, siempre podrás adaptarte.