
El servicio de streaming independiente Mubi recaudó la asombrosa suma de 100 millones de dólares de Sequoia Capital. Poco después, sus seguidores comenzaron a organizar un boicot por dicho financiamiento.
Mubi había construido una audiencia fiel de cinéfilos gracias a éxitos como The Substance y Decision to Leave. Pero cuando algunos suscriptores analizaron el portafolio de inversiones de Sequoia Capital, muchos acudieron a X para denunciar a la plataforma. Señalaron los vínculos de Sequoia con la campaña militar de Israel en Gaza, destacando su inversión en la startup israelí de tecnología de defensa Kela.
A pesar de que Mubi emitió un comunicado público, sus redes sociales siguen inundadas de banderas palestinas y publicaciones sobre suscripciones canceladas. La crisis plantea preguntas más amplias sobre las fuerzas financieras que están moldeando al mundo del cine independiente.
La crisis del financiamiento en Mubi
Fundada en 2007, Mubi se sostuvo durante una década gracias a una base leal de amantes del cine. Luego, algunos de sus títulos comenzaron a destacar, especialmente The Substance, un body horror protagonizado por Demi Moore que recaudó 80 millones de dólares. Entre 2016 y 2025, Mubi pasó de tener 100,000 a 20 millones de suscriptores. Ese crecimiento le permitió invertir en más producciones. En el Festival de Cannes 2025, Mubi fue uno de los principales compradores, adquiriendo títulos como The Sound of Falling y Die My Love, protagonizada por Jennifer Lawrence.
El éxito de Mubi también le ayudó a asegurar un financiamiento importante. Tras cerrar una ronda de inversión de 100 millones de dólares, la empresa alcanzó una valoración estimada de 1,000 millones. La ronda fue liderada por Sequoia Capital, firma conocida por respaldar a compañías como Nvidia, Reddit y PayPal. Sequoia también lideró una ronda semilla de 10 millones para Kela, una empresa israelí de tecnología de defensa impulsada por inteligencia artificial, fundada por cuatro exoficiales de inteligencia israelí, uno de los cuales fue también gerente general de Palantir Israel. Esa conexión provocó indignación entre muchos seguidores de Mubi.
En X, usuarios organizaron un boicot contra la plataforma tras enterarse de sus vínculos con Sequoia. Un volante de protesta afirmaba que Sequoia está “profundamente implicada en el genocidio del pueblo palestino”. A medida que las publicaciones ganaban visibilidad, Mubi publicó un comunicado en Instagram que muchos consideraron insuficiente. Las publicaciones de la empresa —incluso las que no están relacionadas— siguen recibiendo comentarios de suscriptores molestos.
Consultada por Fast Company, Mubi envió el mismo comunicado publicado en Instagram:
“En los últimos días, algunos miembros de nuestra comunidad han comentado sobre la decisión de trabajar con Sequoia debido a su inversión en empresas israelíes y a las opiniones personales expresadas por uno de sus socios. Las creencias de inversionistas individuales no reflejan los valores de MUBI.”
Cómo el gran capital invadió el cine independiente
Mubi no es la única que enfrenta controversias por sus fuentes de financiamiento. A24, conocida por películas como Civil War y Moonlight, está valorada en 3,500 millones de dólares. En 2024, A24 aceptó una inversión de 75 millones de Thrive Capital, una firma que también ha invertido más de 1,000 millones en OpenAI. Algunos fanáticos se sintieron decepcionados de que A24 —supuesta defensora del arte hecho por humanos— se alineara con inversionistas que impulsan el desarrollo de videos generados por inteligencia artificial.
Otros estudios de cine independiente no solo reciben dinero de grandes firmas: son propiedad de ellas. Annapurna Pictures, productora de Her y Hustlers, pertenece a Megan Ellison, hija de Larry Ellison (cofundador de Oracle) y hermana de David Ellison, CEO de SkyDance. Neon, distribuidora de Anora, es propiedad de The Friedkin Group, que invierte fuertemente en automotrices como Toyota. Focus Features pertenece a Comcast. Sony Pictures Classics a Sony. IFC Films está bajo AMC.
Algunos rezagados aún mantienen un camino más independiente. Blumhouse Productions se enfoca en películas de terror de bajo presupuesto y escalables, lo que le permite operar sin grandes inversiones externas. Briarcliff Entertainment aprovecha su falta de accionistas para apoyar proyectos más arriesgados, como The Apprentice y Magazine Dreams, protagonizada por Jonathan Majors.
Pero la mayoría de los cineastas independientes no pueden escapar del influjo de Wall Street, las big tech o inversionistas poderosos que han entrado al mundo del entretenimiento. Estos vínculos financieros suelen dejar a los fanáticos en un dilema ético —un dilema que hoy intentan resolver muchos suscriptores de Mubi.