
¿Hotel o Airbnb? Esa es una pregunta que muchos se realizan al planear un viaje de placer. Quienes se inclinan por la primera opción lo hacen, en su mayoría, por el hecho de tener disponibles la limpieza de la habitación, un gimnasio, comida y concierge.
En una actualidad donde Airbnb ya paga impuestos y cuotas relacionadas al turismo, al igual que sus competidores, solo era cuestión de tiempo antes de que creara la pestaña de Servicios en su app, lo cual sucedió en 2025 durante el Summer Release. “La gente elige hoteles por sus servicios. La gente elige Airbnb por el espacio”, añadió Chesky. “Ahora te ofrecemos lo mejor de ambos mundos: casas increíbles con servicios que las hacen aún más especiales”.
¿Pero cómo comprobar dicha promesa? Sobre todo cuando da paso a que pensemos en hacer nuestro propio viaje tailor-made, en lugar de pagarlo en una agencia, en un solo lado.
Un fin de semana en Puerto Vallarta es una buena manera de probar la aseveración cobre “los dos mundos”. Por lo que reservar un alojamiento con piscina y vista así como acceso al mar es el punto de partida, tal como elegirías un hotel cuando vacacionas (incluida la limpieza diaria del sitio).
Si bien, hay alojamientos que de antemano ofrecen un cocinero, los servicios te permiten degustar los platillos de los chefs de la región sin salir del Airbnb, con el aval de varios años de experiencia y reseñas reales en sus perfiles. Pero en donde realmente empieza la experiencia de la personalización es cuando los distintos huéspedes pueden hacer actividades diferentes.
Así como hay quien prefiere un masaje para iniciar el día, siempre hay quien quiere un facial en la tarde, luego de un día de yoga en paddle o en la playa. Esto siempre pasa en los grupos y, como en todo, la opción de hacer algo diferente siempre es bienvenida. De repente, los foodies tienen una cata de tequila junto a la alberca, con bocadillos gourmet. Y quienes prefieren experiencias más enfocadas al wellness pueden acceder a ellas en un segundo. ¿Te animarías a intentarlo?