¿Necesitas a alguien que diga “no” en el trabajo? Anima a tu equipo a dar retroalimentación honesta

Todos conocemos el peligro de rodearse de personas que dicen “sí” a todo. Te dicen lo que creen que quieres oír, y suelen pensar que solo quieres oír lo maravilloso que es todo. Pero todos esos elogios y afirmaciones podrían no ser útiles y pueden llevar a momentos frustrantes. Lo mismo puede suceder con la persona que solo ofrece objeciones y solo ve problemas.  

Lo que necesitas son personas dispuestas a expresar sus verdaderos pensamientos, positivos o negativos, y a brindarte retroalimentación precisa que te oriente en la dirección correcta. No quieres a alguien que solo diga “no”, pero tu equipo de trabajo debe sentirse cómodo al decirlo cuando sea necesario. Todos los “sí” y todos los “no” pueden ser igual de perjudiciales.  

Es fundamental contar con las personas que dicen “sí” y “no” en las posiciones correctas. El “abogado del diablo” es valioso en las primeras etapas de un proyecto, cuando puede ayudar a los demás a ver los problemas antes de que se conviertan en problemas. No le dejes un lugar en la mesa para decisiones finales, cuando las objeciones de último minuto pueden arruinarlo todo. Es entonces cuando espero escuchar las preocupaciones de nuestro equipo directivo, especialmente al finalizar asuntos importantes como la compra o venta de una marca o la búsqueda de puestos para empleados. 

También se debe escuchar a los nuevos miembros del equipo, pero se les debe animar a que primero hagan preguntas para comprender el proyecto. Muchos no quieren hacer preguntas por temor a parecer menos informados, cuando ocurre lo contrario. Al hacer preguntas, parecen más inteligentes. 

Manejo de la retroalimentación negativa

La forma en que reaccionas ante las críticas o las objeciones les dice a los demás si realmente las aceptas con agrado:

• No critiques la objeción de inmediato 

Discutir te hace parecer a la defensiva y sugiere que solo finges aceptar las críticas. En cambio, haz preguntas inquisitivas para comprender su punto de vista. “¿Por qué lo ves así?”

Después de escuchar todas las objeciones, aún puedes mantenerte firme en tu decisión original, pero la gente se sentirá escuchada y respetada. 

• Nunca despidas a un empleado por un comentario 

Incluso si su comentario es personalmente insultante, abstente de desestimarlo o disciplinarlo. Esto transmite inmediatamente el mensaje de que las personas pueden ser castigadas por decir lo que piensan. 

• Elogia a las personas por hablar 

Agradéceles por expresar sus sentimientos, especialmente si se trata de un tema delicado. Cuenta historias de éxito de personas que se manifestaron para animarlas a hacer lo mismo si percibes dudas.

• No propicies la crítica anónima 

Está bien para las encuestas de opinión, pero no para los proyectos importantes. El anonimato fomenta una negatividad sin sentido que puede incluso resultar insultante. Si creas un entorno que acepta todo tipo de comentarios, la gente no sentirá que debe esconderse. 

• No lo tomes como algo personal

Esto puede ser muy difícil. Nos apegamos a nuestras ideas, sobre todo si creemos que son buenas. Pero las objeciones rara vez son personales, así que acéptalas sin ofenderte.  

Recuerda: Las objeciones dirigen el barco

Siempre se siente bien escuchar cosas buenas, pero nadie triunfa solo con elogios. Piensa en tu equipo como un barco. Si se dirige hacia las rocas, necesitas a alguien que te alerte para que cambies de rumbo y evites encallar. 

Busca un equilibrio entre la retroalimentación negativa y positiva. Tu equipo debe saber que escucharás y aceptarás las objeciones. La cultura empresarial debe permitir que todos expresen sus opiniones, ya sean buenas o malas.