Kilimo: la agricultura regenerativa es la ruta para fortalecer el agua, la economía y la resiliencia en México

México ocupa el tercer lugar mundial en exportaciones de frutas y hortalizas (SIAP), Estados Unidos es su principal destino comercial, seguido por Canadá y la Unión Europea. Este último conglomerado de países ha clasificado a México como país de “riesgo estándar” en su nuevo reglamento para productos libres de deforestación. 

En este escenario, la sostenibilidad ya no es opcional: es un nuevo estándar que responde a la creciente exigencia de los mercados internacionales en temas como la trazabilidad, el cuidado del suelo, el uso responsable del agua y el respeto por la biodiversidad.

La agricultura regenerativa ofrece una respuesta concreta a los desafíos en la producción de alimentos, y al mismo tiempo se posiciona como una intervención interesante para aquellas empresas con objetivos de sustentabilidad que quieren posicionarse como agentes de cambio en sus comunidades. 

Con foco en la restauración de suelos, la eficiencia hídrica y la resiliencia productiva, la agricultura permite no solo cumplir con las nuevas normativas en alimentos, sino también generar alianzas entre los agricultores y las empresas que comparten un mismo territorio.

“La agricultura regenerativa no es una moda pasajera. Es una jugada estratégica para quienes entienden que el futuro se siembra hoy. Lo que nace de la tierra ya no es solo alimento: es desarrollo, es economía real, es impacto. Y lo más poderoso es esto: cuando las empresas se animan a pisar el surco, cuando dan el primer paso y trabajan codo a codo con el agro, el potencial se multiplica”, dice Jairo Trad, CEO y cofounder de Kilimo.

¿Qué es la agricultura regenerativa y por qué es vital para México?

La agricultura regenerativa es un enfoque holístico que busca restaurar y mejorar nuestros recursos naturales, promoviendo la salud del suelo, la biodiversidad y la resiliencia climática. Esta estrategia contribuye a la sostenibilidad ambiental, aumenta la productividad económica y fortalece el bienestar social de las comunidades rurales. “En un país donde el 70% del agua dulce se va al campo y el 50% se pierde en el camino, adoptar prácticas regenerativas  es una alternativa: es una urgencia para el agro y una invitación para las empresas con metas de sustentabilidad”, afirmó Trad.

El impacto en la economía y el comercio internacional

La reciente clasificación de México como país de “riesgo estándar” resalta la importancia de demostrar origen libre de deforestación y asegurar prácticas responsables en toda la cadena productiva. Las prácticas regenerativas ofrecen herramientas concretas para cumplir con estos requisitos, mediante sistemas que garantizan la trazabilidad, el uso eficiente del agua y la protección de los recursos naturales.

Por ejemplo, en Guanajuato y Querétaro, la adopción de prácticas de conservación en cultivos de cebada bajo riego ha permitido optimizar el uso del agua en aproximadamente 1,000 m³ por hectárea. Si se amplía esta iniciativa a 60,000 hectáreas, se podrían ahorrar cerca de 60 millones de metros cúbicos de agua, contribuyendo a disminuir la sobreexplotación de acuíferos, que actualmente caen en promedio 3 metros por año.

Tres beneficios concretos para México

1. Mejores suelos y cultivos más resilientes. la recuperación de la salud del suelo y la implementación de técnicas como la rotación de cultivos y la cobertura vegetal aumentan la resistencia de los cultivos frente a las variabilidades climáticas y plagas.
   
2. Restauración de ecosistemas: la adopción de prácticas sostenibles ayuda a reducir la erosión, la salinización y la compactación del suelo, mejorando la calidad del agua y favoreciendo la biodiversidad.
   
3. Fortalecimiento de las comunidades: capacitar y acompañar a pequeños agricultores en la transición hacia sistemas regenerativos genera empleo, aumenta la seguridad alimentaria y promueve un desarrollo económico más equitativo.

Trad reafirma que “Estamos trabajando codo a codo con productores en Lerma y Apaxco, Estado de México, donde impulsamos proyectos piloto con rotación de cultivos, manejo integrado de malezas y siembra en hileras de grano fino. ¿Qué resultados esperamos? Suelos más vivos, menos uso de agua y una oportunidad real de exportar con trazabilidad y sustentabilidad. Porque cuando se trabaja bien desde la tierra, México no solo produce: lidera.”

Según Kilimo, el objetivo con su intervención en agricultura regenerativa es tender puentes entre empresas con metas de sustentabilidad y agricultores que quieran adoptar estas prácticas y construir transversalmente un futuro donde el agua sea el conector y México sea un país más competitivo, justo y resiliente.