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Tesla intentó reinventar las gasolineras, pero se equivocó sobre el futuro de la carga eléctrica

Algunas estaciones de carga, como la de Tesla, quieren convertir la recarga eléctrica en toda una experiencia, pero el futuro de los autos eléctricos apunta en otra dirección.

Tesla intentó reinventar las gasolineras, pero se equivocó sobre el futuro de la carga eléctrica [Foto: I RYU/VCG/Getty Images]

En el nuevo Tesla Diner de Hollywood, un autocinema retrofuturista, puedes ver un cortometraje de unos 30 minutos (la duración típica de una sesión de carga en un Supercharger) mientras cargas tu auto eléctrico. También puedes almorzar. En el menú hay una hamburguesa Tesla con salsa eléctrica. Todo esto sucede en un espacio que busca reinventar las gasolineras, con 80 cargadores disponibles para los visitantes.

No es el único intento de reinventar las gasolineras en la era de los autos eléctricos. Una startup llamada Rove abrió el año pasado un centro de carga que incluye una sala de estar donde los conductores pueden sacar sus portátiles y ponerse al día con el trabajoIonna, una coalición formada por fabricantes de autos, está construyendo puntos de recarga que también incluyen salas de estar y café. La lógica es simple: si cargar un vehículo eléctrico toma más tiempo que llenar el tanque, las gasolineras deben transformarse en espacios donde todos quieran estar.

Pero esto no se convertirá en el futuro de la carga de autos eléctricos, o al menos solo será una parte. Elon Musk dijo que, si el local de Hollywood funciona, quiere construir una red de restaurantes. Pero no hay que emocionarse tanto: Tesla se tardó siete años en abrir el que acaba de inaugurar. Tal vez sirva como solución temporal, pero la mayoría de los sistemas de carga terminarán siendo muy distintos.

Lo cierto es que la carga ultrarrápida ya está entre nosotros. En China, BYD lanzó autos eléctricos con baterías que pueden recargarse en cinco o seis minutos y ya está construyendo una red de cargadores para hacerlos viables. También están en desarrollo las baterías de estado sólido, que permitirán una carga más rápida cuando lleguen al mercado. Si esta tecnología se vuelve común, el modelo de la gasolinera tradicional no tendría que desaparecer.

Aun así, lo más probable es que las gasolineras vayan perdiendo relevancia conforme la carga de autos eléctricos se integre en más espacios. En Estados Unidos, por ejemplo, entre 80% y 90% de los conductores cargan su auto en casa la mayor parte del tiempo. Es más cómodo, más barato y mejor para la batería y para la red eléctrica: cargar lento, durante varias horas, ayuda a evitar picos de consumo y reduce el desgaste de las baterías (aunque la tecnología de carga rápida mejora cada vez más, representa un reto energético a gran escala).

Para quienes viven en departamentos, ya es más común encontrar cargadores compartidos en los estacionamientos, lo que permite recargar por las noches. En algunas ciudades también se instalaron cargadores en banquetas o espacios públicos.

Si los autos eléctricos se cargaran en el trabajo, en medio de las largas jornadas, incluso podrían ayudar a almacenar el excedente de energía solar, sin necesidad de invertir en grandes sistemas de baterías.

Cuando se necesite una carga rápida, no hay que ir tan lejos. Muchos lugares a los que ya vamos —tiendas, cafeterías, supermercados— ya empiezan a integrar estaciones de carga. Starbucks instaló cargadores en algunas sucursales de Estados Unidos. Cadenas como Dunkin’ o Chick-fil-A también tienen sucursales donde se pueden cargar autos. Walmart planea ponerlos en miles de sus tiendas.

Al final del día, los coches pasan 95% del tiempo estacionados. A diferencia de los autos de gasolina, no necesitan supervisión mientras se cargan. Así que más que reinventar la gasolinera con entretenimiento, lo que necesitamos es poner cargadores en los lugares donde ya dejamos el coche.

Author

  • Adele Peters

    es una escritora senior en Fast Company que se enfoca en soluciones para el cambio climático y otros desafíos globales, entrevistando a líderes como Al Gore y Bill Gates, así como a emprendedores emergentes en tecnología climática, como Mary Yap. Contribuyó al libro más vendido "Worldchanging: A User's Guide for the 21st Century" y a un nuevo libro del Centro Conjunto de Estudios de Vivienda de Harvard titulado "State of Housing Design 2023".

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Sobre el autor

es una escritora senior en Fast Company que se enfoca en soluciones para el cambio climático y otros desafíos globales, entrevistando a líderes como Al Gore y Bill Gates, así como a emprendedores emergentes en tecnología climática, como Mary Yap. Contribuyó al libro más vendido "Worldchanging: A User's Guide for the 21st Century" y a un nuevo libro del Centro Conjunto de Estudios de Vivienda de Harvard titulado "State of Housing Design 2023".

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