
Tesla se dirige a toda velocidad hacia una colisión frontal con las realidades de la industria automotriz. En medio de protestas por la relación del CEO Elon Musk con el gobierno de Donald Trump, y con una línea de modelos estancada y tecnología obsoleta, los ingresos de Tesla en el primer trimestre de 2025 cayeron 9% interanual, hasta los 19,340 millones de dólares (mdd), mientras que las entregas globales se redujeron 13%. El segundo trimestre fue igual de preocupante: Tesla entregó solo 384,122 autos (una caída del 13 %) y registró ingresos por 22,500 mdd, 12% menos que el mismo periodo del año anterior. Las ventas de Tesla han sido superadas por las de la china BYD durante tres trimestres consecutivos.
Pero Musk quiere que los fans de Tesla no se preocupen. En lugar de enfocarse en la caída de las ventas, dedicó buena parte de sus declaraciones iniciales en la última llamada de resultados a hablar del enorme potencial del servicio de Robotaxis de Tesla y del robot humanoide Optimus para hacer que la empresa —y sus inversionistas— se vuelvan inmensamente ricos.
Sin embargo, esas promesas siguen siendo bastante vacías. El servicio de Robotaxi de Tesla, lanzado en Austin en junio, sigue siendo una prueba limitada por invitación en una pequeña zona geográfica delimitada. Su competidor Waymo ya opera más de 100 vehículos totalmente autónomos en la plataforma de Uber en esa ciudad, cubriendo un área de 145 kilómetros cuadrados. Tesla cubre una fracción de eso, en una zona con forma de pene, porque Musk se considera un genio de la comedia. (“Se va a volver más grande y más largo”, dijo a inversionistas en la llamada). Además, sus vehículos están llenos de fallas peligrosas que revelan las limitaciones de la solución de conducción autónoma de Musk, que depende fuertemente de operadores remotos para evitar accidentes fatales.
Semanas después del lanzamiento, la ciudad de Austin informa que la prueba sigue limitada a entre 10 y 20 vehículos Model Y, que no se parecen en nada al diseño del Robotaxi que Musk presentó originalmente. Mientras tanto, los servicios de taxis autónomos de Waymo (Google) y Apollo Go (Baidu) continúan expandiéndose globalmente, con miles de autos en circulación, gracias a diseños que combinan inteligencia artificial con sensores ópticos, de radar y láser.
El otro sueño: Optimus
La otra gran promesa es Optimus, el robot humanoide que, según Musk, podría transformar a Tesla en un imperio con un valor de mercado de 25 billones de dólares. En su visión, legiones de androides eléctricos de 1.73 metros de altura, impulsados por IA de nivel automotriz, transportarán baterías, moverán carros con piezas y apilarán láminas metálicas en las gigafábricas de Tesla, realizando tareas monótonas y propensas a lesiones que ningún humano quiere hacer.
Según Musk, estos robots estarán trabajando en las líneas de ensamblaje de Tesla para finales de 2025. El próximo año, empezarán a operar en almacenes y centros logísticos externos en toda América del Norte. En cinco años, promete que Tesla fabricará un millón de unidades al año. En una década, podrían haber 100 millones de robots en operación para tareas como reabastecimiento de inventario, entregas, cuidado de personas mayores y más. Todo esto impulsaría el precio de las acciones de Tesla justo cuando su línea de autos eléctricos comienza a mostrar vulnerabilidades.
“El potencial de Optimus supera los 10 billones de dólares en ingresos. Es una locura”, dijo Musk en abril. “Será el producto más grande de todos los tiempos”, reiteró en la llamada de resultados del 22 de julio.
Pero, al igual que con el Robotaxi, no parece que las cosas estén saliendo como lo prometió. Es difícil creer que Optimus se materialice de forma significativa en el plazo previsto por Musk. Más aún, parece poco probable que el programa despegue lo suficientemente rápido como para competir con empresas que ya están más avanzadas en el desarrollo y despliegue de robots humanoides, especialmente en China, donde los competidores dominan la cadena de suministro para producir a gran escala.

Los analistas de mercado predicen que el mercado total de robots humanoides podría alcanzar entre 13,000 y 38,000 millones de dólares entre 2030 y 2035, lo que hace matemáticamente imposible la predicción de Musk de 10 billones anuales en ingresos durante la próxima década. Según Jeff Cardenas, CEO de Apptronik (creadores del robot Apollo 1), esta industria está en su “era Macintosh”.
“Esto es como principios de los 80 para las computadoras personales”, dijo Cardenas. “Estamos en los primeros días”. Eso deja espacio para que Tesla alcance a sus rivales, pero también evidencia la enorme brecha entre la visión de Musk y la realidad técnica.
La realidad de Optimus hoy
La producción se detuvo en junio debido a problemas como sobrecalentamiento de articulaciones, muñecas inestables y baterías que se agotaban antes del almuerzo. Para entonces, solo unos 1,000 robots habían salido de la planta piloto en Fremont, California, con un costo de fabricación estimado en 60,000 dólares por unidad. Según videos, se movían a menos de la mitad de la velocidad de los humanos que supuestamente debían reemplazar.
Tesla ahora trabaja en un rediseño del robot y evalúa nuevos proveedores para sus componentes clave, lo que generará más retrasos. Según AInvest, Tesla había adquirido piezas para fabricar 1,200 unidades, pero la suspensión del abastecimiento hace “prácticamente inalcanzable” la meta de 5,000 unidades que Musk había planteado para 2025. (The Information confirmó esta información.)
En la llamada del segundo trimestre, Musk dijo que trabajan en un prototipo Optimus 3: “Vamos a rehacer muchas cosas, así que probablemente tengamos prototipos a finales de este año y producción en escala el siguiente.”
Esto podría explicar la salida de Milan Kovac, jefe del proyecto Optimus, en junio. Kovac dejó la empresa alegando razones familiares. El proyecto ahora está bajo Ashok Elluswamy, jefe del sistema Autopilot.
Algunos robots Optimus de diseño anterior están en fábricas de Tesla realizando tareas limitadas, como doblar camisetas o mover baterías lentamente. Musk también publicó un video de un Optimus sirviendo palomitas en el nuevo Tesla Diner en Hollywood, aunque el video fue acelerado para parecer que el robot opera a ritmo normal.
Ese restaurante al estilo Los Supersónicos, que también incluye una estación de carga Supercharger, fue inaugurado justo antes del reporte del segundo trimestre, como una distracción más: Musk no ha cumplido su promesa de ofrecer baterías que se carguen tan rápido como llenar un tanque de gasolina, así que ahora invita a los conductores a comer hamburguesas mientras esperan. El robot sirviendo palomitas es simplemente un truco publicitario.
Un problema magnético
Los problemas de Optimus son profundos, empezando por los imanes de tierras raras que necesita para alimentar sus motores. Sin estos imanes, es imposible fabricar robots que se muevan con la velocidad y precisión de los humanos. Aunque Tesla no ha revelado la cantidad de imanes que necesita Optimus, el analista Luke Lango afirma que podría usar hasta 3.6 kg de imanes. (Un robot humanoide típico necesita más de 40 servomotores, y cada uno de ellos requiere hasta 100 gramos de imanes).
En marzo, Musk atribuyó los problemas de fabricación de Optimus a la falta de imanes de tierras raras. Pekín había cancelado las exportaciones cuando el ex mejor amigo de Musk declaró una guerra comercial contra China. En junio, el Ministerio de Comercio de China reanudó la emisión de permisos para la exportación de imanes de tierras raras, frenándolas al tiempo que reprimió el contrabando. Pero este es un problema que no se resolverá pronto, o nunca. Mientras existan tensiones geopolíticas, ninguna empresa occidental puede confiar plenamente en los imanes chinos.

El gobierno de Estados Unidos está intentando detener el dominio chino invirtiendo en MP Materials, una empresa estadounidense que acaba de construir una pequeña cadena de suministro de imanes que todavía se encuentra en estado embrionario. Para fabricar los millones de imanes que Musk necesita para que Optimus triunfe a gran escala, Tesla tendría que situarse a la vanguardia, por delante de todos, desde fabricantes de automóviles hasta distribuidores de dispositivos, incluyendo a Apple (que se sumó a la quimera de MP Materials este mes). Una cadena de suministro así será muy difícil de construir y podría desintegrarse en cualquier momento.
¿Diseñado para fracasar?
IIncluso si —y esto es un si, una posibilidad tan grande como la de Starship— Tesla logra asegurar una cadena de suministro estable para aumentar la producción a los niveles que Musk necesita, el diseño de Optimus podría estar condenado al fracaso desde el principio.
Tesla busca el factor de forma más complejo en robótica, los humanoides, sin lidar, lo que significa que sus robots se enfrentarán a los mismos problemas que afectan al modo de conducción autónoma completa y al robotaxi de la compañía. Aunque Musk afirma que el lidar es para perdedores, el uso exclusivo de cámaras convencionales ha demostrado ser insuficiente para comprender el mundo que rodea a los coches, lo que ha provocado accidentes. (De 2019 a 2023, el piloto automático de Tesla estuvo involucrado en 736 accidentes, incluidos 17 mortales. Y eso sin contar los cuasi accidentes y los choques contra parachoques).
Lo mismo ocurrirá con los robots, razón por la cual muchos de los rivales de Tesla, incluyendo startups como Unitree y AgiBot, se apoyan en conjuntos de sensores de eficacia probada. E incluso entonces, el factor de forma humanoide podría no ser adecuado en algunos entornos. Chris Walti, el primer responsable de Optimus de Tesla, quien dejó la empresa en 2022 para fundar Mytra, la startup de robótica no humanoide, argumentó recientemente que los robots con forma humana son “la opción equivocada para el trabajo en fábricas” porque la forma humana “evolucionó para escapar de lobos y osos”, en lugar de realizar tareas industriales repetitivas, lo que lo convierte en un “sistema subóptimo”.

La realidad actual es que la automatización especializada y diseñada específicamente supera consistentemente a los robots humanoides de propósito general en cuanto a costo, confiabilidad y eficiencia para tareas industriales. Esto convierte el enfoque de Tesla en un costoso ejercicio de ingeniería y en uno que podría carecer de una estrategia comercial viable. A menos que Optimus se transforme en algo más resistente, fácil de fabricar y mucho más económico (el modelo de Unitree tiene un precio de 16.000 dólares), seguirá siendo un objeto de interés en las salas de exposición durante mucho tiempo.
Cárdenas, de Apptronik, sigue siendo optimista sobre los humanoides, argumentando que algún día podrán implementarse para realizar una multitud de tareas. (La mayoría de los robots actuales se crean para un solo propósito). “En mi opinión, la clave para que la robótica escale es la versatilidad”, afirma, señalando su convicción de que algún día veremos humanoides en todo el mundo, tanto con patas como con ruedas. Los inversionistas parecen estar de acuerdo. La financiación para el sector ha crecido enormemente, especialmente en China, donde la industria de los robots humanoides está más avanzada.
Allí, la financiación total alcanzó los 4.400 millones de dólares en julio de 2025, duplicando el máximo del año anterior, según datos de ITjuzi, que analiza el mercado de capital riesgo de China. El 21 de julio, el gigante chino del comercio electrónico JD.com anunció inversiones en tres startups chinas de robótica: Engine AI, LimX Dynamics y Spirit AI.
Por otro lado, Unitree, con sede en Hangzhou, alcanzó la categoría de unicornio en junio con una nueva ronda de financiación que la valoró en más de 1.300 millones de dólares. Entre los inversores se encontraban Alibaba Group Holding y su filial Ant Group; Tencent Holdings; China Mobile; el fabricante de automóviles Geely; y Jinqiu Capital, una firma de inversión fundada por exempleados de ByteDance.
Muchas de estas empresas chinas ya están captando clientes. UBTech, que cotiza en la bolsa de Hong Kong, consiguió una compra por 12,6 millones de dólares del exportador estatal de automóviles MiEE (Shanghai) Automotive Technology, con diferencia la mayor operación en la industria de los humanoides. Unitree y AgiBot también cerraron acuerdos con el operador de telecomunicaciones China Mobile, por valor de 6,4 y 10,9 mdd, respectivamente. El fundador y director ejecutivo de Unitree, Wang Xingxing, afirmó que los ingresos anuales de la compañía habían superado los 139.4 mdd.
Estas cifras están muy lejos de los billones que desea Musk, pero demuestran que Tesla se está quedando atrás. Hace tres meses, prometió una legión de robots Optimus en sus fábricas para fin de año. Viendo el estado actual del proyecto, su fiesta de 100 millones de robots empieza a parecerse al Fyre Festival de la robótica.