
Uno de los mejores indicadores de tu felicidad laboral es si tienes compañeros cercanos. No necesariamente necesitas ser amigo de tus compañeros —es decir, quizás no quieras hacer planes con ellos fuera del trabajo—, pero sí quieres tener gente con la que puedas hablar y compartir tus experiencias.
Desafortunadamente, muchas personas sienten que no conocen bien a nadie en el trabajo. Los lugares de trabajo se han vuelto más eficientes, por lo que hay menos tiempo para charlar y fortalecer las relaciones. Además, incluso en lugares de trabajo donde todos trabajan presencialmente, muchas reuniones se realizan por videoconferencia, por lo que es difícil conectar con los compañeros antes o después para intercambiar algunas palabras.
Si te sientes solo en el trabajo, hay algunas cosas que puedes hacer:
1. Haz espacio y tiempo para las relaciones
Cultivar mejores relaciones con los compañeros puede parecer una pérdida de tiempo, pero no lo es. No solo ayuda a aumentar la satisfacción laboral, sino que tener compañeros cercanos también contribuye a generar confianza.
Cierto grado de confianza implica demostrar a los demás que cumplirás con las tareas prometidas y que harás bien tu trabajo. Pero gran parte de la confianza se construye mediante el desarrollo de relaciones. Tiendes a confiar en las personas que conoces bien. Al compartir detalles de tu vida, muestras cierta vulnerabilidad, lo que también genera confianza.
De hecho, si lo piensas, las personas más cercanas a ti son aquellas con las que compartes gran parte de tu vida. Saben lo que te gusta, lo que quieres y lo que has hecho. Han compartido momentos buenos y malos. Ese compartir también influye en la confianza en el trabajo, por lo que es valioso dedicar tiempo a fortalecer tus relaciones con los demás.
2. Toma la iniciativa
Cuando te sientes solo en el trabajo, también puedes sentirte rechazado por los demás. Puedes mirar a tu alrededor y ver a otras personas conversando y preguntarte por qué nadie ha hablado contigo. Incluso podrías empezar a preguntarte si hay algo malo en ti que impide que otras personas quieran interactuar contigo.
En lugar de dejarte llevar por la sensación de que no mereces estar cerca de tus colegas, haz algo al respecto. Invita a un colega a tomar un café o a comer. Lleva fotos de tus hijos, mascotas, plantas o productos de tus aficiones. Crea oportunidades para que la gente te conozca mejor.
A lo largo de los años, he coleccionado y construido una variedad de modelos de Lego. He traído los modelos terminados a mi oficina y los exhibo allí. Están ahí en parte porque me parecen divertidos. Pero también sirven para generar conversaciones cuando la gente viene a mi oficina. Crea un momento informal para hablar de algo no relacionado con el trabajo que fortalece mi relación con mis colegas. Es algo pequeño, pero creo que tiene un impacto.
3. Construye un grupo en el que no hablen de trabajo
Para muchas personas, puede resultar incómodo intentar relacionarse con una sola persona a la vez. Si eres socialmente torpe, quizá no quieras mantener conversaciones largas, pero aun así te gustaría sentirte parte de un equipo.
En ese caso, podrías buscar o crear un grupo en el trabajo que se reúna ocasionalmente en torno a alguna actividad que no tenga nada que ver con lo laboral para fomentar la comunidad. Aprovecha la hora del almuerzo una o dos veces al mes para crear un club de lectura o dedica tiempo antes o después de la jornada laboral a realizar un voluntariado. Un grupo con un objetivo común es una excelente manera de conectar con tu equipo. Ese espíritu puede repercutir en el entorno laboral.
Construir un grupo como este es diferente a las actividades tradicionales de team building que suelen crearse en los lugares de trabajo. Estas actividades suelen ser impuestas al grupo. Se realizan una sola vez. Pueden ser divertidas, pero no generan nada duradero. Los grupos que sugiero buscan perdurar en el tiempo para desarrollar relaciones y crear recuerdos que, en última instancia, creen un entorno de trabajo más cohesionado.