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Cómo evitar que el estrés se adueñe de tu productividad

Alrededor del 80% de los trabajadores tienen ansiedad por productividad, pero irónicamente esto puede interferir con la capacidad para realizar el trabajo.

Cómo evitar que el estrés se adueñe de tu productividad [Foto: Unsplash]

¿Alguna vez has tenido esas semanas en las que sientes que no has hecho nada? Estás mirando la pantalla, con el mismo párrafo que has leído tres veces sin sentido. Tu mente se desvía hacia la fecha límite inminente, la conversación difícil con tu jefe, salir antes de las 3 para evitar un viaje horrible o la creciente pila de correos electrónicos sin leer. ¿Te suena? No estás solo. Casi la mitad (43%) de los estadounidenses afirman sentirse más ansiosos que el año anterior, y las presiones laborales juegan un papel importante en esta epidemia de estrés por productividad.

Según un estudio reciente, el nuevo tipo de estrés que el 80% de los trabajadores reportan se centra en la ansiedad por productividad en el trabajo. El mismo estrés que nos impulsa a trabajar más duro ahora sabotea nuestra capacidad para un buen desempeño. Comprender esta paradoja, y aún más importante, saber cómo superarla, podría ser la clave para recuperar tanto la productividad como la tranquilidad.

La ciencia del estrés por productividad: Tu cerebro bajo asedio

No es de extrañar que el mayor culpable de la ansiedad por productividad sea el estrés. Cuando el estrés llega, tu cuerpo no distingue entre un león al ataque y una revisión trimestral desafiante. El mismo sistema de alarma ancestral se activa, inundando tu sistema de cortisol, la principal hormona del estrés que puede transformarse de un motivador útil a un secuestrador dañino.

Los niveles de cortisol alcanzan su punto máximo al despertar por la mañana, y luego disminuyen a lo largo del día. Sin embargo, el estrés laboral crónico altera este ritmo natural, manteniendo el cortisol elevado cuando debería estar disminuyendo. ¿El resultado? Un cerebro con dificultades para realizar sus funciones laborales más esenciales, incluyendo la visión correcta.

Las investigaciones revelan que el impacto cognitivo es grave. Un estudio halló que los aumentos agudos en los niveles de corticosteroides se asocian con deterioro cognitivo tanto en la atención como en la memoria.

Tres maneras en que el estrés sabotea tu productividad

1. El colapso de la memoria de trabajo

Tu memoria de trabajo —el espacio mental donde gestionas la información, resuelves problemas y tomas decisiones— es particularmente vulnerable al estrés. Las tareas que la involucran y dependen de ella parecen ser particularmente sensibles a las exigencias de presión, posiblemente porque requiere una concentración y atención sostenidas que la presión aguda podría interrumpir. Esto explica por qué, bajo estrés, puedes olvidar lo que acabas de leer o tener dificultades para conectar ideas que normalmente fluyen con naturalidad.

2. El secuestro de la atención

Todas las teorías sobre la asfixia bajo presión implican la desviar la atención de la tarea en cuestión. Algunos expertos creen que el estrés dirige nuestra atención hacia las molestias físicas. Otros dicen que nos obsesionamos con cómo estamos rindiendo, lo que nos afecta negativamente. En cualquier caso, la concentración se fractura.

3. La espiral de ansiedad por la productividad

Desde que los lugares de trabajo modernos dieron origen a este nuevo fenómeno de “ansiedad por la productividad”, se ha observado un aumento significativo en el número de empleados que manifiestan la sensación de que siempre hay más que hacer, aunque no sea humanamente posible. Esto crea un círculo vicioso donde el estrés por la productividad perjudica aún más la capacidad de ser productivo, lo que genera más estrés. El estrés suele ocupar tu tiempo, haciéndote preocuparte continuamente por algo que podría o no suceder.

Quizás mi cliente Tim sea el mejor ejemplo de este escenario. Tim gestiona una función importante y crítica en una empresa aeroespacial. Con 16 subordinados directos, cientos más en su organización y un equipo de contratistas, Tim sigue siendo la persona de referencia para cualquier consulta técnica o emergencia que surja. No fue hasta hace poco que le recordé que un número saludable de subordinados directos para la mayoría de los líderes no supera los cinco, con mucho menos trabajo técnico y una intensificación laboral mucho menor, que se animó, al darse cuenta de que gran parte del problema que gestiona se debe a un diseño organizacional deficiente.

3 estrategias basadas en evidencia para recuperar tu enfoque

1. Sal a caminar al aire libre

La investigación es convincente: salir a caminar es una de las herramientas más accesibles y efectivas para combatir el estrés laboral y recuperar la concentración. Los estudios demuestran que pasar al menos 20 a 30 minutos en un entorno natural se asocia con la mayor reducción de los niveles de cortisol. Aún más impresionante, en comparación con los paseos urbanos, los paseos por la naturaleza resultaron en una disminución de la ansiedad, la rumia y los afectos negativos, así como en un mayor rendimiento de la memoria de trabajo. Los paseos, con o sin música, tienen beneficios para la salud mental.

Cómo implementarlo: Programa una caminata de 20 minutos al aire libre durante tu jornada laboral, idealmente en un espacio verde. ¿No puedes acceder a la naturaleza? Incluso los paseos urbanos ayudan. Lo bueno es que no necesitas caminar a paso ligero, ni siquiera caminar; tanto caminar como sentarse al aire libre mejoran el rendimiento cognitivo, siendo un nivel elevado de relajación.

2. Practica la recuperación estratégica del estrés

Las personas con mayor tolerancia a la frustración y la capacidad de moderar sus respuestas al estrés en el momento, tienen la capacidad de pensar con claridad y eficacia, resolver problemas durante más tiempo y participar en la toma de decisiones productivas. Ser consciente de sentirse afectado al observar cambios físicos, como cambios en la frecuencia cardíaca o una repentina sensación de ardor en el pecho cuando el estrés golpea, es un dato crucial. Una vez consciente, se pueden tomar decisiones intencionales que mitiguen las conductas reactivas al estrés: alejarse temporalmente de un problema difícil o practicar respiración profunda durante unos minutos son formas respaldadas por la investigación para mitigar el estrés en el momento. Quienes logran hacerlo amplían su tolerancia a la frustración, desarrollan la capacidad de moderar otras reacciones al estrés con confianza y experimentan menos efectos negativos a largo plazo del estrés. 

Cómo implementarlo: Incorpora periodos de recuperación a tu jornada laboral, lo que empezará a desarrollar memoria muscular. Cuando un problema se intensifica, presta atención a cómo sientes en tu cuerpo dónde aumenta la presión. Las zonas comunes donde se siente estrés corporal son el pecho, las sienes a ambos lados de la cabeza, el cuello o el abdomen. Estar atento a esto es fundamental. Una vez que seas consciente del estrés que se acumula en tu cuerpo, aléjate del problema en cuestión y tómate un descanso, como una caminata de cinco minutos, practica respiración profunda o estiramientos suaves. Después de cualquier trabajo intenso o sesiones de resolución de problemas, estas microrrecuperaciones ayudan a restablecer tu sistema de respuesta al estrés.

3. Reestructura tu entorno de trabajo para concentrarte

Las personas estresadas tienen dificultad para concentrarse y se ven atrapadas en modos de pensamiento que perpetúan el estrés, como la preocupación y la rumiación. Combate esto creando estímulos ambientales que favorezcan la concentración. Además, un espacio de trabajo organizado tiene efectos positivos sobre las distracciones y la capacidad de concentración.

Cómo implementarlo: Establece límites claros entre el trabajo que requiere mucha concentración y las tareas administrativas. Usa bloques de tiempo para reservar tu trabajo más exigente cognitivamente para los momentos en que tu nivel de cortisol es naturalmente más bajo —normalmente a media mañana, después de que el cortisol haya bajado—. Crea un “ritual de concentración”: un conjunto constante de acciones que le indiquen a tu cerebro que es hora de trabajar a fondo.

Una o dos veces por semana, aparta tiempo para ordenar tu entorno. Tira la basura, revisa el correo y elimina archivos o capturas innecesarias. Esta limpieza periférica te permite pensar con más claridad y facilita encontrar lo que necesitas.

Pequeños pasos con grandes impactos

El estrés laboral cuesta a los empleadores estadounidenses más de 300,000 millones de dólares anuales debido al ausentismo, la rotación de personal y la disminución de la productividad, pero el coste humano es aún mayor. ¿La buena noticia? No tienes por qué aceptar el estrés crónico como parte inevitable de la vida laboral moderna.

Empieza poco a poco. Elige una estrategia y comprométete con ella durante dos semanas. Observa no solo cómo te sientes, sino también cómo piensas: cómo fluyen las ideas, cómo se resuelven los problemas, cómo se agudiza la concentración. Porque cuando dominas el arte de gestionar el estrés, no solo sobrevives a la jornada laboral; liberas todo el potencial de tu cerebro para crear, innovar y destacar.

Tu yo centrado, tranquilo y productivo te espera. Es hora de liberarte del estrés y dejar que esa persona brille.

Author

  • Samantha Wasserman

    Samantha Wasserman, PCC, MA, es presidenta y consultora principal de Growth Curve Consulting, una consultora de desarrollo ejecutivo y capital humano que ofrece un conjunto de servicios integrales y altamente comprometidos para ayudar a los líderes y sus equipos en su proceso de crecimiento y cambio. Sam se especializa en la sucesión y la transición efectiva de líderes a roles más avanzados y complejos que generan un mayor impacto tanto en las empresas como en la sociedad. Es autora colaboradora del libro de próxima publicación, Lives Lost and Leadership Found: Lessons from Special Somebodies.

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    Samantha Wasserman, PCC, MA, es presidenta y consultora principal de Growth Curve Consulting, una consultora de desarrollo ejecutivo y capital humano que ofrece un conjunto de servicios integrales y altamente comprometidos para ayudar a los líderes y sus equipos en su proceso de crecimiento y cambio. Sam se especializa en la sucesión y la transición efectiva de líderes a roles más avanzados y complejos que generan un mayor impacto tanto en las empresas como en la sociedad. Es autora colaboradora del libro de próxima publicación, Lives Lost and Leadership Found: Lessons from Special Somebodies.

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Sobre el autor

Samantha Wasserman, PCC, MA, es presidenta y consultora principal de Growth Curve Consulting, una consultora de desarrollo ejecutivo y capital humano que ofrece un conjunto de servicios integrales y altamente comprometidos para ayudar a los líderes y sus equipos en su proceso de crecimiento y cambio. Sam se especializa en la sucesión y la transición efectiva de líderes a roles más avanzados y complejos que generan un mayor impacto tanto en las empresas como en la sociedad. Es autora colaboradora del libro de próxima publicación, Lives Lost and Leadership Found: Lessons from Special Somebodies.

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