
Morgan Stanley proyecta que la economía espacial alcanzará los 1.8 billones de dólares para 2035. Sin embargo, la mayoría de las empresas aún no tienen una estrategia para ello. Solo en el último trimestre, varias startups espaciales consiguieron rondas de financiación de siete cifras. El programa Artemis de la NASA también alcanzó un hito importante. Se trata de una economía muy real, de un billón de dólares, que se está formando en tiempo real, y la oportunidad de entrar pronto se está agotando rápidamente.
Criticamente, el espacio es el primer ámbito verdaderamente infinito del comercio. A diferencia de los mercados terrestres, ofrece un potencial infinito para el surgimiento de nuevas infraestructuras, nuevos servicios y nuevas economías. Y mientras muchos se distraen con la IA o el caos en la cadena de suministro, la próxima plataforma de crecimiento masivo se está formando silenciosamente sobre nuestras cabezas.
No se trata de cohetes y millonarios —se trata de agricultura, I+D y tu próximo competidor
Cuando la mayoría de la gente piensa en el espacio, imagina multimillonarios en gravedad cero o ciencia ficción cinematográfica. Pero la realidad es que se está convirtiendo en una capa de infraestructura crítica para los negocios del futuro, al igual que lo hizo internet hace 30 años. Los paralelismos son sorprendentes. A principios de la década de 1990, muchos líderes veían internet como una novedad. Hoy, es la columna vertebral de la economía global. El espacio sigue el mismo camino, pero con implicaciones aún más amplias.
Desde la biotecnología hasta la agricultura y la ciberseguridad, el espacio ya transforma industrias de forma crucial. Empresas biotecnológicas como Redwire y Varda Space Industries aprovechan la microgravedad para el desarrollo de fármacos y la bioimpresión, lo que permite avances imposibles de lograr en laboratorios terrestres.
Las empresas agrícolas utilizan imágenes satelitales en tiempo real para optimizar el uso del agua, detectar el estrés de los cultivos y mejorar la previsión del rendimiento. Plataformas como Planet Labs y Descartes Labs hacen que la agricultura de precisión sea escalable y resiliente al clima.
Los proveedores de ciberseguridad también llevan años mirando más allá de la Tierra, a medida que las redes satelitales se convierten en parte de infraestructuras críticas. Empresas como SpiderOak son pioneras en modelos de seguridad de confianza cero para activos espaciales.
El mercado se populariza y el capital fluye
En 2023, los inversores invirtieron 12,500 millones de dólares en startups espaciales a nivel mundial, a pesar de las recesiones generalizadas del mercado tecnológico. Las startups centradas en la fabricación espacial, las constelaciones de pequeños satélites y las tecnologías de lanzamiento lideran el cambio. El programa Artemis ya abre nuevas oportunidades en la Luna y el espacio profundo, mientras que actores comerciales como SpaceX y Rocket Lab están recortando drásticamente los costes de lanzamiento.
Las colaboraciones público-privadas se expande rápidamente. El Departamento de Defensa está invirtiendo en logística y movilidad espacial. La NASA financia diferentes tipos de energía, como la solar y la nuclear, y estaciones espaciales comerciales. Las firmas de capital privado están adquiriendo infraestructura terrestre y lanzando cadenas de suministro. Las empresas más inteligentes están construyendo y adaptan rápidamente sus estrategias.
Cuatro maneras de integrar el espacio en tu estrategia de crecimiento
Mientras tanto, demasiadas empresas y legisladores siguen atados a una mentalidad terrenal. El objetivo de entrar en este mercado no es convertirse en una “empresa espacial”. La mayoría de las empresas no construirán satélites ni naves espaciales. En cambio, encontrarán nuevas maneras de aprovechar las condiciones y la infraestructura únicas del espacio para mejorar sus productos, servicios y operaciones en la Tierra. O bien, tomarán productos y servicios existentes y buscarán maneras de adaptarlos al espacio.
A continuación, le explicamos cómo estar posicionado para liderar este mercado multimillonario en rápida expansión:
- Empieza a pensar como una empresa vertical del sector espacial. No es necesario construir cohetes para beneficiarse del espacio, pero sí es necesario comprender cómo funciona la industria. Estudia las cadenas de valor del sector espacial y descubre dónde podrían encajar tus productos, servicios o capacidades. Incluso empresas sorprendentes pueden entrar en el mercado. Por ejemplo, un pequeño fabricante de relojes de Albuquerque fue contratado para fabricar componentes para hardware espacial. Esto no se debió a su actividad aeroespacial, sino a que resolvió un problema de precisión único.
- Aprovecha la información obtenida por satélite para optimizar tus operaciones. Si aún no lo haces, explora cómo tu empresa puede aprovechar de forma única los datos satelitales para obtener información práctica, ya sea para rastrear cuellos de botella en la cadena de suministro, mejorar la precisión en la agricultura o identificar mercados sin explotar con análisis geoespacial.
- Colabora con startups espaciales que aborden retos específicos. Considera asociarte con startups que innoven en la fabricación en microgravedad, el mantenimiento en órbita o las soluciones energéticas espaciales. Explore la I+D compartida que se alinea con las necesidades específicas de su industria, como componentes impresos en 3D o materiales novedosos.
- Capacita a tus equipos sobre las oportunidades que ofrece el espacio. Mejora las habilidades de su fuerza laboral colaborando con universidades o instituciones de investigación especializadas en el espacio. Capacita a tus empleados para que identifiquen cómo avances como las comunicaciones cuánticas o el transporte hipersónico podrían generar fuentes de ingresos en su sector.
¿El precio de esperar? Ser irrelevante
Es hora de adaptarse, innovar y liderar. Las empresas que adopten el espacio como una oportunidad de negocio crucial no solo se prepararán para el futuro, sino que también definirán el próximo capítulo de la historia económica. Toda gran revolución tecnológica ha creado ganadores y perdedores. El espacio no será la excepción.