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Recetas para pertenecer: cocina y migración

El chef Eduardo García busca que el sector gastronómico en México sea un espacio más incluyente con la migración.

Recetas para pertenecer: cocina y migración El chef Eduard García. [Foto: @maximobistrot/Instagam]

La cocina suele ser el corazón de la casa. Un lugar de cobijo, de revolución, de trabajo, de identidad, de pertenencia. Y en un contexto donde la migración y el desplazamiento forzado hace que familias enteras se reubiquen en países ajenos a su cultura, la cocina es el último bastión para guardar su identidad. Pero también para empezar a integrarse en un nuevo lugar, al ser de los pocos trabajos —junto a la construcción— donde no es necesario tener papeles para laborar.

Así le pasó al chef Eduardo García, chef de Máximo Bistrot. Antes de lograr el éxito en tierras aztecas, fue deportado dos veces de Estados Unidos, país al que llegó siendo un niño. Y en su experiencia, la cocina no solo fue un lugar donde obtuvo una fuente de ingresos sin papeles, sino donde pudo aspirar a un futuro mejor. “La cocina para mí fue un destino, o sea, yo no escogí ser cocinero, para mí fue: ‘Tienes que trabajar y dónde no te piden papeles y educación’”, señala el chef.

Esto es importante en un contexto donde México ya no es solo un país de tránsito hacia Estados Unidos, sino que ya es un destino final para miles de migrantes. Solo en 2022, el país México recibió a 76,000 nuevos inmigrantes con residencia permanente o de largo plazo —12% más que en 2021— según el International Migration Outlook 2024 de la OCDE. Asimismo, es un país clave en materia de asilo: más de 600,000 personas han solicitado asilo desde 2018, según ACNUR; 80,000 de ellas lo hicieron en 2024.

Ni de aquí, ni de allá

La historia del chef se hizo conocida internacionalmente en 2017, cuando The New York Times publicó una pieza sobre él. Hoy, relata cómo fue el proceso de “volver a pertenecer” a México, luego de vivir en Estados Unidos tanto tiempo. No sentirse “ni de aquí ni de allá”, vivir en una cultura que no es completamente mexicana o estadounidense.

“La integración de personas retornadas y migrantes no es automática ni sencilla, sino un proceso de doble vía que requiere compromiso tanto de quienes llegan como de la sociedad que los recibe”, señala Claudia Masferrer, profesora-investigadora del Centro de Estudios Demográficos, Urbanos y Ambientales de El Colegio de México. “Hacen falta iniciativas que faciliten el acceso a vivienda, empleo, salud, educación y el reconocimiento de habilidades para que los migrantes puedan reconstruir su vida”.

Hoy, la meta del chef Eduardo es hacer de la cocina y del sector gastronómico un espacio más consciente de la migración. También visibilizar las contribuciones culturales y sociales de los migrantes y generar puentes entre distintos sectores para avanzar hacia prácticas más incluyentes.

“Nuestra comunidad está comprometida con construir una sociedad más incluyente, donde la gastronomía sea un espacio de respeto, integración y oportunidades para todos. Hacemos un llamado al sector restaurantero y a toda la industria gastronómica a sumar esfuerzos, abrir puertas y generar iniciativas o espacios de conversación como este que brinden apoyo real a quienes más lo necesitan”, dice el chef.

Author

  • Marissa Espinosa

    es editora de Fast Company México. Ha trabajado en National Geographic Traveler, TV Azteca y Business Insider México. También ha colaborado en títulos como Fortune en Español.

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Sobre el autor

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