
Es difícil y arriesgado hacer predicciones sobre hacia dónde se dirige una industria a la vez tan joven y fluctuante como la del podcasting. Recientemente, un informe de la consultora Owl & Co. reveló que el tamaño global del negocio del podcast es más grande de lo que pensábamos: el año pasado generó 7,300 millones de dólares (mdd) en ingresos, más del doble de las proyecciones anteriores.
Pero eventos como The Podcast Show ofrecen una ventana al futuro, un panorama que nos habla del presente del ecosistema y permite pensar en qué es lo que tiene por delante en los próximos años.
Londres, mayo de 2025. Dos días de charlas, paneles y pasillos llenos de acentos, ideas y tensiones creativas. The Podcast Show ya se consolidó como el punto de encuentro más relevante para la industria global del audio. Un lugar donde conviven productoras independientes, creadores, plataformas de streaming, medios tradicionales, marcas, tecnólogos, periodistas, artistas y —cada vez más— inversionistas atentos.
Entre cifras récord, lanzamientos ambiciosos y las eternas discusiones sobre monetización, quedó algo claro: la década que empieza será decisiva. No solo por lo que se dice al micrófono, sino por cómo se reconfigura el ecosistema completo.
Esta nota nace justamente de ahí: de lo que se vio, escuchó e intuyó durante The Podcast Show 2025. Pero también de lo que no se dijo explícitamente y se puede leer entre líneas. Desde nuestro lugar de liderazgo dentro de este sector —donde acompañamos a marcas, plataformas y creadores a pensar en lo que viene—, estas son siete predicciones que sintetizan hacia dónde se mueve el podcast como industria y cultura.
El video dejará de ser un “extra”: será parte integral de la experiencia
Durante años, el podcast se defendió como bastión de lo puramente auditivo. Pero la realidad de consumo cambió. Hoy, un porcentaje creciente de la audiencia escucha con los ojos: YouTube se ha convertido en el primer motor de descubrimiento para nuevos podcasts en buena parte del mundo, y plataformas como Spotify apuestan cada vez más al video nativo.
La predicción no es que el podcast “muera” como formato de audio, sino que evolucione hacia un modelo audiovisual-first. No se trata solo de grabar la charla con tres cámaras fijas, sino de pensar creativamente cómo se ve un contenido que, originalmente, se concibió para ser escuchado. La realización audiovisual —junto con los clips sociales y las adaptaciones multiplataforma— pasará a ser un componente estructural de cualquier estrategia seria de contenido.
Los ingresos seguirán a la audiencia, no al lugar de producción
Una de las ideas más repetidas en el evento fue que la lógica tradicional de medios está perdiendo peso. En el mundo del podcast, el talento puede venir de cualquier parte y los oyentes pueden estar en todas. Una serie producida en Guadalajara puede conectar con comunidades mexicanas en Texas, California o Illinois; un podcast hecho en Medellín puede tener mayor audiencia en Madrid que en su ciudad de origen.
Lo que se impone es una mirada más global, nómada y flexible. Las inversiones más inteligentes en los próximos años no serán las que apuesten solo por hubs de producción, sino aquellas que entiendan dónde está la audiencia real y cómo generar con ella una relación genuina y sostenible.
El poder no está (solo) en el creador: está en la comunidad
La figura del podcaster estrella seguirá existiendo, pero ya no será suficiente. Lo que hará sostenible a un proyecto será la comunidad que lo rodea: sus niveles de participación, fidelidad y resonancia.
Cada vez será más evidente que el verdadero valor está menos en la voz que habla y más en las que escuchan, comentan, comparten, adoptan y adaptan. Los creadores más exitosos serán quienes entiendan que no hacen contenido para una audiencia, sino con una comunidad. Y que su legitimidad no viene de cuántos los siguen, sino de cuántos se sienten parte de lo que construyen.
De podcasters a creadores multiplataforma
En el futuro cercano, un podcast que solo sea un podcast será la excepción. Quienes lideren esta industria serán aquellos capaces de operar con fluidez entre formatos, lenguajes y canales. El audio será solo una parte —fundacional, sí— de una constelación de contenidos que incluye clips para redes, newsletters, experiencias en vivo, productos derivados y, en algunos casos, series de tv.
“Aún cuando lo que prevalezca sean las buenas historias o las buenas conversaciones, hay que pensarlas como un contenido con múltiples vidas. En distintos lugares, en distintos momentos de consumo. Bajo ese mismo esquema, las marcas también pueden encontrar sus consumidores entre la audiencia latina”, explica Juan Manuel Giraldez, CEO de Posta, al respecto.
Este cambio no implica perder la esencia del podcast, sino expandir su alcance. La voz como centro, pero no como límite. Lo que antes era una conversación grabada en una habitación cerrada, ahora se transforma en una plataforma editorial que vive en múltiples territorios a la vez.
Cultura e identidad: motor de crecimiento
En un contexto de sobreoferta de contenido, los proyectos que lograrán destacar serán aquellos con una identidad clara y una conexión cultural profunda. No basta con “hablar de temas interesantes”: hace falta una voz, una mirada, una propuesta de mundo.
Los podcasts que funcionan como hubs de cultura —ya sea en torno al feminismo, la música urbana, la vida inmigrante o el bienestar emocional— tienen algo que los algoritmos no pueden fabricar: sentido de pertenencia. Y eso vale oro.
El éxito no será (solo) cuestión de métricas, sino de modelo
Durante mucho tiempo, el éxito en podcast se medía en plays y seguidores. Pero la próxima década pondrá el foco en otras variables: ingresos recurrentes, diversificación de fuentes de monetización, estabilidad operativa, posibilidad de escalar sin perder la identidad.
La industria del audio ya no puede depender solo de promesas de crecimiento futuro. Los inversores, los socios estratégicos y los propios creadores exigirán cada vez más modelos de negocio sólidos, capaces de sobrevivir más allá del hype y el omnipresente algoritmo.
Se viene una ola de “realidad sonora”
Así como la televisión vivió su era dorada de reality shows, el audio se prepara para un boom de contenidos que exploren lo real desde lo íntimo, lo crudo o lo inmersivo. No hablamos solo de documentales o entrevistas, sino de nuevas narrativas que cruzan diario personal, ficción inspirada en hechos reales, formatos experimentales y exploraciones sensoriales.
Esta tendencia fue especialmente visible en los contenidos más comentados del evento: formatos que capturan la vida real, pero a través del oído. Más vulnerabilidad, más cercanía, más riesgo narrativo. Y una audiencia dispuesta a acompañar ese salto.
Por otro lado, el futuro del podcast no es solo técnico, es cultural. La próxima década no será solo una historia de nuevas plataformas o tecnologías. Será, sobre todo, una historia de transformación cultural: de cómo las personas usan el universo del podcast para entender el mundo, vincularse, protestar, sanar, compartir y hacer comunidad.
The Podcast Show 2025 fue un espejo del presente, pero también una ventana hacia lo que viene. Y en ese futuro, los líderes de la industria no serán los que hablen más fuerte, sino los que escuchen mejor.
En 2027, Latinoamérica será la región con más oyentes de podcasts en el mundo, y México ya marca el ritmo —tanto en producción como en escucha—. La ola viene fuerte. La pregunta central es: ¿estamos listos para surfearla? No solo como creadores, sino como referentes de esta transformación cultural. Todo apunta a que sí.
* Este artículo fue publicado originalmente en la edición verano 2025 de Fast Company México.