
El comercio B2B atraviesa un momento de expansión en América Latina. El mercado regional de pagos B2B alcanzó 32,500 millones de dólares (mdd) en 2024. Y se proyecta que este número crecerá a 77,600 mdd para 2033, con una tasa compuesta anual (CAGR) de 9.1%.
En México, el mercado de pagos B2B suma 17,800 mdd en 2024. Se espera que escale a 32,800 mdd en 2033, creciendo a una tasa de 7% anual.
Sin embargo, este impulso se ve frenado por barreras estructurales. Un estudio reciente de Mastercard, PCMI y K2 determinó que 40% de los pagos internacionales (excluyendo a Estados Unidos) tardan más de cuatro días. En Brasil dicha tasa alcanza 80%, con 11% que ni siquiera llega a destino.
En México, además, operan sistemas como SPEI que han transformado los pagos domésticos, facilitado transferencias instantáneas y promovido la inclusión financiera. No obstante, estos beneficios se diluyen en el ámbito internacional por la falta de interoperabilidad entre países. Las plataformas nacionales siguen sin comunicarse, lo que obliga a las empresas a gestionar múltiples contratos, canales y sistemas. Esto, al final, eleva sus costos operativos.
A esto se suma la carga regulatoria: procesos manuales, verificaciones redundantes y requisitos distintos por país encarecen y vuelven impredecibles las transacciones. Según FXC Intelligence, América Latina mantiene uno de los costos más altos del mundo en pagos B2B, lo cual limita la competitividad regional.
La solución para pagos empresariales es urgente
La solución es clara y urgente, pero somos pocas las empresas que apostamos por el segmento empresarial. Las empresas B2B necesitan una experiencia completamente digital y estandarizada, con seguimiento en tiempo real, tipos de cambio competitivos y un servicio sin fricciones ni demoras innecesarias.
En Cobre, por ejemplo, hemos visto que al migrar a pagos inmediatos, una empresa puede reducir hasta 50% sus costos operativos asociados a conciliaciones manuales, tiempo, comisiones y demoras internacionales.
La oportunidad es múltiple: el mercado B2B está creciendo mucho más rápido que el promedio. Pero si no eliminamos estas barreras (comisiones excesivas, demoras y sistemas fragmentados), corremos el riesgo de desaprovechar una palanca poderosa de desarrollo económico.
El tiempo es dinero, no podemos permitir que nuestras empresas se demoren días o semanas para completar un pago transfronterizo. El futuro de la competitividad latinoamericana depende de actuar con urgencia y audacia, adoptando soluciones digitales que estén al nivel de las necesidades empresariales actuales.