
En los últimos tres años, he cambiado de proveedor de correo electrónico tres veces, pero mi dirección todavía es la misma.
¿La razón? Yo tengo el control total. En lugar de usar una dirección que termine en gmail.com o yahoo.com, utilizo mi propio dominio: @jarednewman.com. Eso me permite moverme libremente entre servicios sin perder mi dirección ni complicarme.
Esto se llama usar un dominio personalizado para el correo electrónico, y es una de las cosas tecnológicas más liberadoras que he hecho. Cuando Skiff Mail cerró en 2023, simplemente hice las maletas y me cambié a Proton Mail. Y tras frustrarme con las limitaciones de Proton, migré a Fastmail y llevé mi dirección y mis mensajes conmigo.
Después de mencionar los dominios personalizados en mi artículo sobre Proton y Fastmail el mes pasado, mucha gente me pidió más detalles. Advertencia: Configurar esto puede ser intimidante, pero vale la pena el esfuerzo si quieres controlar una parte fundamental de tu identidad en línea.

¿Por qué podrías querer un dominio de correo electrónico personalizado?
–Liberarte de tu proveedor: Usar la dirección que te da tu proveedor (como Gmail o Yahoo) te ata a su servicio. Cambiar de dirección es un lío: tienes que avisar a todos tus contactos, actualizar registros, y configurar reenvíos para no perder mensajes importantes.
Pero cuando usas tu propio dominio, ese problema desaparece. Una vez que todos te escriben a tu dirección personalizada, puedes cambiar de proveedor cuando quieras sin afectar tu correo. De hecho, yo no habría dejado Proton Mail por Fastmail —que me gusta mucho más— si hubiera tenido que cambiar mi dirección. Tener un dominio propio me dio la libertad de elegir lo que mejor funciona para mí.
–Control sobre tus inicios de sesión: La mayoría de los servicios en línea usan tu dirección de correo electrónico como inicio de sesión, y aunque podría confiarle esa información a Google —u otro proveedor de correo electrónico—, prefiero controlarla yo mismo. Si quiero cambiar de proveedor de nuevo, o si mi cuenta se cierra por alguna razón, no afectará los inicios de sesión que he configurado en mi dominio.
–Alias más potentes: Los alias son una excelente manera de optimizar tu bandeja de entrada. Por ejemplo, tengo una dirección solo para recibir boletines informativos y los filtro automáticamente a la carpeta “Boletines informativos” cuando llegan.
Si usas Gmail, crearías un alias similar a tunombre+boletines@gmail.com para este propósito. Pero los profesionales del marketing aprenden a ignorar estos trucos, y puedes lograr más con un dominio personalizado. Fastmail, por ejemplo, puede tomar cualquier alias que no hayas configurado previamente y ordenarlo en una carpeta. Si una tienda me pide mi correo, por ejemplo, puedo darle nombredeesatienda@jarednewman.com, y su correo irá automáticamente a la carpeta no deseado. —Esto es especialmente útil para sitios que bloquean el uso de direcciones de correo electrónico ocultas—.
–Fines de vanidad: Si realizas negocios por correo, una dirección como “hola@tunombre.com” luce más profesional que una dirección de Gmail o Outlook. Además, es una manera divertida de impresionar a tus amigos y familiares.

Posibles peligros
Si bien tener un dominio personalizado para el correo electrónico es empoderante, conlleva algunas desventajas que he experimentado en primera persona.
–Cuesta dinero: Registrar mi dominio jarednewman.com cuesta 30 dólares por año —aunque he pagado esa tarifa durante años— y la mayoría de los proveedores cobran extra por usar un dominio personalizado con sus servicios.
–Configurarlo puede ser intimidante: Conectar un dominio personalizado requiere revisar a fondo la configuración DNS de tu sitio web y seguir instrucciones muy específicas de tu proveedor de correo electrónico. Tendrás que copiar y pegar unas líneas de texto críptico y esperar con ansias a que se envíen los nuevos correos. Todavía me resulta un poco estresante, sobre todo al cambiar un dominio de un proveedor a otro.
Algunos proveedores te venden un dominio personalizado y lo configuran automáticamente, pero ten cuidado con esta opción. Es posible que tengas que transferir el dominio antes de cambiar de proveedor; de lo contrario, podrías perder el acceso a tu dirección.
–Exportar correo es otra historia: Si bien, un dominio personalizado elimina una barrera importante para cambiar de proveedor de correo electrónico, llevar tus correos antiguos contigo es un proceso aparte. Cada proveedor tiene su propio flujo de importación/exportación, y gestionarlo requiere tiempo y esfuerzo adicionales.

Cómo empezar
A menos que tu proveedor de correo electrónico ofrezca configuración automática, primero tendrás que registrar un nombre de dominio. Cloudflare, iwantmyname y namecheap son registradores confiables recomendados por varios proveedores de correo, y Google tiene una lista más extensa de opciones aquí.
Tras adquirir un dominio, puedes conectarlo con tu proveedor de correo electrónico. Aquí tienes algunos proveedores destacados que ofrecen soporte para dominios personalizados, sus tarifas y enlaces a sus instrucciones de configuración:
- Correo de iCloud: Requiere iCloud+ —a partir de 1 dólar al mes—. Ofrece registro de dominio y configuración automática a través de CloudFlare. Consulta las instrucciones para comprar un dominio o configurar uno existente.
- Gmail: Requiere Google Workspace —a partir de 7 dólares al mes—. Consulta las instrucciones.
- Fastmail: Requiere suscripción —a partir de 5 dólares al mes—. Ofrece registro de dominio y configuración automática. (Importante: Si usas la configuración automática y luego decides cambiar de proveedor de correo electrónico, primero debes transferir el dominio de Fastmail a un nuevo registrador). Consulta las instrucciones.
- Proton Mail: Requiere un plan de pago –a partir de 5 dólares al mes—. Consulta las instrucciones.
- Zoho Mail: No se necesita suscripción. Consulta el plan gratuito aquí.