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En vez de cavar minas, esta startup siembra plantas para obtener níquel

Genomines acaba de recaudar 45 mdd para ampliar un nuevo tipo de mina que utiliza agricultura en lugar de explosivos.

En vez de cavar minas, esta startup siembra plantas para obtener níquel [Foto: Cortesía de Genomines ]

En Sudáfrica, un campo cubierto de flores silvestres amarillas no parece una zona industrial. Pero es un proyecto piloto de un nuevo tipo de mina de níquel: en lugar de perforar el suelo para extraer rocas, una empresa de biotecnología llamada Genomines “fitomina” níquel mediante plantas que absorben el metal del suelo.

La planta, un tipo de margarita, se conoce como hiperacumuladora: una especie que absorbe el metal de manera natural a través de sus raíces y lo almacena en altas concentraciones en sus tallos y hojas. Mediante edición genética, Genomines triplicó su tamaño y la hizo capaz de absorber el doble de níquel. La empresa, que acaba de recaudar 45 millones de dólares en una ronda de inversión de Serie A, planea utilizar su enfoque para ampliar el suministro sostenible y asequible de este metal crucial.

[Foto: Cortesía de  Genomines ]

“Es importante porque necesitamos mucho metal, especialmente para la transición energética en las baterías de los vehículos eléctricos“, afirma Fabien Koutchekian, cofundador y director ejecutivo de Genomines. “No solo en baterías, sino también en acero inoxidable como parte de la infraestructura. El problema es que con los métodos de minería tradicionales actuales, no podremos producir suficiente”.

Así es como las plantas minan el níquel

Cada vez es más difícil encontrar mineral de níquel para extraer. La mayor parte proviene de minas chinas en Indonesia; las reservas de níquel de alta calidad, utilizadas para fabricar acero inoxidable, podrían agotarse allí antes de que finalice la década. El mineral de menor calidad utilizado en baterías podría agotarse a mediados de siglo.

El níquel también existe en el suelo. Pero hasta ahora, las concentraciones son demasiado bajas para que su extracción sea viable. Las plantas transforman la economía.

“Las plantas que utilizamos tienen la capacidad de concentrar el metal que encuentran en el suelo; lo concentran en su biomasa”, afirma Koutchekian. “Hemos logrado alcanzar cerca de 7.6% de metal en las plantas”.

El sitio piloto de la compañía en Sudáfrica se encuentra en un terreno con un contenido relativamente alto de níquel debido a la erosión natural de las rocas de la zona. Esto significa que no puede utilizarse para la agricultura, ya que otras plantas no crecen bien. Sin embargo, es ideal para una fitomina.

El cultivo crece en un plazo de cuatro a seis meses al absorber el metal. Luego, se puede cosechar, secar y calentar para producir óxido de níquel apto para baterías, que puede venderse y refinarse.

[Gif: Cortesía de Genomines]

El futuro del níquel no está en la minería, está en la biotecnología

El uso de la agricultura para obtener el material implica una infraestructura mínima, y ​​un sistema puede estar en funcionamiento en uno o dos años. Como era de esperar, las operaciones consumen mucha menos energía que la minería tradicional. Dado que las plantas también ayudan a capturar CO2 a medida que crecen, el proceso es prácticamente neutro en carbono. Y en lugar de destruir los ecosistemas y hábitats con nueva contaminación, ayuda a remediar el suelo.

La sostenibilidad no es la principal motivación de sus clientes potenciales, afirma Koutchekian. En cambio, les interesa el costo: este enfoque ahorra tanta energía que el producto podría ser significativamente más económico que el estándar. La empresa prevé producir óxido de níquel a un precio aproximado de 10,000 dólares por tonelada, frente a la media del sector de unos 16,000 dólares por tonelada (para finales de la década, el costo promedio podría ascender a 19,000 dólares).

Con la nueva ronda de financiación, liderada por Engine Ventures, una empresa derivada del MIT, Genomines planea utilizar pruebas piloto para demostrar que su proceso es competitivo en costos. Posteriormente, escalará. El potencial es enorme: el equipo estima que entre 30 y 40 millones de hectáreas de tierra en el mundo contienen suficiente níquel para el proceso. En teoría, si esa tierra estuviera en uso, la empresa afirma que podría producir entre 7 y 14 veces más níquel que la industria tradicional actual.

Author

  • Adele Peters

    es una escritora senior en Fast Company que se enfoca en soluciones para el cambio climático y otros desafíos globales, entrevistando a líderes como Al Gore y Bill Gates, así como a emprendedores emergentes en tecnología climática, como Mary Yap. Contribuyó al libro más vendido "Worldchanging: A User's Guide for the 21st Century" y a un nuevo libro del Centro Conjunto de Estudios de Vivienda de Harvard titulado "State of Housing Design 2023".

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Sobre el autor

es una escritora senior en Fast Company que se enfoca en soluciones para el cambio climático y otros desafíos globales, entrevistando a líderes como Al Gore y Bill Gates, así como a emprendedores emergentes en tecnología climática, como Mary Yap. Contribuyó al libro más vendido "Worldchanging: A User's Guide for the 21st Century" y a un nuevo libro del Centro Conjunto de Estudios de Vivienda de Harvard titulado "State of Housing Design 2023".

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