
La manera en que las generaciones más jóvenes consumen entretenimiento —y gastan en ello— ha cambiado radicalmente en la última década, más aceleradamente después de la pandemia, cuando pareciera que volvimos a valorar el poder conectar en espacios fuera de casa, con la música o artistas que nos gustan y la gente que queremos.
Para los millennials y la Gen Z, los conciertos, festivales y espectáculos en vivo no son solo eventos, son espacios de identidad, conexión e historia personal. No sorprende que sean también quienes más gastan en este tipo de experiencias.
El lanzamiento de la tarjeta de crédito LineUp Banamex —una colaboración entre Banamex, OCESA y Visa— busca justo ese cruce entre consumo, cultura y acceso. Rubén Navarrete, director de Tarjetas de Banamex, lo plantea así: “Recompensamos su pasión, con puntos para los boletos de sus conciertos y festivales”. Es una frase que reconoce algo clave: el gasto en entretenimiento no es impulsivo, es emocional.
El espectáculo como extensión del estilo de vida
La tarjeta ofrece lo mismo que cualquier línea de crédito, pero también da beneficios como preventas exclusivas, boletos 2×1 y descuentos en espectáculos. Armando Calvillo, director de marketing comercial en OCESA, lo resume con claridad: “Damos un paso más para personalizar la experiencia del usuario”.

Para una generación que valora la inmediatez pero también la exclusividad, este tipo de acceso puede resultar muy atractivo. La experiencia empieza antes del evento, desde la planificación de cómo vas a llegar, en la posibilidad de conseguir buenos lugares, evitar filas, acceder antes que otros e incluso paquetes con estacionamientos o más, y se extiende después, en la manera en que se comparte, se recuerda y se capitaliza socialmente el concierto o festival.
La Gen Z y los Millennials no solo asisten a conciertos. Los documentan, los convierten en contenido, los usan como parte de su vida digital. En ese contexto, una tarjeta que permite acumular puntos por compras cotidianas y canjearlos por promociones en experiencias culturales se vuelve más que un medio de pago. Es una herramienta de estilo de vida.
Jorge Becil, VP de Desarrollo de Negocio en Visa México, lo plantea desde la tecnología: “Cada clic y cada pago sin contacto, más que una transacción, es acceso a momentos inolvidables”. La frase funciona porque conecta con una expectativa generacional: que el consumo sea fácil e inmediato, pero también significativo en la experiencia completa.
¿Por qué importan tarjetas como LineUp Banamex?
Porque hoy en día, el entretenimiento en vivo está lejos de ser un lujo ocasional. Es parte del presupuesto mensual, del calendario emocional, de la construcción de la historia de vida que los jóvenes quieren recordar en el futuro. Y en México, donde los espectáculos masivos tienen una presencia constante e impactante —ahí tenemos a Shakira, quien llena 12 fechas en el Estadio GNP, o a Bad Bunny con 8—, diseñar productos financieros que se alineen con ese tipo de consumo es una estrategia con sentido.
La Tarjeta LineUp Banamex no busca competir por tasa ni por límite. Su valor está en otro lugar: en cómo traduce el gasto cotidiano en acceso cultural. En cómo convierte el consumo en pertenencia. Y en cómo reconoce que, para muchos jóvenes, la música y la cultura en vivo no es un extra. Es parte de lo que los define como seres humanos.