ADVERTISEMENT

| News

Azul, verde, café o algo intermedio: la ciencia del color de ojos explicada

Desde la heterocromía hasta los tonos avellana, la ciencia detrás del color de ojos revela cómo se cruzan biología, herencia y percepción.

Azul, verde, café o algo intermedio: la ciencia del color de ojos explicada [Imagen generada con IA]

Te presentan a alguien y te fijas en sus ojos. Pueden ser de un café intenso y terroso, de un azul pálido o de ese verde inusual que cambia con cada destello de luz. Los ojos tienen una forma de atraparnos, de despertar reconocimiento o curiosidad incluso antes de que se pronuncie una sola palabra. A menudo son lo primero que notamos en alguien y, a veces, el rasgo que más recordamos.

En todo el mundo, la paleta de ojos humanos abarca una amplia gama de colores. El café es, por mucho, el tono más común, especialmente en África y Asia, mientras que el azul se observa con mayor frecuencia en el norte y este de Europa. El verde es el más raro de todos, presente solo en aproximadamente el 2% de la población mundial. Los ojos color miel aportan aún más diversidad, ya que a menudo parecen oscilar entre el verde y el café según la luz.

Entonces, ¿qué hay detrás de estas diferencias?

El color de ojos depende de la melanina

La respuesta está en el iris, el anillo de tejido coloreado que rodea la pupila. Aquí, un pigmento llamado melanina realiza la mayor parte del trabajo.

Los ojos cafés contienen una alta concentración de melanina, que absorbe la luz y crea su apariencia más oscura. Los ojos azules contienen muy poca melanina. Su color no proviene del pigmento, sino de la dispersión de la luz dentro del iris, un efecto físico conocido como efecto Tyndall, similar al efecto que hace que el cielo se vea azul.

En los ojos azules, las longitudes de onda de luz más cortas —como el azul— se dispersan con mayor eficacia que las longitudes de onda más largas, como el rojo o el amarillo. Debido a la baja concentración de melanina, se absorbe menos luz, lo que permite que la luz azul dispersa domine lo que percibimos. Este tono azul no se debe a la pigmentación, sino a la forma en que la luz interactúa con la estructura del ojo.

Los ojos verdes son el resultado de un equilibrio: una cantidad moderada de melanina en capas con dispersión de luz. Los ojos color avellana son aún más complejos. La distribución desigual de la melanina en el iris crea un mosaico de colores que puede variar según la luz ambiental.

¿Y qué tienen que ver los genes con esto?

La genética del color de los ojos es igualmente fascinante.

Durante mucho tiempo, los científicos creyeron en un modelo simple de “café vence a azul”, controlado por un solo gen. Las investigaciones actuales demuestran que la realidad es mucho más compleja. Muchos genes contribuyen a determinar el color de los ojos. Esto explica por qué los niños de una misma familia pueden tener colores de ojos radicalmente diferentes, y por qué dos padres de ojos azules a veces pueden tener un hijo con ojos verdes o incluso miel.

El color de los ojos también cambia con el tiempo. Muchos bebés de ascendencia europea nacen con ojos azules o grises porque sus niveles de melanina aún son bajos. A medida que la pigmentación se acumula gradualmente durante los primeros años de vida, esos ojos azules pueden cambiar a verdes o cafés.

En la edad adulta, el color de los ojos tiende a ser más estable, aunque es común que se presenten pequeños cambios en la apariencia según la iluminación, la ropa o el tamaño de la pupila. Por ejemplo, los ojos azul grisáceos pueden verse muy azules, muy grises o incluso ligeramente verdes según la luz ambiental. Los cambios más permanentes son menos frecuentes, pero pueden ocurrir con la edad o como respuesta a ciertas afecciones médicas que afectan la melanina del iris.

Las verdaderas curiosidades

Luego están las verdaderas curiosidades.

La heterocromía, en la que un ojo es de un color diferente al otro, o un iris con dos colores distintos, es poco común pero llamativa. Puede ser genética, consecuencia de una lesión o estar relacionada con problemas de salud específicos. Celebridades como Kate Bosworth y Mila Kunis son ejemplos bien conocidos. Los ojos del músico David Bowie aparecían de diferentes colores debido a una pupila permanentemente dilatada tras un accidente, lo que creaba la ilusión de heterocromía.

Al final, el color de ojos es más que una simple peculiaridad genética y física. Es un recordatorio de cómo la biología y la belleza se entrelazan. Cada iris es como un universo diminuto: anillos de pigmento, motas doradas o charcos de color marrón oscuro que captan la luz de forma diferente cada vez que miras.

Los ojos no solo nos permiten ver el mundo, sino que también nos conectan entre nosotros. Ya sean azules, verdes, cafés o algo intermedio, cada par cuenta una historia absolutamente única: una historia de herencia, individualidad y la silenciosa maravilla de ser humano.


Davinia Beaver es investigadora postdoctoral en el Centro Clem Jones de Medicina Regenerativa de la Universidad de Bond.

Este artículo fue publicado originalmente en The Conversation.

Author

  • The Conversation

    Es una organización de noticias sin fines de lucro e independiente, dedicada a poner el conocimiento de los expertos al servicio del bien público.

    View all posts

Author

  • The Conversation

    Es una organización de noticias sin fines de lucro e independiente, dedicada a poner el conocimiento de los expertos al servicio del bien público.

    View all posts

Sobre el autor

Es una organización de noticias sin fines de lucro e independiente, dedicada a poner el conocimiento de los expertos al servicio del bien público.

ADVERTISEMENT

ADVERTISEMENT