
En todos los sectores de la economía, existe actualmente una gran rotación en puestos de liderazgo que llega hasta la cima. La alta dirección y sus equivalentes en muchas organizaciones se han convertido en un carrusel. Cuando se contrata a un nuevo líder para un puesto clave, debe adaptarse rápidamente a la dinámica de las cosas para lograr cambios positivos y reducir al mínimo los problemas.
Los grandes líderes cuentan con estrategias que les permiten involucrar rápidamente a su nuevo equipo e implementar el cambio con eficacia. Aquí hay cuatro estrategias cruciales.
1. Conoce a tu equipo
En un puesto de liderazgo, es probable que tengas varios equipos a tu cargo. Para tener éxito en cualquier tarea, necesitas saber quién trabaja para ti, cómo funcionan sus equipos y en qué grupos puedes confiar para realizar su trabajo.
No importa cuánta información obtengas de otros antes de asumir el cargo, nada reemplaza reunirse con los equipos y conocerlos. Esto puede llevar tiempo, por lo que podría parecer una pérdida de tiempo. Sin embargo, hablar estratégica y tácticamente con los líderes que trabajan para ti puede darte una idea de su capacidad para comprender, colaborar e implementar tu visión de cara al futuro.
Por supuesto, los líderes de alto nivel nunca pueden comprender todos los detalles de lo que hace cada equipo. Pero es importante que conozcan las carteras de sus subordinados, sus fortalezas y debilidades, y las ventajas y desventajas de la estructura actual de la organización.
2. Escucha primero
Con demasiada frecuencia, los líderes llegan queriendo demostrar que merecen su puesto. Así que empiezan dando órdenes. Se supone que un buen liderazgo implica que la información fluya del líder al equipo.
Un gran liderazgo es colaborativo. Un líder debe comprender la situación de la organización, dónde están los problemas y qué objetivos están a punto de alcanzarse. Esto solo se logra formulando buenas preguntas y escuchando las respuestas.
Quiere conocer las inquietudes de sus subordinados directos para poder desarrollar planes para abordarlas. También quiere comprender cómo las capacidades de sus equipos pueden ayudarle a alcanzar objetivos importantes. Solo lo descubrirá escuchando lo que intentan decirle.
Escuchar también ayuda a generar confianza. Las personas tienden a seguir tus recomendaciones estratégicas cuando se adaptan a las fortalezas y debilidades de su equipo. Cuando los equipos que te reportan se sienten comprendidos, es mucho más probable que se involucren y adopten tus objetivos como propios. En definitiva, los grandes líderes consiguen que los equipos trabajen con ellos y no solo para ellos.
3. Encuentra una victoria rápida
Gran parte del liderazgo de alto nivel implica planes estratégicos importantes cuya implementación completa puede tardar trimestres o incluso años. Para que los equipos te acompañen en ese largo camino, es valioso demostrar que puedes lograr un objetivo.
A través de las conversaciones y la escucha constante para comprender a tus equipos, encuentra un objetivo a corto plazo que conduzca a un avance significativo hacia uno de los pilares estratégicos principales que deseas perseguir. Luego, interactúa con los equipos que pueden ayudar a lograr ese objetivo y colabora con ellos para que se haga realidad. Proporciona los recursos y la orientación necesarios para impulsar el proyecto.
La clave para que estos logros rápidos tengan éxito es utilizar tu creciente conocimiento de la organización para integrar tu visión estratégica con las fortalezas tácticas de tus equipos. De esta manera, el éxito de la iniciativa se percibe como algo imposible de lograr antes de tu colaboración con el equipo. Este éxito contribuye a generar mayor confianza en que los proyectos a largo plazo también tendrán éxito.
4. Las transiciones son mejores que los despidos
Por supuesto, ninguna organización es perfecta, y a menudo es necesario mover personas y puestos. Puede haber personas excelentes desempeñando roles inadecuados. Y, a veces, hay personas en el equipo que no aportan lo suficiente como para justificar su permanencia.
A menudo existe la urgencia de despedir personal inmediatamente para hacer un corte total y avanzar. Y cuando un equipo está sobrecargado y tiene mucha redundancia, eso suele ser necesario.
Sin embargo, es probable que los miembros de la gerencia y los jefes del equipo también posean un amplio conocimiento institucional que les ayudará a comprender mejor cómo lograr sus objetivos. Ahí es donde reducir el ritmo puede ser útil.
Después de todo, las nuevas personas que designes pueden estar alineadas con tu visión de futuro, pero quizá desconozcan qué procesos se implementaron en la organización para mantener a raya a otros demonios. Crear un período de transición que se superponga puede ayudar a las nuevas personas a familiarizarse con la eficacia en sus nuevos roles, a la vez que ofreces una vía de salida humana para quienes se marchan.