
La Universidad Anáhuac participará por primera vez en la iniciativa Jóvenes Creativos del Festival AMAPRO. Cinco estudiantes de la Licenciatura en Mercadotecnia Estratégica trabajan con un brief real de McDonald’s y presentarán su propuesta en octubre, frente a un jurado que mezcla profesionales de la industria, agencias y marcas.
Para Jair E. Láscarez Domínguez, director académico de la carrera, la experiencia confirma el valor de acercar a los alumnos al mundo profesional desde la universidad. “Llevamos años tocando puertas y buscando convenios con empresas. Esta vez fueron los propios alumnos quienes se inscribieron y nosotros decidimos respaldarlos”, explicó.
Alumnos de la Universidad de Anáhuac pasan de la teoría a los briefs reales en el Festival AMAPRO
El programa de Mercadotecnia Estratégica ya incluye un componente práctico. Dos materias terminales, llamadas practicum, obligan a los estudiantes a resolver briefs de marcas reales durante un semestre. Han trabajado con empresas como Starbucks, Cinépolis, BBVA y Swatch.
La dinámica es clara: los alumnos fungen como agencia y la marca como cliente. A lo largo de cuatro meses deben diseñar una propuesta que combine investigación, estrategia y creatividad. “Los briefs del festival son incluso más detallados, pero no les resultó extraño. Para ellos fue como otro de estos proyectos, solo con menos tiempo para resolverlo”, dijo Láscarez.
El ejercicio implica también un cambio de mentalidad. Muchos jóvenes llegan a la carrera con la idea de que marketing es diseñar o hacer lluvia de ideas. “Ese es un paradigma que hemos tenido que romper. Aquí la creatividad se mide en resultados, datos y estrategias. Por eso la carrera es estratégica y numérica, no de diseño”, señaló.
Trabajar con McDonald’s les ha permitido identificar problemas distintos a los que imaginaron al iniciar. El reto es aumentar los momentos de consumo, en especial en el desayuno. Los estudiantes reconocieron que la competencia no siempre son otras cadenas, sino la oferta callejera de garnachas y antojitos.
“Eso les abrió el panorama. Entendieron que la competencia real está en la esquina, en opciones más rápidas y económicas”, relató. El aprendizaje consiste en ver más allá del material que proporciona la marca y considerar el contexto completo del consumidor.
Estrategia, disciplina y realismo
Para Láscarez, el concurso también enseña a aterrizar las ideas. “No todo es lúdico. Hay que transformar la creatividad en una propuesta viable de negocio”. En la práctica, esto significa desmenuzar briefs extensos, jerarquizar problemas y traducir insights en propuestas claras.
Los alumnos han contado con el acompañamiento de un mentor externo designado por el Festival AMAPRO. En sesiones recientes recibieron orientación para dar forma a sus ideas. “Pasaron de la emoción inicial a la claridad de qué sí es posible y cómo estructurarlo”, señaló.
El proceso se combina con otras exigencias académicas. Algunos estudiantes están en su último semestre y preparan el examen CENEVAL de titulación. “Eso también es parte del valor: sentir la presión, porque así es en el mundo real”, afirmó.
Aprender del error y valorar la retroalimentación
El director reconoce que las nuevas generaciones pueden mostrarse más sensibles a la crítica. Sin embargo, los equipos que participan han demostrado apertura. “Saben que están siendo evaluados por una marca real. Entienden que es distinto a recibir comentarios de un profesor. Aquí no pueden inventar cifras, tienen que responder a datos concretos”, dijo.
Esa actitud, considera, es una de las mayores fortalezas. El aprendizaje no depende de ganar o perder, sino de la capacidad de procesar la retroalimentación y aplicarla en el futuro.
El entusiasmo generado ha llevado a la Anáhuac a planear la participación anual en AMAPRO. Láscarez ya presupuestó recursos para que el próximo año se integren al menos tres equipos. “Queremos que no se quede en un esfuerzo aislado. El concurso nos permite identificar talento y también ajustar el contenido de las materias según las necesidades que vemos afuera”, comentó.
Más allá de la competencia, la universidad busca fortalecer la vinculación con la industria. La expectativa es que se abran espacios para prácticas profesionales, congresos y otras colaboraciones con AMAPRO.
Networking como materia pendiente
Otro de los aprendizajes clave es la importancia del networking. Para Láscarez, debería enseñarse como una materia formal. “Los eventos como este despiertan esa habilidad. Los alumnos valoran la posibilidad de conocer a profesionales y entrar en contacto con empresas”, señaló.
La oportunidad de presentar proyectos en espacios corporativos, como ocurrió en experiencias previas con BBVA, refuerza esa motivación. “El simple hecho de entrar a una empresa y presentar algo es un motor para ellos. Los acerca a lo que sueñan hacer”, dijo.
En cuanto a la diversidad de perfiles en la carrera, la Anáhuac tiene identificados a los que buscan trabajar en creatividad, los que disfrutan de los datos y la investigación, y los que quieren especializarse en redes sociales. La tarea del programa es acompañar a cada uno para que descubra su camino.
“Algunos llegan sin saber por qué eligieron la carrera. Poco a poco encuentran su perfil y aprenden que marketing no es solo community management o diseño, sino estrategia y resultados”, explicó.
Para la Universidad Anáhuac, el principal indicador de éxito en el Festival AMAPRO no será una estatuilla en la vitrina. El objetivo es que los estudiantes aprendan, hagan conexiones y lleven la experiencia más allá del concurso. “El trofeo sería un plus. Lo importante es que los alumnos se vayan con un aprendizaje y que podamos seguir participando cada año”, concluyó Láscarez.