
En TikTok se abrió un debate por la tendencia de “enmascarar tareas” en el trabajo, es decir, aparentar estar ocupado para que tu jefe piense que estás trabajando duro. Esto se debe a comportamientos como teclear con fuerza, mantener siempre tu estado en “activo” o caminar por la oficina con la laptop y aparentar que tienes algo que hacer cuando no lo tienes.
“Es pura apariencia. Es pura actuación”, publicó una usuaria de TikTok. “Podrían estar escribiendo mil palabras por minuto, pero en realidad no escribir nada”, publicó otro. Algunos argumentan que se trata de una reacción contra las políticas de regreso a la oficina: “Muchos de estos empleados, especialmente la Generación Z, sienten que su presencia no equivale a productividad”, dijo un usuario de TikTok. Y, crucialmente, “no se trata solo de pereza”, escribió otro, argumentando que la presión por parecer ocupado “podría ser en realidad una señal de agobio”.
El término ha llegado a asociarse con la Generación Z en las redes sociales, pero en realidad, el acto —y el arte— de parecer ocupado existe desde hace décadas.
Casi la mitad de los empleados fingen tener mucho trabajo
“Enmascarar tareas es el equivalente digital a organizar papeles”, dice la asesora de empleados y abogada Theresa D’Andrea, conocida como That Work Girl, quien también ha hablado de la tendencia en TikTok. “Actualmente, el mercado laboral es muy competitivo para conseguir trabajo, así que la gente siente que tiene que estar más ocupada de lo habitual para conservar su empleo”.
Casi la mitad —48%— de los managers se preocupan por los empleados que fingen su productividad en el trabajo, y con razón. Esto se debe a que 37% de los jefes y 32% de los empleados admiten esta “falsa productividad”, es decir, intentar aparentar estar ocupados incluso cuando no lo están, según una encuesta realizada en 2024 a 3,000 empleados a tiempo completo en Estados Unidos, Reino Unido e Irlanda por Workhuman, una empresa de software de Recursos Humanos.
Eso no es bueno ni para los empleados ni para las empresas. Tal presión para parecer ocupado puede provocar agotamiento e ineficiencia, afirma D’Andrea. El enmascaramiento excesivo de tareas puede ser una señal de problemas de flujo de trabajo o culturales que los directivos deben abordar. Y puede ser un acto de desafío para algunos, pero un esfuerzo por demostrar su valía para otros.
Si sientes la presión de parecer ocupado para demostrarle a tu jefe lo importante que eres, prueba estas tácticas en lugar de fingir que respondes correos electrónicos durante la próxima reunión general:
1. Ten claro qué es importante y prioriza
Sam DeMase, experta en carreras profesionales de ZipRecruiter, afirma que para que los empleados realmente aporten valor, necesitan comprender las métricas que utilizan tanto sus supervisores como la empresa para medir el éxito. “Solo hay que centrarse en hacer un trabajo que realmente genere un impacto”, afirma.
DeMase sugiere hacerle preguntas a tu jefe para obtener claridad: “¿Cómo se define el éxito de este proyecto?” “¿Cómo contribuye este proyecto a los objetivos de la empresa para 2025?” Conoce tus fortalezas principales y comunícalas.
D’Andrea coincide. En lugar de responder a todos los mensajes de texto, correos electrónicos y notificaciones de las plataformas de comunicación de inmediato para aparentar estar ocupado, concéntrate en lo que importa. Esto es especialmente cierto después de comprender qué valoran tu jefe y la organización.
“Quizás incluso podrías ayudar a tu jefe a crear un panel de indicadores clave de rendimiento (KPI) para monitorear el rendimiento del equipo si aún no lo tiene”, dice Maria Amato, socia sénior de Korn Ferry. “Me encantaría que alguien de mi equipo lo hiciera”.
2. Sigue aprendiendo
En lugar de abordar una tarea solo por el hecho de tacharla de la lista de pendientes, sigue aprendiendo donde puedas, recomienda Marissa Andrada, experta en cultura laboral. Esfuérzate por comprender mejor la empresa, su cultura y sus valores. “Si entiendes el contexto de cómo encaja el trabajo que realizas [con el equipo y sus valores] —por qué es importante—, puedes demostrar: ‘Esto es lo que pienso al respecto'”, afirma.
Esto no solo te da una mejor perspectiva del trabajo que realizas, sino que también puede ayudarte a considerarlo más esencial para tu equipo —y tu jefe—. “Consigue que tu manager tenga éxito entregando puntualmente y con precisión”, añade. Sustituye el trabajo rutinario y performativo de enmascarar tareas por un pensamiento estratégico que demuestra un valor real.
Asumir roles que te exijan más o proyectos adicionales también puede ayudarte a seguir aprendiendo. Sin embargo, Amato advierte que es importante comprender la cultura de tu empresa y la naturaleza de tu supervisor: No des la impresión de que intentas “escapar” o de que no te interesa lo que haces actualmente; por ejemplo, de que no quieres rendir al máximo en tu puesto actual.
3. Documenta tus victorias
DeMase sugiere llevar un registro semanal de tu progreso y logros, como contribuciones significativas a las reuniones, cumplimiento de objetivos, retroalimentación positiva, hitos del proyecto y procesos que mejoras a lo largo del camino. Añade que documentar tus éxitos también puede mantenerte motivado en tu trabajo.
Amato afirma que lo que hagas con esa información depende, de nuevo, de la cultura de tu organización y de tu equipo. Podrías decirle a tu supervisor que has recopilado datos sobre tu rendimiento y preguntarle si quiere que los compartas con él. “Tu jefe podría decir: ‘Me encantaría verlos a medida que lleguen. Simplemente envíamelos siempre’. Pero si no te han solicitado la información, podría ser como enviarle spam a tu jefe”, añade.
“Necesitamos alejarnos de la idea de ‘ocuparnos de aportar valor’”, dice D’Andrea.
Al tener más claridad sobre tu rol, reconectar con el significado de tu trabajo y documentar tus logros, puedes aportar valor y obtener mayor satisfacción. Estos son beneficios que simplemente caminar por la oficina con una laptop abierta no te puede ofrecer.