[Foto base: cortesía Amazon]
Nos urge hablar de Sophie Saint Rose, porque yo llevo dos semanas intentando escribir un email “importante” y esta mujer ha publicado 247 libros en Kindle Direct Publishing (KDP), la plataforma de autopublicación de Amazon.
(Pausa para que todos veamos la pila de nuestros proyectos incompletos con vergüenza existencial).
Sophie es española, de Oviedo, y autora de novelas románticas –la más leída de KDP en su país entre 2014 y 2024– y publica un libro cada tres semanas. Estupendo. Mientras tú y yo estamos en nuestra tercera reunión de la semana sobre “alinear la visión del proyecto”, Sophie ya terminó otro libro.
Y aquí está la parte que me vuela la cabeza: lo más interesante no es que haya escrito 247 libros (aunque, OK, sí es interesante), sino cómo lo hace. Porque resulta que todo lo que tus managers te han dicho sobre planificación, procesos, y “la manera correcta de hacer las cosas” es –posiblemente– basura.
La semana pasada estuve en Berlín para la presentación del reporte How Amazon Transforms Creative Industries Across Borders, y parte de la agenda fue un panel con autores entre los que estuvo Sophie.
Lección 1: la acción y la velocidad son clave
Lo que hizo Sophie. Publicó su primer libro. Dos días después, publicó el segundo. Una semana después había lanzado siete novelas completas al mundo. Siete. En una semana.
Yo todavía estoy esperando el momento perfecto para actualizar mi LinkedIn y esta mujer publicó un catálogo entero antes de que yo eligiera la foto correcta.
Por qué esto nos duele tanto. Porque todos hemos estado en esa reunión. Ya sabes cuál. La reunión donde pasamos 90 minutos discutiendo el color exacto de un botón en una interfaz que nadie va a usar. La reunión donde “refinamos la estrategia” por sexta vez porque alguien leyó un artículo en Harvard Business Review y ahora todos tenemos que “pivotar”. La reunión que pudo haber sido un email, pero ni siquiera fue un email porque estábamos esperando que otra área nos diera su “input“.
Sophie no hace reuniones. Sophie escribe.
Cómo robarte su mentalidad sin perder tu trabajo
- Pon deadlines que te hagan sentir ligeramente incómodo (si te sientes cómodo, estás procrastinando con scheduling)
- Lanza la versión “suficientemente buena” y mejórala después (con data real, no con opiniones de tu cuñado)
- Acepta que el feedback del mercado real vale más que seis meses de “análisis estratégico”
- Pregúntate: “¿Estoy perfeccionando o estoy teniendo miedo?”
Y aquí les va mi parte favorita del panel. Hay otro autor ahí, Marcus Hünnebeck, buen tipo, escritor alemán exitoso, publica un libro cada seis semanas –también en KDP–. Nada mal, ¿verdad? Muy respetable. Pero cuando escucha que Sophie lo hace cada tres dijo: “Ahora creo que soy un autor muy flojo”.
Sophie sabe que su velocidad es absurda y no finge lo contrario. No dice: “Oh, bueno, cada quien tiene su ritmo” o “todos los procesos son válidos”. Ella produce más y más rápido que tú, y está perfectamente cómoda diciéndolo. Con humor, sí. Pero sin disculparse.
(Y ahora todos estamos revisando cuánto tiempo llevamos en ese “proyecto importante” que algún día vamos a terminar).
Lección 2: las puertas cerradas son solo sugerencias
Lo que le pasó a Sophie. Las editoriales tradicionales le dijeron que no. Todas. Ya sabes cómo es esto: envías tu manuscrito, esperas semanas (o meses, porque aparentemente nadie en el mundo editorial tiene email), recibes un rechazo genérico de dos líneas, lloras un poco, cuestionas todas tus decisiones de vida, y después… ¿qué?
La mayoría de la gente se queda atorada en ese limbo. Sophie no.
En un foro de escritores alguien mencionó KDP, y Sophie pensó: “OK, entonces haré esto”.
No pidió permiso. No convocó un focus group. No hizo un business plan. No esperó a que las editoriales “entendieran su visión”. Simplemente encontró una puerta diferente y la atravesó.
Por qué esto nos hace cuestionar todo
Porque a la mayoría nos enseñaron que hay LA manera correcta de hacer las cosas. Quieres ser escritor = consigue agente literario = consigue editorial = entonces eres escritor “de verdad”. Quieres crecer en tu carrera = sigue el track corporativo = espera tu turno = algún día tal vez te promuevan.
Sophie vio ese sistema, decidió que era una pérdida de tiempo y construyó su propio camino. Y ahora es la autora más leída de España en su plataforma mientras las editoriales que la rechazaron están… bueno, no sé qué están haciendo, pero probablemente no están cobrando su tajada de esos 247 libros.
Cómo aplicar esto sin que te despidan:
- Cuando te digan “no” en tu empresa, pregúntate si es “no porque es imposible” o “no porque no encaja en el proceso actual”
- Busca plataformas alternativas donde las reglas sean diferentes (y posiblemente mejores)
- Recuerda que “no tradicional” no significa “no profesional” (aunque tu jefe tal vez no sepa la diferencia)
- Encuentra tus “foros de escritores” (comunidades donde gente ya está resolviendo el problema de formas no convencionales)
El punto es este. Las instituciones están diseñadas para decir “no”. Es literalmente su función. Proteger el statu quo, minimizar riesgo, mantener todo predecible y aburrido. Sophie no se tomó el “no” como un veredicto sobre su talento; lo tomó como información sobre las limitaciones del sistema. Y después buscó un sistema diferente.
(Y ahora piensa en cuántos “no” has aceptado sin cuestionar si había otra puerta.)
Lección 3: honestidad brutal en la motivación
Cuando le preguntan a Sophie por qué empezó todo esto, su respuesta es devastadoramente simple:
“Yo solo quería saber, cuando empecé en esto, si mis historias le gustarían a alguien más además de mí. No pretendía ser famosa, ni ganar dinero, yo solo quería saber si lo que escribía, a otra persona le podía satisfacer, le podía hacer llorar o reír”.
Por qué esto nos hace cuestionar todo. La mayoría de nosotros tenemos “objetivos profesionales” que suenan como fueron escritos por un algoritmo de LinkedIn. “Busco oportunidades de crecimiento en un ambiente dinámico donde pueda agregar valor mientras desarrollo nuevas competencias”.
¿Qué significa eso? No lo sé. Tú no lo sabes. Ni siquiera la persona que lo escribió lo sabe.
Sophie, en cambio, tenía una pregunta específica con una respuesta verificable. Publicó un libro. La gente lo leyó (o no). Obtuvo su respuesta. Fin de la historia. (Bueno, principio de otras 246 historias, pero me entiendes).
Lo que deberíamos hacer pero no hacemos:
- Define tu motivación como una pregunta específica que puedas responder, no como una aspiración vaga
- Pregúntate “¿qué problema específico quiero resolver?” en lugar de “¿cómo puedo avanzar?”
- Identifica qué tipo de validación realmente necesitas (¿Dinero? ¿Reconocimiento? ¿Autonomía? ¿Trabajar vía Zoom y no tener que usar pantalones?)
- Sé brutalmente honesto sobre qué te importa de verdad, no sobre qué se supone que debería importarte
Aquí está el truco. Sophie no necesitaba ser famosa o rica para validar su escritura. Solo necesitaba saber si conectaba con alguien. Esa claridad le permitió actuar rápido, porque su pregunta tenía una respuesta alcanzable.
Compara eso con tu objetivo de “convertirte en un líder reconocido en tu industria”. ¿Cómo sabes cuándo llegaste ahí? ¿Quién decide si eres “reconocido”? ¿Cuánto tiempo tienes que esperar para verificarlo?
Lección 4: proceso caótico, resultados consistentes
Okay, prepárate para esto. El “proceso de escritura” de Sophie es básicamente:
- Escoge nombres de personajes
- Decide si quiere escribir romance contemporáneo, histórico, fantasía… según su humor ese día
- Escribe todo de corrido, a veces sin ni siquiera planificar los capítulos
- El título lo decide al final
- La edición toma más tiempo que escribir el libro
“Empiezo buscando los nombres y si quiero hacer una novela contemporánea o de época o de fantasía o de lo que se me ocurra en ese momento –dice Sophie–. Escribo todo seguido, a veces ni pongo comas. La edición viene después, los capítulos vienen después y el título es lo último que se pone”.
Eso es todo. No hay outline de 40 páginas. No hay “beat sheets“. No hay “metodología de tres actos”. No hay post-its de colores en una pizarra blanca.
Por qué esto nos hace cuestionar todo
Porque nos han vendido la idea de que existe una “manera correcta” de hacer las cosas. Scrum. Agile. Six Sigma. OKRs. Design Thinking. Lean Methodology. La lista es interminable y cada consultor tiene su propia variación que cuesta 15,000 dólares aprender.
Y después está Sophie, escribiendo novelas sin planificar capítulos, y es literalmente la autora más leída de España en su categoría.
Lo que realmente importa:
- El mejor proceso es el que maximiza tu output, no el que se ve bien en un Gantt chart
- “Mejores prácticas” es solo una frase elegante para “lo que funcionó para otra persona en circunstancias diferentes”
- Documenta tu proceso, por raro que parezca (Sophie sabe exactamente cómo trabaja, aunque su proceso suene caótico para otros)
- Mide resultados finales, no adhesión ceremonial a metodologías
- Ten el descaro absoluto de decir “mi forma funciona” cuando tengas los números para respaldarlo
La parte incómoda. Probablemente has estado en un trabajo donde dedican más tiempo a discutir el proceso que a hacer el trabajo real. Reuniones sobre reuniones. Retrospectivas sobre retrospectivas. Documentación sobre documentación. Y al final del trimestre, ¿qué produjeron? Una presentación explicando por qué no alcanzaron los objetivos pero el proceso fue “excelente”.
Sophie no hace retrospectivas. Sophie escribe otro libro.
No estoy diciendo que todos los procesos sean malos. Estoy diciendo que la obsesión corporativa con encontrar “El Proceso Perfecto” es frecuentemente una forma elaborada de procrastinación. Es más fácil hablar sobre cómo vas a hacer las cosas que hacer las cosas.
Sophie descubrió qué funciona para ella —aunque parezca caos para todos los demás— y lo repitió más de 200 veces. Eso es un proceso. Solo que no es el que viene en el PowerPoint del consultor.
(Ahora todos estamos pensando en esa certificación carísima que nunca usamos).
Lección 5: Sophie Sabe Exactamente Cómo se Hace el Dinero (¿Tú Sí?)
Aquí es donde Sophie se pone realmente interesante. Porque no solo escribe rápido: también entiende su negocio con una claridad que haría llorar a tu CFO (de alegría o de vergüenza, difícil saber).
Sophie te puede decir exactamente esto:
- 70% de sus ingresos viene de Kindle Unlimited (que le paga por páginas leídas), no de ventas directas
- Sus lectoras son “voraces” (gente que puede leer 10 novelas por semana –¡diez!–)
- Muchas están suscritas a Kindle Unlimited específicamente por autoras como ella
En otras palabras: Sophie no solo escribe romance. Sophie ha optimizado completamente su producción alrededor del modelo de negocio que la sustenta.
Por qué la mayoría de nosotros no hace esto. Porque nos gusta pensar que somos “creativos” o “técnicos” o “estratégicos”, y que los números son para “otra gente”. El equipo de finanzas. Los business people. Los que usan corbata por gusto.
Pero aquí está la realidad brutal: si no entiendes cómo tu trabajo genera dinero, estás navegando con los ojos vendados. Puedes ser brillante en tu craft y seguir siendo irrelevante si no entiendes el modelo.
Lo que Sophie haría si trabajara en tu empresa:
- Estudiaría obsesivamente cómo se genera dinero real (no “valor”, no “impacto” —dinero)
- Identificaría las métricas que realmente importan (spoiler: no son las que están en el dashboard bonito)
- Conocería a su “cliente” mejor que nadie, incluso si trabaja en B2B y nunca lo ve
- Alinearía su producción con el modelo de monetización en lugar de luchar contra él
- Hablaría de números con la misma confianza con que habla de su expertise
La parte incómoda. Probablemente trabajas con gente que es increíblemente buena en su trabajo técnico pero no tiene ni idea de cómo la empresa hace dinero. Pueden ser developers brillantes, diseñadores excepcionales, writers talentosos, pero si les preguntas “¿cómo genera revenue lo que haces?” te van a dar una respuesta vaga sobre “crear valor para el usuario”.
Sophie podría explicarte su modelo de negocio en 30 segundos. Y no porque sea simple (no lo es), sino porque se tomó el tiempo de entenderlo.
Esto es crítico. Sophie no dejó que “ser artista” fuera excusa para ignorar el negocio. Es escritora y empresaria. Es creativa y estratega. No eligió una identidad, integró ambas.
Mientras tanto, en Corporate Land, tenemos gente que lleva años en ventas pero no puede explicar el margen de lo que vende. Tenemos developers que no saben cuánto cuesta cada usuario que adquieren. Tenemos marketers que miden “engagement” pero no conversión.
Sophie sabe exactamente cuánto gana por página leída. ¿Tú sabes cuánto genera cada hora de tu trabajo? (No, “mi salario dividido entre horas” no cuenta. Eso es lo que te cuesta a la empresa, no lo que generas para ella).
Lección 6: confianza inquebrantable (sin Arrogancia)
Sophie nunca dudó en publicar. En su primera semana subió siete libros. No esperó validación de expertos, no hizo focus groups, no contrató consultores. Confió en que los lectores decidirían, y tomó esa confianza como suficiente para actuar.
Aplicación laboral. La diferencia entre confianza y arrogancia es la disposición a ser juzgado por el mercado. Sophie tiene confianza porque está dispuesta a exponerse al feedback real, no porque crea que todo lo que hace es perfecto.
Cómo implementarlo:
- Separa “creer en tu trabajo” de “creer que eres infalible”
- Exponte al feedback real del mercado lo más rápido posible
- Acepta la crítica como data, no como ataque personal
- Mantén la confianza suficiente para seguir produciendo después de fracasos
- Ten el descaro de poner tu trabajo en el mundo sin pedir permiso previo
Lección 7: el descaro como ventaja competitiva
Sophie habla de su productividad como si fuera cosa fácil: “Así empecé y así voy a continuar porque Amazon me lo permite; en una editorial (tradicional) nadie te publicaría tan rápido. Y nada, a por el siguiente y el siguiente”.
Aplicación laboral. En muchas culturas corporativas, especialmente para mujeres, existe presión para minimizar logros, ser “humilde”, no “presumir”. Sophie nos muestra que hay una diferencia entre arrogancia improductiva y declaración franca de capacidades.
Cómo implementarlo:
- Practica declarar tus logros sin calificadores que los minimicen
- Elimina el “solo” de tu vocabulario (“solo soy”, “solo hice”)
- Cuando alguien comparta un logro menor que el tuyo, no necesitas fingir que son equivalentes
- Sé generoso con los demás pero honesto sobre ti mismo
- Usa el humor para desactivar tensión, pero no comprometas la verdad de tus capacidades
Lección 8: sostenibilidad a través de la pasión
Sophie produce a un ritmo que haría colapsar a la mayoría. ¿Cómo lo sostiene? Su motivación original sigue intacta: quiere saber si puede hacer reír y llorar a los lectores. Esa conexión emocional la alimenta.
No está instalada en el “hustle grinding” porque algún gurú en Instagram le dijo que los millonarios se levantan a las 5 a.m. a cazar su desayuno y hacer cold plunge. No está sacrificándose heroicamente por algún objetivo arbitrario. Está haciendo exactamente lo que quiere hacer, a la velocidad que funciona para ella.
Aplicación laboral. La productividad extrema sin burnout solo es posible cuando el trabajo está alineado con una motivación intrínseca poderosa. No es sobre disciplina férrea o sacrificio heroico; es sobre encontrar el trabajo que te energiza en lugar de drenarte.
Cómo implementarlo:
- Evalúa honestamente si tu trabajo actual conecta con tus motivaciones intrínsecas
- Busca roles donde el output del trabajo sea inherentemente satisfactorio para ti
- Reestructura tu trabajo actual para maximizar las partes que te energizan
- Si la pasión no existe, reconócelo y toma decisiones en consecuencia
El principio Sophie: velocidad + descaro + convicción
Sophie Saint Rose nos enseña que el éxito extraordinario no requiere seguir el manual corporativo. Requiere:
- Velocidad de ejecución que asuste a los tradicionalistas
- Descaro para declarar tu valor sin disculpas
- Convicción suficiente para actuar sin validación previa
- Claridad brutal sobre qué te motiva realmente
- Dominio técnico del modelo de negocio
- Disposición a ser juzgado por resultados reales
- Procesos personales que maximicen tu output único
- Pasión sostenible que convierta trabajo en energía
En un pantano laboral obsesionado con la planificación perfecta, los procesos estandarizados y la modestia profesional, Sophie Saint Rose es un recordatorio refrescante: a veces la mejor estrategia es creer en ti mismo, moverte rápido, y dejar que los resultados hablen.
Sus centenas de libros no son el resultado de un plan maestro de diez años. Son el resultado de una mujer que se preguntó si sus historias podían hacer feliz a alguien, y tuvo el descaro de averiguarlo al publicar en lugar de planear.
Y no. No usa IA.
La reflexión para llevar –¡lleve, lleve!–
- ¿Qué estarías haciendo si tuvieras la décima parte de la velocidad de ejecución de Sophie?
- ¿Qué “editoriales tradicionales” en tu vida profesional te están diciendo “no”, y qué “KDP” alternativo podrías buscar?
- ¿Cuál es tu pregunta equivalente a “¿le gustarán mis historias a alguien más”?
- ¿Tienes el descaro de declarar tu valor real sin calificadores que lo minimicen?
- ¿Estás midiendo adhesión a procesos o resultados finales?
Sophie Saint Rose no te diría que copies su método exacto. Pero sí nos dijo: “Si quieres vivir de tus sueños, tienes que trabajar y trabajar muy duro”.
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