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El trabajo remoto lo define la geopolítica, no la tecnología

La geopolítica determina quién trabaja, dónde trabaja y el tipo de trabajo que podemos idealizar.

El trabajo remoto lo define la geopolítica, no la tecnología [Images: Who is Danny/Adobe Stock; kashurin/Adobe Stock]

Érase una vez, antes de que entrara a escena la geopolítica, la idea era simple: ¡trabajar desde cualquier lugar y hacer home office! Gracias a los avances tecnológicos, no necesitabas estar atado a tu escritorio para colaborar con tus compañeros (o intercambiar memes). Con solo tu laptop y una buena conexión wifi, podías estar junto a la piscina de una isla, con una bebida en la mano y un atardecer de fondo.

Las empresas con esta visión de futuro reconocerían que el talento puede encontrarse en los lugares más inesperados. Los empleados tendrían la libertad de combinar su trabajo con la vida que aman, mientras los gobiernos lo facilitarían con visas especiales para nómadas digitales. El mundo entero podría convertirse en un gran y acogedor lugar de trabajo.

Pero vale la pena reflexionar: antes de cambiar tu traje por unas chanclas, es importante reconocer que el futuro del trabajo no es exactamente como lo imaginabas. Se gesta un escenario alternativo, en el que la geopolítica determina quién trabaja, dónde y cómo. Impulsados por la seguridad nacional y por una tendencia a favorecer a “sus” empresas sobre las “de otros”, los gobiernos remodelan el futuro laboral.

¿Puedes trabajar de manera remota?

La primera promesa del trabajo remoto fue que no podía democratizarse. Más personas del mundo podrían acceder a empleos en un modelo de talento y colaboración más distribuido. Las ideas fluyen por el mundo y las organizaciones se benefician de una inteligencia más global. Pero esa promesa choca con la realidad geopolítica.

Tomemos el caso de Apple. A medida que la empresa comenzó a trasladar algunas de sus operaciones de fabricación a la India, necesitaba contratar trabajadores a gran escala. Según un informe del Economic Times, se esperaba que el ecosistema de Apple en la India creara 600,000 empleos. Pero quién trabaja en estas instalaciones es una pregunta cada vez más compleja desde el punto de vista geopolítico.

Al principio, cientos de ingenieros y técnicos chinos apoyaban la expansión de Apple en India. Sin embargo, recientemente se pidió a más de 300 de ellos que regresaran a China. El llamado de los ingenieros —el segundo en los últimos meses— se interpretó como un intento de China de frenar la transferencia de tecnología a las operaciones indias e impedir la salida de la producción del país. Para continuar las operaciones, los proveedores de Apple recurrieron a ingenieros de Taiwán.

Los objetivos geopolíticos impulsaron las restricciones gubernamentales, que determinan cada vez más quién puede trabajar en proyectos líderes o de vanguardia, las personas que una empresa puede contratar y cuánto tiempo pueden permanecer en esos puestos.

Las empresas globales examinan detenidamente a su fuerza laboral y toman decisiones difíciles sobre quién trabaja en diferentes tipos de proyectos. Las empresas tecnológicas de Silicon Valley aumentan la verificación de seguridad del nuevo talento para mantener segura la información comercial.

El cambio de las tasas arancelarias podría poner en riesgo millones de empleos en Asia y otros lugares. Los trabajadores tailandeses que fabrican células solares están soportaron la peor parte de una guerra comercial entre China y Estados Unidos.

Un estudio a gran escala de directores extranjeros en empresas chinas que cotizan en bolsa encontró que a medida que las relaciones políticas se deterioraban, los directores extranjeros tenían más probabilidades de abandonar sus puestos. Por otro lado, los científicos de las agencias federales estadounidenses que enfrentaban despidos, especialmente aquellos con experiencia en IA, fueron el objetivo de reclutamiento para operaciones de investigación en China.

¿Se puede trabajar desde cualquier lugar?

La segunda promesa del trabajo remoto es que se puede trabajar desde cualquier lugar. Con los avances tecnológicos, los empleados ya no necesitan estar en la oficina… ni siquiera en el mismo país. Los nómadas digitales se movían entre ciudades, países e incluso continentes; se conectaban al trabajo mientras visitaban a la familia en otro país y adoptaban un estilo de vida más flexible. Pero la realidad geopolítica vuelve a poner límites.

A medida que los países priorizan su soberanía, la seguridad de los datos y la protección de intereses estratégicos, el acceso a datos, modelos y recursos tecnológicos extranjeros se vuelve cada vez más restringido. El Financial Times informó que universidades e institutos de investigación de otros países perdieron acceso a la mayor base de datos académica de China.

Cada vez más naciones implementan leyes de localización de datos, que obligan a las empresas a almacenar cierta información dentro del país para proteger la seguridad nacional. Estados Unidos, por ejemplo, limita la transferencia de datos de sus ciudadanos a ciertos países.

Estas restricciones complican el acceso a información extranjera, incluso para empleados de la misma empresa. Quienes viajan por negocios a China podrían no tener acceso a su correo electrónico laboral. Los analistas financieros, que trabajan a un ritmo acelerado para evaluar oportunidades de negocio, podrían descubrir que necesitan estar físicamente en un mercado específico para acceder a datos relevantes, no porque la tecnología no lo permita, sino porque los intereses políticos lo impiden.

Algunas empresas incluso piden a sus empleados cuando viajan a ciertos países usar celulares temporales y dejar sus computadoras de la empresa en casa. Sin tu fiel computadora, prepárate para interrupciones en el trabajo y en la productividad.

¿La tecnología te dejará realizar tu trabajo?

La promesa final del trabajo remoto es que la tecnología te permitirá realizar tu trabajo; es decir, realizar las mismas tareas que antes. Pero la geopolítica cambió la descripción del trabajo de muchos empleados.

Centrarse en los equipos, las operaciones o las finanzas de una empresa solía ser la tarea típica de un gerente. Con las rutinas adecuadas, estas tareas podían incluso completarse de manera remota. Pero los gerentes de hoy deben asumir tareas diferentes. Consideremos el caso de Jensen Huang, el director ejecutivo de la empresa más valiosa del mundo, NVIDIA.

Durante años, el Sr. Huang evitó el turbulento mundo del cabildeo en Washington, es decir, de influir directamente en legisladores y decisiones de gobierno para favorecer los intereses de su empresa. Prefirió pasar el tiempo con las compañías de videojuegos.

Pero cuando los chips de IA de la compañía explotaron en la política global, el trabajo del Sr. Huang cambió. Recorrió el mundo y convenció a los legisladores para que facilitaran la venta de los chips de su compañía. Se convirtió en una superestrella geopolítica que persuadía a líderes desde Estados Unidos hasta China sobre el papel de su compañía y su visión.

El Sr. Huang no está solo. Fortune informó sobre cómo las empresas forman equipos para seguir la evolución política y presentar rápidamente opciones a los líderes, pero que esos miembros abandonaron por completo sus trabajos habituales. Con la necesidad de estar al tanto de la situación e interactuar con actores políticos, el trabajo remoto es un tema cada vez más difícil de abordar.

Author

  • Srividya Jandhyala

    es profesora de Administración en la Escuela de Negocios ESSEC. Es autora de « La Gran Disrupción: Cómo la Geopolítica está Cambiando a las Empresas, los Gerentes y el Trabajo».

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    es profesora de Administración en la Escuela de Negocios ESSEC. Es autora de « La Gran Disrupción: Cómo la Geopolítica está Cambiando a las Empresas, los Gerentes y el Trabajo».

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Sobre el autor

es profesora de Administración en la Escuela de Negocios ESSEC. Es autora de « La Gran Disrupción: Cómo la Geopolítica está Cambiando a las Empresas, los Gerentes y el Trabajo».