[Foto: Getty Images]
Siempre he creído que la inspiración puede surgir de los lugares más inesperados. Para mí, uno de esos lugares fueron las páginas impresas de Fast Company. Solía leerla de principio a fin cada mes. Tenía una forma tan particular de combinar negocios, creatividad e innovación que me hacía reflexionar: “¿Cómo podemos hacer algo así?”. Para mí, era más que una simple revista: era una dosis mensual de posibilidades que podía adaptar y aplicar a nuestro propio trabajo.
Un número en particular incluía un artículo sobre Nike y su enfoque de la sustentabilidad. Describía cómo Nike había desarrollado un sistema para proporcionar a sus diseñadores datos sobre el impacto ambiental de diversos materiales: algodón, lana, poliéster, nailon, etc. Este sistema les permitía tomar decisiones más informadas y sostenibles durante el proceso de diseño.
Ese artículo me impactó. Se basaba en datos, algo que, lo admito, no es mi fuerte, pero he llegado a apreciar su poder. Lo que realmente me convenció fue cómo Nike utilizaba datos relevantes y específicos de cada producto para fundamentar una mejor toma de decisiones. No se trataba solo de tener información, sino de hacerla útil para personas que no necesariamente tenían formación en sostenibilidad.
Eso me hizo pensar: ¿Y si pudiéramos hacer algo similar en el mundo de las ciencias de la vida?
Guía para la sustentabilidad
En mi sector, los 12 Principios de la Química Verde ofrecen un marco excelente para integrar la sustentabilidad en el diseño de un producto o proceso químico, pero faltaba algo: una aplicación práctica y clara. En la práctica, funcionaba como teoría, no como herramienta. Así surgió la idea: ¿Y si pudiéramos aprovechar la gran cantidad de datos que ya teníamos —como las fichas de datos de seguridad (FDS) y los datos de fabricación— y conectarlos directamente con esos 12 principios?
Así nació el concepto de lo que hoy se conoce como DOZN.
Empezamos con un equipo pequeño pero muy eficiente, liderado por un químico con doctorado que era nuestro experto en química verde, varios becarios durante varios años y mucha fuerza de voluntad.
Nuestro siguiente paso fue desarrollar algoritmos para cada uno de los 12 principios, como catálisis, materias primas biorrenovables y prevención de la contaminación. Combinamos nuestros datos internos de fabricación con estos algoritmos para crear un sistema que pudiera cuantificar la sostenibilidad de forma significativa.
Luego, agrupamos los 12 principios en tres categorías según sus características comunes y creamos un sistema de puntuación agregado. Esto nos permitió proporcionar datos orientativos en las primeras etapas del desarrollo del producto, antes de que fuera necesario invertir en un análisis completo del ciclo de vida. Fue una forma más rápida y accesible de tomar mejores decisiones.
Comenzamos este trabajo a principios de la década de 2010, mucho antes de que la “huella de carbono del producto” se convirtiera en un término de moda. En aquel entonces, simplemente intentábamos resolver un problema para nuestros equipos internos. Pero una vez que tuvimos un sistema funcional, supimos que debíamos validarlo. Por lo tanto, nos asociamos con un tercero para garantizar la solidez científica de nuestros algoritmos. Incluso publicamos un artículo en una revista revisada por pares, detallando nuestra metodología para garantizar la transparencia y la credibilidad.
Esa validación marcó un punto de inflexión. No solo nos dio confianza en lo que habíamos creado, sino que también ayudó a que otros lo tomaran en serio. Desde entonces, el artículo ha sido visto decenas de miles de veces y citado en más de 150 publicaciones científicas.
Pero no nos detuvimos ahí.
Herramienta para el cliente
Nos dimos cuenta de que si nuestros equipos internos podían beneficiarse de DOZN, nuestros clientes también. Así que desarrollamos una versión segura de la herramienta, orientada al cliente. Permite a los usuarios ingresar sus propios procesos —de forma privada y segura— y obtener información sobre cómo reducir el impacto ambiental. Hoy en día, más de 3,000 usuarios confían en DOZN para guiar sus esfuerzos de sostenibilidad.
En retrospectiva, es increíble pensar que un solo artículo en Fast Company pudo dar origen a algo que ahora es una herramienta reconocida en la industria. DOZN ha transformado un marco teórico en una solución práctica y escalable que está ayudando a cambiar nuestra forma de pensar y practicar la química verde.
Y ese es, para mí, el verdadero poder de la inspiración: cuando una buena idea encuentra el momento adecuado y a las personas adecuadas, puede convertirse en algo mucho más grande de lo que jamás imaginaste.
![[Imagen: Adobe Stock]](https://fc-bucket-100.s3.amazonaws.com/wp-content/uploads/2025/11/14103340/p-1-91433692-three-signs-your-workplace-is-unprepared-for-a-crisis.webp)
![[Imagen: Freepik]](https://fc-bucket-100.s3.amazonaws.com/wp-content/uploads/2025/11/14110917/crisis-de-liderazgo-Fast-Company-Mexico-Cortesia.webp)
![Yvon Chouinard en Chile. [Foto: Jimmy Chin/cortesía de Patagonia]](https://fc-bucket-100.s3.amazonaws.com/wp-content/uploads/2025/11/14102307/Patagonia-ganacias-Fast-Company-Mexico-Cortesia.webp)