[Imágenes: Oleksandr Pokusai/Adobe Stock; Sevendeman/Adobe Stock]
El mercado laboral actual es más despiadado que nunca, y deja a muchos aferrados desesperadamente a sus puestos de trabajo en medio de despidos masivos y mirando de reojo a la competencia.
En tales entornos, un colega rival o un enemigo en el trabajo puede hacerse notar. Ver cómo un colega engreído es criticado por un error en una reunión o por un ascenso fallido suele ser profundamente satisfactorio —aunque no lo admitamos—.
Muchos conocen el nombre alemán para este impulso: schadenfreude, el placer que se siente por la desgracia ajena. Pero otro término, más relacionado con el trabajo, que ha surgido recientemente es “la observación de los fracasos”: una estrategia de afrontamiento surgida en el desafiante mercado laboral actual para sentirnos mejor con nuestra propia situación.
¿Cómo impacta la observación de los fracasos?
Las investigaciones han demostrado que ver a otros fracasar puede darnos un impulso de autoafirmación. Quienes tienen baja autoestima son más propensos a sentirse amenazados por quienes se esfuerzan al máximo —y a disfrutar viéndolos fracasar—. Estas reacciones son simplemente parte de la naturaleza humana.
Sin embargo, deleitarse con las desgracias ajenas tiene sus matices: desde un pensamiento fugaz y vengativo hasta el alarde público o el acoso en el lugar de trabajo.
“Este fenómeno es un síntoma de falta de confianza dentro del equipo, donde los empleados esperan con ansias que alguien cometa un error”, explica Peter Duris, director ejecutivo de Kickresume, a Fast Company. “Es mucho menos probable verlo en un entorno laboral saludable donde todos se sienten apoyados”.
La vigilancia de errores es mucho más frecuente en lugares de trabajo que no reconocen ni recompensan las contribuciones de sus empleados. Actualmente, solo 30% de los empleados siente que alguien en el trabajo fomenta su desarrollo, frente a 36% de marzo de 2020, según una encuesta de Gallup de 2025.
La competencia es feroz
Duris también vincula la vigilancia de los fracasos con los empleados de la Generación Z debido a la inmensa presión que enfrentan los trabajadores más jóvenes desde todos los ángulos. “Muchos han tenido que luchar mucho para abrirse camino”, afirma. En la actual crisis de contratación, los solicitantes que envían su currículum hoy tienen solo 0.4% de posibilidades de conseguir el empleo, según Business Insider. Los recién graduados son los más afectados, con una caída del 29% en las ofertas de empleo a nivel mundial desde enero de 2024, según datos del Foro Económico Mundial.
La competencia no termina ahí. Investigadores de la Universidad de Zúrich descubrieron que los entornos laborales altamente competitivos propician las condiciones perfectas para el surgimiento y desarrollo de la schadenfreude.
Es comprensible sentirse algo tranquilo si alguien más tiene dificultades en el trabajo cuando tú también las tienes. Pero hay una gran diferencia entre esto y rezar por la caída de alguien.
Si notas que alguien tiene dificultades, la mejor manera de responder es ofrecer ayuda si puedes, o simplemente ser amable y comprensivo. Si otro compañero intenta cotillear contigo sobre el fracaso reciente de un compañero, cambia de tema o, al menos, guárdalo para fuera del horario laboral.
Como dice el viejo refrán: Si no tienes nada bueno que decir, no digas nada.
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