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Cómo lidiar con un jefe molesto

Estos son 4 tipos de jefes que te pueden volver loco.

Cómo lidiar con un jefe molesto [Fuente Foto: Freepik]

Es bastante difícil lidiar con compañeros molestos. La cosa se complica aún más cuando la persona molesta es tu jefe. Al igual que con los compañeros, un jefe puede ser molesto de varias maneras. Desafortunadamente, hay que tener cuidado con muchos de ellos (aunque no con todos).

Para ser claros, el enfoque aquí es en los jefes molestos, no en los tóxicos. Un jefe narcisista, acosador o que siembra desconfianza no solo es molesto, sino que es perjudicial para ti y para la organización. Voy a hablar de cuatro cosas que pueden parecer insignificantes, pero si empiezas a temer tus compromisos con tu jefe —o a resentirte con él por sus debilidades—, esto puede perjudicar tu relación laboral.

El que te confunde

Algunas personas tienen la bendición de comunicarse con claridad. Abren la boca y se desatan párrafos enteros de frases bien formadas que iluminan cualquier tema del que hablen. Pero, como dijo Steve Martin: “Algunas personas tienen un don con las palabras, y otras… eh… no… tienen ese don”. 

Si tu jefe se encuentra en esta categoría, podría pedirte que hagas cosas, darte retroalimentación o, en general, hablar sobre asuntos laborales que no entiendes del todo. Podría ser tentador asentir con la cabeza y luego intentar resolverlo. Eso evita una discusión incómoda, pero probablemente cause más problemas de los que resuelve.

En lugar de eso, desarrolla una rutina con tu jefe para resumir el resultado de las reuniones o discusiones al final. Dile que esto te ayudará a recordar. Luego, repite lo importante. Tu jefe corregirá cualquier error. Además, este ejercicio podría darle palabras y frases adicionales que pueda usar para hablar contigo sobre temas similares en el futuro.

El microgestor

Un jefe que se mete en los detalles de tu trabajo es frustrante, porque te gustaría poder completar lo que haces sin supervisión constante. Hay dos razones comunes por las que los líderes microgestionan.

Cuando alguien asume su primer puesto de supervisión, suele estar en transición del trabajo de primera línea a la gerencia. Dado que su trabajo —hasta entonces— implicaba hacer algo similar a lo que tú haces ahora, puede resultarle difícil dejar de lado los detalles del trabajo para centrarse en lo que necesita hacer en su nuevo puesto. Para estos jefes, suele ser conveniente tener una conversación amable en la que se les hagan preguntas sobre sus nuevas responsabilidades y se les recuerde sutilmente que el trabajo de primera línea ya no forma parte de su día a día.

La segunda fuente típica de microgestión es la ansiedad. Cuando tu jefe no confía en su liderazgo o se siente amenazado por otros factores laborales, puede reprimir a sus subordinados para asegurarse de que nada salga mal. Si bien esta táctica puede hacerlos sentir mejor, hace que los demás se sientan mal.

Hay dos cosas que puedes hacer. Primero, crea un horario para comunicarte con tu jefe con cierta frecuencia. Te gustaría que fuera una vez por semana si puedes, pero quizás tengas que hacerlo, en un principio, al final de un turno de trabajo o cada dos días, y gradualmente aumentar hasta una vez por semana. Segundo, proporciona un documento compartido del estado de los proyectos. Este registro es útil de todos modos, ya que puede usarse cuando algo sale mal con un proyecto. Si tu jefe tiene acceso al estado de los proyectos clave, es menos probable que te presione para obtener esos detalles y que te dé sugerencias sobre cómo abordaría las cosas.

El olvidadizo

Una de las Cinco Grandes características de la personalidad es la meticulosidad, que refleja el grado de atención a los detalles y el seguimiento de las normas. Algunos jefes son meticulosos y están al tanto de los detalles de cada proyecto. Otros no.

Cuando tu jefe no es meticuloso, puede ser bueno al dar consejos estratégicos y tácticos, pero puede olvidar cosas después. Puede faltar a reuniones que no aparecen en su agenda u olvidar algo que te dijo que harías más tarde.

Un jefe olvidadizo necesita recordatorios más constantes que uno atento. Haz seguimiento a las reuniones con un resumen escrito de los puntos clave y cualquier información específica que necesites de tu jefe más adelante. Envía ese resumen por correo electrónico. Incluso los jefes menos atentos suelen revisar su correo electrónico y responder a las solicitudes directas en ellos.

Si necesitas obtener algo específico de tu jefe para una fecha específica, coordínalo con su administrador, si lo tiene. Asegúrate de que las fechas y solicitudes clave estén en su calendario. Un jefe olvidadizo suele ser consciente de que se le escapan cosas, por lo que tiene un sistema para evitar errores.

El narrador

Una ventaja de ser jefe es que la gente siente la necesidad de escucharte. Algunos jefes —sobre todo los que llevan tiempo en puestos de liderazgo— se acostumbran a tener público y pueden aprovechar las reuniones e incluso las conversaciones informales para contarte historias.

Un buen narrador es breve y relevante. Si tu jefe no es un gran narrador, verlo contar una historia larga puede causarte escalofríos. Quizás tengas que soportar varias de estas historias, sobre todo si estás sentado en la sala de descanso. Pero intenta tener algo programado durante las reuniones con tu jefe para tener algo a lo que llegar. Así, si él se lanza a una narrativa épica, tendrás una buena razón para disculparte y seguir adelante. 

Author

  • Art Markman

    PhD, es profesor de Psicología, Dimensiones Humanas de las Organizaciones y Marketing, así como Vicerrector de Asuntos Académicos en la Universidad de Texas en Austin. Art es el autor de Smart Thinking, Habits of Leadership, Smart Change, Brain Briefs y, más recientemente, Bring Your Brain to Work.

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    PhD, es profesor de Psicología, Dimensiones Humanas de las Organizaciones y Marketing, así como Vicerrector de Asuntos Académicos en la Universidad de Texas en Austin. Art es el autor de Smart Thinking, Habits of Leadership, Smart Change, Brain Briefs y, más recientemente, Bring Your Brain to Work.

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Sobre el autor

PhD, es profesor de Psicología, Dimensiones Humanas de las Organizaciones y Marketing, así como Vicerrector de Asuntos Académicos en la Universidad de Texas en Austin. Art es el autor de Smart Thinking, Habits of Leadership, Smart Change, Brain Briefs y, más recientemente, Bring Your Brain to Work.