[Imágenes: Svetlana Shinkar/Getty Images; VioletaStoimenova/Getty Images]
Es la época de celebraciones navideñas con amigos, familiares y, sí, compañeros de trabajo.
Los asistentes a las fiestas navideñas en el trabajo suelen dividirse en dos grupos. Primero, los que esperan con ansias ponerse un suéter feo y tomarse unos tragos con los de contabilidad. Segundo, los que ya tienen la excusa de “no puedo ir” desde mucho antes del 1 de diciembre.
Buenas noticias para estos últimos: el número de empresas que organizan algún tipo de fiesta navideña está en declive.
En 2007, 90% de las empresas afirmaron organizar alguna, según datos de Challenger, Gray & Christmas (el nombre es pura casualidad), una firma global de recolocación y consultoría. En 2024, esa cifra se redujo a tan solo 64%.
Después de pasar más de 40 horas a la semana con los compañeros de trabajo, ¿de verdad necesitas renunciar a una noche en la época más ajetreada del año para charlar un rato mientras comes canapés al por mayor?
Respuesta corta es si puedes, probablemente deberías.
A pesar de incluir la palabra “fiesta” en el nombre, aúnes un evento laboral. Incluso si tu empresa afirma que la fiesta es opcional, el mensaje implícito es que faltar puede estar mal visto o, al menos, la gerencia notará quién asiste o no.
Y si ocupas un puesto de liderazgo, prácticamente no tienes opción.
No asistir sin una buena razón hace parecer que el trabajador está desconectado del trabajo y equipo. Quizá sea una evaluación justa si se considera que el compromiso de los empleados está en su nivel más bajo en 10 años. Esto podría volverse en tu contra cuando te consideren para un ascenso en el futuro. Y es que ser visible y construir relaciones es clave para ascender.
Para muchos empleados, sin embargo, esa mentalidad parece anticuada. Las personas se centran cada vez más en mantener una línea clara entre su trabajo y su vida personal. Tienen una agenda apretada, lidian con el cuidado de los niños o problemas de salud, o simplemente no quieren ir, sin necesidad de justificar su decisión.
Cae la tolerancia a las fiestas navideñas de la oficina
Esto ocurre en un momento en que la tolerancia a la “diversión forzada” en el trabajo parece estar en su punto más bajo, desde las fiestas de jubilación hasta las horas felices después del trabajo, a las que la Generación Z se ha vuelto particularmente reacia.
Una encuesta realizada en 2023 a 1,000 trabajadores estadounidenses por la plataforma de análisis de personas Visier reveló que casi dos tercios afirmaron haber reducido o dejado de asistir a eventos laborales fuera del horario habitual, incluidas las fiestas navideñas. Si tu jefe no planea ir y una gran parte de tus compañeros suele faltar, probablemente no te importe hacer lo mismo.
Aun así, los jóvenes profesionales, en particular, son mayoritariamente partidarios de las fiestas de oficina. 95 % de los trabajadores de entre 18 y 34 años cree que las veladas navideñas “impulsan el compromiso”, según un estudio de Indeed. Las fiestas navideñas pueden ser divertidas si las organizas (aunque puedan ser la peor pesadilla de recursos humanos).
Si no te importa faltar, hay maneras de decir que no a los eventos laborales sin dejar de ser considerado un jugador de equipo. Pero si la diversión festiva forzada es tu propio infierno, recuerda que no tienes que quedarte toda la fiesta si no quieres.
Asegúrate de que tu jefe te vea, pide un par de aperitivos y márchate sigilosamente después de una hora aproximadamente. Ni siquiera tienes que desearle “Felices Fiestas” a nadie al salir.
![[Cortesía: Netflix]](https://fc-bucket-100.s3.amazonaws.com/wp-content/uploads/2025/12/05093417/Diseno-sin-titulo-6.jpg)
![[Foto: Getty Images]](https://fc-bucket-100.s3.amazonaws.com/wp-content/uploads/2025/12/04103830/INC-Masters-Fast-Company-publishing-37.webp)
![“Prometeo trae el fuego”, de Heinrich Friedrich Füger, 1817. [Imagen: Wikipedia]](https://fc-bucket-100.s3.amazonaws.com/wp-content/uploads/2025/12/04100853/Project-Prometheus-Bezos-Fast-Company-Mexico-Cortesia.webp)