[Foto base: Miller High Life]
Miller High Life lanzó “The Golden Ritual”, una campaña que propone sustituir la bonita costumbre de atragantarnos las 12 uvas al ritmo de las campanadas de Año Nuevo con esferas doradas comestibles hechas de cerveza. Es creativo. Es llamativo. Y muy probablemente no llegue a ninguna mesa mexicana este 31 de diciembre.
Miller High Life acaba de presentar su apuesta de fin de año: The Golden Ritual, una edición limitada de esferas doradas elaboradas con su cerveza que buscan reinterpretar el icónico ritual de las 12 uvas. La propuesta viene acompañada de un mensaje emotivo sobre recuperar conexiones con amigos que hemos dejado de ver, transformando la tradición de los deseos individuales en un compromiso colectivo: vamos a vernos más seguido.
La ejecución es impecable desde el branding. Las esferas tienen textura suave, similar a una uva dulce, y están hechas de cerveza Miller High Life, conectando con el posicionamiento histórico de la marca como “El champagne de las cervezas”. El concepto creativo cierra bien: una marca dorada, un ritual dorado, un momento de celebración elevado. Todo hace clic.
El problema es la realidad. Por más innovador que sea el producto, la tradición de las 12 uvas está tan arraigada en la cultura mexicana que intentar sustituirla con cualquier otra cosa –por más original que sea– enfrenta una batalla perdida de origen.
El arte del publicity stunt bien hecho
Porque de eso se trata realmente The Golden Ritual: de un publicity stunt. Y hay que decirlo sin rodeos. ¿Alguien va a comprar estas esferas de cerveza para su cena de año nuevo? Tal vez algunos curiosos, algunos fans acérrimos de la marca, probablemente varios para probarlas como novedad y subirlas a Instagram. Pero la gran mayoría de las mesas mexicanas seguirán con sus uvas tradicionales el 31 de diciembre.
La marca lo sabe. Los creativos detrás de la campaña también. Este tipo de activaciones no se miden por penetración de mercado o cambio de hábitos de consumo. Se miden por alcance, conversación, presencia de marca en un momento clave del año. Y en ese sentido, Miller High Life logra su objetivo: estar presente en la conversación de fin de año con una propuesta diferenciadora.
El comunicado de prensa cita datos relevantes del State of Social Connections Report (Meta + Gallup, 2022) sobre el distanciamiento social post-pandemia: 37% de los mexicanos ve a sus amigos en persona menos de una vez al mes. Es un insight real y una oportunidad emocional genuina para conectar. Pero hay un salto enorme entre identificar ese insight cultural y pretender que un producto de edición limitada va a cambiar comportamientos sociales profundamente arraigados.
Hay que aplaudir el esfuerzo
Dicho esto, hay mérito en la campaña. En un mercado cervecero saturado donde la mayoría de las marcas compiten con promociones de precio o comerciales repetitivos –el de la playita, el de la carnita asada o el de la reunión con los compadres–, Miller High Life está innovando en producto y generando contenido. Está tomando riesgos creativos. Está intentando ir más allá del típico “brinda con nosotros” genérico.
La innovación en formato –esferas comestibles hechas de cerveza—–es genuina. No es solo packaging nuevo, es desarrollo de producto. Carlos Alejandro Rosas, Brand Manager de Miller High Life, lo resume bien: “Con The Golden Ritual buscamos que cada persona encuentre en nuestra cerveza ese destello especial que convierte lo cotidiano en extraordinario y al mismo tiempo, seguir innovando con nuevos conceptos”.

¿Es ese “destello especial” suficiente para cambiar un ritual legendario? Obvio no. ¿Es suficiente para generar conversación, posicionar a la marca como innovadora y darle un momento cultural relevante en diciembre? Probablemente sí.
Al final, The Golden Ritual es exactamente lo que parece: una activación de temporada bien ejecutada, con un producto innovador que servirá más como pieza de conversación que como tradición familiar. Es el tipo de campaña que gana premios en festivales creativos y genera artículos como este, pero que difícilmente veremos replicada masivamente en las mesas mexicanas.
Y está bien. No toda campaña tiene que cambiar el mundo o revolucionar comportamientos. A veces, simplemente hacer que la gente hable de tu marca en el momento indicado, con un producto que respalde la promesa creativa, ya es suficiente. En ese sentido, Miller High Life está haciendo su trabajo. Solo hay que ser honestos sobre lo que realmente es: un buen publicity stunt de fin de año. Nada más, nada menos.
Las esferas doradas estarán disponibles en edición limitada, aunque la marca no ha especificado canales de distribución ni cantidades. Porque al final, no se trata de cuántas se vendan, sino de cuántas conversaciones generen.
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