[Imagen original: Mohamed_hassan/Pixabay]
La cuesta de enero no inicia después del 6 de enero. En muchos hogares, se construye desde semanas antes, y sus efectos ya se sienten. De acuerdo con Tala, empresa de servicios financieros, el fenómeno comenzó a tomar forma en noviembre de 2025.
David Lask, director general de Tala en México y Latinoamérica, explica que la inflación y el aumento en precios esenciales colocaron a muchas familias en una posición frágil antes de diciembre. “La inflación general cerró noviembre en 3.80% anual; los alimentos, que representan hasta 38% del ingreso mensual, subieron cerca de 5%”, dijo.
Ese incremento, combinado con el aumento en la intención de compra previo a las fiestas, marca un cambio: “Estamos ante una cuesta de enero que se forma desde el último trimestre del año”, explicó Lask.
Señales que anticipan el inicio de la cuesta de enero
La empresa identificó cuatro señales que sugieren que este año la cuesta de enero llegó antes de tiempo:
- La liquidez se deterioró desde noviembre por alzas en precios esenciales. Es decir, el margen financiero se redujo incluso antes de comenzar los gastos de temporada.
- Hay más personas usando crédito para cubrir gastos básicos como comida, transporte o servicios. Esto indica tensión en el ingreso disponible.
- Aumentó la recurrencia de microcréditos y solicitudes consecutivas. Aunque pueden ser útiles para amortiguar el impacto, también alertan sobre un estrés financiero persistente.
- Se registran pequeños atrasos de temporada. No representan morosidad estructural, pero sí muestran que muchas personas no alcanzan a cubrir sus compromisos a tiempo.
Cómo mitigar los efectos
Lask propone tres acciones prácticas para enfrentar la cuesta sin comprometer la estabilidad financiera.
1. Priorizar los gastos esenciales
Diferenciar entre gastos de temporada y esenciales es el primer paso. Comida, transporte, renta e insumos básicos deben estar cubiertos antes de pensar en regalos o cenas especiales. “El aguinaldo, bonos o ingresos extra deben dirigirse primero a blindar enero y febrero”, recomienda Lask.
2. Evitar la trampa de muchas deudas pequeñas
No es el monto total lo que complica las finanzas, sino la dispersión. “La trampa más común no es una gran deuda, sino muchas pequeñas. Juntas, se comen tu flujo sin darte cuenta”, explicó. Lask sugiere reducir el número de fuentes de deuda activas, centralizar pagos y evitar nuevos compromisos si ya existen tres o cuatro abiertos.
3. Usar herramientas que evalúan el presente, no solo el pasado
Tala promueve modelos de análisis que se basan en el comportamiento reciente de las personas, no solo en su historial crediticio. “Durante años, el sistema financiero ha castigado errores puntuales durante años. Pero si hoy cumples, usas tus ingresos con estabilidad y pagas a tiempo, puedes construir nuevas oportunidades”, señaló.
La recomendación es clara: pagar a tiempo, aunque sea un monto pequeño; mantener contacto con las instituciones en caso de atraso y usar el crédito para crear historial, no solo como último recurso.
“El comportamiento actual puede pesar más que los errores pasados si se demuestra constancia y responsabilidad. Eso es especialmente valioso durante la cuesta de enero”, concluyó Lask.
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