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Cómo detectar ‘cheapfakes’ en línea, según dos expertos en desinformación

Los titulares recientes advierten sobre sofisticados deepfakes impulsados por IA, pero son los cheapfakes los que alimentan la última ola de desinformación.

Cómo detectar ‘cheapfakes’ en línea, según dos expertos en desinformación [Getty Images]

Alguien que siga el conflicto que arde en Medio Oriente podría haber visto los siguientes dos videos en redes sociales. El primero muestra a un niño inclinado sobre el cadáver de su padre, suplicando en árabe: “No me dejes”. El segundo pretende mostrar a una mujer embarazada con el abdomen desgarrado y afirma ser el testimonio de un paramédico que manejó cuerpos de víctimas tras el ataque de Hamás en Israel, el 7 de octubre de 2023.

Aunque estos videos provienen de distintos lados del conflicto Israel-Hamás, lo que comparten supera lo que los separa. Ambos videos, aunque reales, no tienen relación con los eventos que afirman representar. El clip del niño es de Siria en 2016; el de la mujer es de México en 2018.

Cheapfakes, baratos pero efectivos

Los titulares recientes advierten sobre sofisticados deepfakes impulsados por IA. Pero son los cheapfakes, manipulaciones de baja tecnología como estas, las que alimentan la última ola de desinformación. Los cheapfakes son la navaja suiza del propagandista: cambiar una fecha, alterar una ubicación o reutilizar un clip de un videojuego como si fuera un combate real no requiere conocimientos avanzados, pero sí logra sembrar confusión.

La buena noticia es que puedes evitar caer en estos engaños, no examinando la evidencia de cerca (lo cual puede engañarte), sino esperando a que fuentes confiables verifiquen lo que ves. Sin embargo, esto suele ser difícil de hacer.

La mayoría de las personas no están equipadas para detectar este tipo de engaños. La investigación que revisamos en nuestro nuevo libro Verified: How to Think Straight, Get Duped Less, and Make Better Decisions About What to Believe Online muestra que casi todos caen en los cheapfakes.

En la mayor encuesta de este tipo, 3,446 estudiantes de secundaria evaluaron un video en redes sociales que pretendía mostrar fraude electoral en las primarias demócratas de 2016. Los estudiantes podían ver todo el video, parte de él, o salir del video para buscar información en Internet. Con solo teclear unas palabras en su navegador, podrían haber encontrado artículos de Snopes y la BBC desmintiendo el video. Solo tres estudiantes, menos de una décima parte de 1%, ubicaron la verdadera fuente del video que, de hecho, fue filmado en Rusia.

Ojitos mentirosos

¿Por qué los estudiantes fueron tan engañados? El problema, hemos descubierto, es que muchas personas, jóvenes y mayores, creen que pueden ver algo en línea y saber de qué se trata. No se dan cuenta de lo fácil que es engañar sus ojos, especialmente con imágenes que provocan emociones.

Cuando un video incendiario esquiva tu corteza prefrontal y llega al plexo solar, el primer impulso es compartir tu indignación con otros. ¿Cuál es un mejor curso de acción? Podrías pensar que es preguntarte si el clip es verdadero o falso. Pero una pregunta distinta —o mejor, un conjunto de preguntas relacionadas— es un mejor punto de partida.

  • ¿Sabes realmente lo que estás viendo?
  • ¿Puedes realmente decir si las imágenes son de atrocidades cometidas por fuerzas rusas en el Donbás solo porque el titular lo afirma y simpatizas con la causa ucraniana?
  • ¿La persona que publicó el video es un reportero establecido —alguien que arriesga su reputación si resulta ser falso— o alguien desconocido?
  • ¿Hay un enlace a un video más largo (cuanto más corto sea el clip, más cautela deberías tener) o afirma ser concluyente por sí mismo, aunque el título y la descripción dejen poco margen para conectar los puntos?

Estas preguntas no requieren conocimientos avanzados en análisis de videos. Solo requieren que seas honesto contigo mismo. Tu incapacidad para responder estas preguntas debería bastar para hacerte notar que, en realidad, no sabes lo que estás viendo.

La paciencia es una herramienta poderosa

Los reportes en redes sociales de “noticias de último minuto” suelen no ser periodismo real, sino interpretaciones manipuladas de vendedores de ira, acompañadas de emojis de rayos y signos de exclamación. Los reporteros confiables necesitan tiempo para verificar lo que ha sucedido; los vendedores de ira no. Los estafadores y propagandistas se alimentan de los impacientes. Tu mayor superpoder de alfabetización informativa es aprender a esperar.

Si el video es realmente importante, ten por seguro que no eres el único viéndolo. Hay muchas personas, algunas con técnicas avanzadas de análisis de video, que probablemente ya lo analizan para llegar al fondo de la cuestión.

No tendrás que esperar mucho para saber lo que han encontrado.


Sam Wineburg es profesor de educación e historia en la Universidad de Stanford. Michael Caulfield es científico investigador en el Centro para un Público Informado de la Universidad de Washington.

Este artículo fue republicado de The Conversation bajo una licencia Creative Commons. Lee el artículo original.

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