¿Te gusta hacer feliz a los demás? Probablemente. Ofrecer cuidado a otros y amabilidad se siente bien. Sin embargo, cuando se convierte en algo recurrente, puede cruzar una línea. La amabilidad puede transformarse en un deseo de complacer a los demás cuando desarrollas el hábito de priorizar las necesidades de los demás sobre las tuyas, dicen Jan Yuhas y Jillian Yuhas, consultoras de relaciones y coautoras de Boundary Badass: A Powerful Method for Elevating Your Value and Relationships.
“Inicialmente, estos hábitos pueden ayudarte a parecer un miembro confiable del equipo, pero con el tiempo, finalmente perjudican tu productividad y aspiraciones profesionales”, dijo Jan Yuhas. “Los complacientes soportan esta tensión en silencio, sintiéndose abrumados mientras intentan mantener la imagen de ser el ‘compañero de confianza’”.
Ser una persona que complace a los demás en el trabajo se muestra a través de la autocensura, dice Jillian Yuhas. “Pueden decir ‘sí’ a todo el mundo, asumiendo demasiadas tareas”, explicó ella, lo que puede hacer que se sientan abrumados. “Pueden tener miedo de pedir un aumento o un bono, porque temen que si hablan, podrían ser reemplazados o perder su empleo”.
Otra forma en que complacen a los demás que se puede volver tóxica es cuando la persona permite que otros se lleven el crédito por su trabajo, porque no quieren crear conflicto, añadió Jan Yuhas. “Siempre siguen las reglas, haciendo lo que se supone que deben hacer”, dijo. “Pero esto lleva a mucho agotamiento, cansancio y desilusión en su carrera, porque no están realmente abogando por sí mismos”.
¿Eres una persona que complace a los demás?
Las personas que complacen a los demás a menudo se enorgullecen de tener una ética de trabajo sólida. Sin embargo, las Yuhas afirman que hay señales de que esta característica puede estar cruzando la línea. Por ejemplo, una persona complaciente podría constantemente terminar las partes del proyecto de sus compañeros y un líder complaciente podría intervenir y hacer el trabajo de su equipo.
A menudo trabajan fuera del horario normal porque priorizan el horario o la agenda de otros sobre la propia. Además, los complacientes no se sienten respetados por sus compañeros y se frustran porque no reciben el reconocimiento que merecen.
“Puede tomar un tiempo que las personas se den cuenta de que tienen habilidades de complacer a los demás, porque está muy arraigado en la forma en que operan”, explicó illian Yuhas. “Inicialmente, se siente bien ser esa persona a la que todos recurren. No se dan cuenta de que se están aprovechando de ellos hasta mucho después. A menudo, tiene que suceder algo importante, como prometerles un bono que nunca reciben, para darse cuenta de que necesitan tomar medidas.”
Según una encuesta de YouGov, casi la mitad de los estadounidenses se identifican como personas complacientes. En cambio, las Yuhas recomiendan convertirse en un “boundary badass” (un experto en establecer límites).
Establecer límites de manera efectiva
Un “boundary badass” es alguien que es confiado y actúa desde sus valores, no desde sus emociones, explicó Jillian Yuhas. “No tienen miedo de hablar cuando sus límites fueron cruzados y abogan por sí mismos, mientras también aseguran que la relación se mantenga intacta”, explicó.
Mejorar en el establecimiento de límites requiere que comprendas profundamente tus valores personales. Prestar atención a tus desencadenantes emocionales es una buena forma de identificar cuáles pueden ser esos valores.
“Nuestros valores profesionales son lo opuesto al desencadenante emocional, porque es una necesidad que no se está cumpliendo”, explicó Jan Yuhas. “Tal vez te sientes herido emocionalmente cuando te llega trabajo de repente, como cuando te dan un proyecto enorme de repente y solo tienes 48 horas para terminarlo. Lo opuesto a ser sorprendido es la necesidad de transparencia y un aviso previo sobre los proyectos”.
Presta atención a lo que sucede cuando sientes que se están aprovechándose de ti o cuando te frustras con las dinámicas de las relaciones laborales. Una vez que reconozcas tus desencadenantes, puedes establecer un límite en torno al valor correspondiente. Las hermanas Yuhas recomiendan identificar tus cinco valores principales para las relaciones laborales. Ejemplos comunes incluyen la comunicación, la transparencia, la confianza, la responsabilidad y la integridad.
Proteger tus límites
Una vez que tengas tu lista, comunica claramente tus límites con colegas y clientes desde un lugar de profesionalismo y valor, más que de emoción. Si tu valor es la confianza, por ejemplo y un compañero de trabajo no está cumpliendo con su parte en un proyecto de equipo, las Yuhas recomiendan tener una conversación con él.
Podrías decir: “Parece que no estamos en la misma página respecto a cumplir con nuestros roles y la fecha límite de este proyecto. Yo valoro mucho la confianza. ¿Cómo podemos hacer un cambio en nuestra estrategia o modificar el plazo del proyecto para asegurarnos de que se cumpla a tiempo?”.
“Esto permite que las personas expresen su valor de una manera que promueva el crecimiento dentro de la relación o conexión”, dice Jan Yuhas.
Evita dar un ultimátum o insertar una demanda, agregó Jillian Yuhas. “No queremos usar emociones, porque las emociones son perspectivas unilaterales”, dijo. “Establece límites desde un lugar de valor, que es universalmente entendido. El objetivo es honrar la relación de una manera que permita que todos se sientan en paz mientras trabajan en el mismo entorno”.
A veces, establecer límites significa establecerlos contigo mismo. “Muchas veces, los complacientes formaron el hábito de quedarse callados y no hablar”, dijo Jillian Yuhas. “Pero cuando te quedas callado durante tanto tiempo, simplemente hay cosas que se acumulan. Eventualmente, ese volcán explota y se convierte en una situación emocionalmente reactiva”.
Cómo los límites ayudan
“Los límites protegen el respeto que te ofreces a ti mismo y te permiten mejorar tus relaciones con respeto mutuo, lo que te permite sentirte seguro contigo mismo”, agregó Jan Yuhas.
“Establecer un límite promueve el crecimiento en nuestra vida y en nuestras relaciones, permitiéndote ser escuchado y entendido”, explicó ella. “En el momento en que expresas tu valor, empezarás a ver un cambio en todas tus relaciones y eso promoverá el crecimiento. Te sentirás más en paz”.