A medida que salimos de las festividades navideñas, muchos de nosotros nos encontramos revisando los propósitos de Año Nuevo que hicimos hace apenas unos días. “¿Realmente le dijimos a todos que íbamos a hacer tantas cosas? 2025 se sentía tan lejano el 31 de diciembre”.
Quizá te sorprenda, pero los países pasan por algo similar respecto a las promesas que hicieron, los cambios que implementarían y los futuros que forjarían justo ahora. Es normal que a veces las cosas tarden más de lo esperado; es solo parte del proceso.
Esto nos lleva al tema de esta columna: la desdolarización del sur global a través de una moneda alternativa de los BRICS. Sí, hoy vamos a hablar de eso. Se acabaron las vacaciones.
El reinado del dólar y las sanciones
Desde el Acuerdo de Bretton Woods en la década de 1940, el dólar estadounidense ha sido el gran lobo feroz que ronda los mercados globales. Después de la Segunda Guerra Mundial, la economía global necesitaba una nueva moneda de reserva, inversión y reconstrucción de muchas partes del mundo. Durante un tiempo, el reinado del dólar fue ampliamente aceptado. Fomentó el comercio internacional al permitir que la mayoría de las transacciones se liquidaran en dólares sin necesidad de múltiples mercados de intercambio entre monedas menos líquidas.
Entonces, ¿qué pasó? ¿Por qué algunos países (y personas) quieren alejarse del dólar? En una palabra: sanciones.
Ciertamente, hay muchas otras razones por las que los países preferirían alternativas al dólar aparte de las sanciones. Pero para ser breve –y bajo la mirada atenta de mi editora sobre la longitud de mi columna, quien una vez me envió una foto de unas tijeras cuando mi texto era demasiado largo–, hablemos de las sanciones.
Esto e algo de lo que todos los lectores habrán oído hablar. Además, cualquiera puede entender por qué a los países sancionados no les gustan las sanciones.
Los BRICS y su moneda alternativa
Aquí entran los países BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica), con nuevos miembros, como Irán, Egipto, Etiopía y los Emiratos Árabes Unido. Esta organización se enfoca en los países en desarrollo del sur global. Uno de sus objetivos principales es reducir su dependencia del dólar estadounidense, no solo para liquidar transacciones comerciales, sino también para que estas naciones sean menos vulnerables a las sanciones de Estados Unidos (EU). Suena razonable, ¿no? Piensa en esto como su resolución de Año Nuevo colectiva… hecha hace más de 15 años.
Por cierto, si te preguntas si las sanciones son realmente tan comunes, sí, lo son. EU y otros países occidentales sirven sanciones como un buffet libre en el que cualquier país en su lista de sancionados puede pasar y servirse. ¿A qué saben las sanciones? Lo adivinaste, a pollo.
Entonces, mientras muchas naciones BRICS mastican sus sanciones con sabor a pollo, surge la pregunta: ¿qué tan probable es que la propuesta actual de desdolarización mediante una moneda alternativa de los BRICS se haga realidad? La respuesta es: poco probable.
Los desafíos de una moneda común
Uno de los principales desafíos para formar una verdadera alternativa al dólar estadounidense con una moneda BRICS es la heterogeneidad de los países que conforman la organización. Esos países están de acuerdo en alejarse del dólar, o al menos en tener una alternativa sólida que les proporcione más margen de maniobra desde una perspectiva comercial y de seguridad económica.
Pero más allá de eso, los objetivos de las naciones individuales comienzan a divergir.
Tomemos tres de los miembros originales de los BRICS como ejemplo. Es fácil ver cómo China, Rusia e India tienen visiones muy diferentes de cómo debería estructurarse el mundo en términos económicos, culturales y militares. Y a medida que más miembros se suman, se vuelve aún más complicado establecer una política monetaria que satisfaga las necesidades de todas las naciones miembro por igual. Este es uno de los problemas que enfrenta el euro hasta el día de hoy.
Esta heterogeneidad de culturas, idiomas, objetivos, etc., es lo que dificulta lograr una moneda común a largo plazo que reemplace al dólar de manera realista y significativa. ¿Podría haber algunos casos y mercados donde se utilice la moneda? Por supuesto. Pero en su forma actual, aún le falta camino por recorrer. Ten en cuenta que el dólar está respaldado por un solo país, con una ciudadanía unificada, un idioma común y un ejército muy grande.
Ahora, podrías preguntarte por qué elegí escribir sobre la moneda de los BRICS cuando usualmente escribo sobre tecnología. La razón es simple: el dinero es tecnología. Es el pegamento que une a las sociedades, nos da confianza cuando vemos nuestras cuentas bancarias y nos permite medir el valor de un día o un año de trabajo. No pagaste por el dispositivo en el que estás leyendo esto con una sonrisa o un guiño; lo pagaste con dinero.
A fin de cuentas, si los países occidentales (con Estados Unidos como actor principal) continúan abriendo más buffets de sanciones alrededor del mundo, llegará un momento en el que una moneda alternativa tendrá una verdadera oportunidad de reemplazar al dólar y/o al euro.
Pero por ahora, al menos a corto y mediano plazo, el dólar y su mejor amigo el euro parecen estar aquí para quedarse.