Los migrantes tienen miedo a las deportaciones y hoy más que nunca “viven entre las sombras”. Esto afecta su salud mental y la de sus familias debido a la amenaza de redadas en Estados Unidos, dijeron algunos expertos.
Los migrantes cargan la mayor parte de sus vidas con “inestabilidad e incertidumbre” debido a que han dejado atrás a sus seres queridos, afirmó Susanna Francies, psicóloga especializada en migración con 10 años de experiencia.
“Muchos migrantes sufren traumas, si sienten que tienen que permanecer en las sombras o que no pueden revelar su estatus migratorio, eso hace que sea más difícil para ellos acceder al tratamiento de salud mental”, explicó.
Ahora que Donald Trump aseguró que habrán deportaciones masivas, la incertidumbre se disparó en en las últimas semanas y es que hasta 2023, se informó que 65,1 millones de habitantes en Estados Unidos eran de origen hispano y de estos, 38 millones tenían raíces mexicanas.
Una vida marcada por la incertidumbre
Estar en constante estrés debido a la inseguridad que rodea su situación legal y las amenazas de deportación está afectando a los migrantes. La incertidumbre sobre su futuro, unida a la constante preocupación por la separación de sus familias o el regreso forzoso a sus países de origen, genera una sensación de vivir mientras sobreviven. Este término transmite la idea de una existencia inestable, donde no hay paz, ya que su vida se ve definida por miedos constantes y una ausencia de control sobre su destino.
“Se me elevó muchísimo la ansiedad”, declaró por teléfono a la AFP Alejandro Flórez, un venezolano de 26 años que llegó a Estados Unidos en 2016.
Él lo nota en la dificultad de conciliar el sueño. “Me cuesta dormir, desde la semana pasada si acaso he dormido cuatro o tres horas a la noche”, contó.
“Yo no puedo volver a Venezuela, si vuelvo me meten en prisión o me matan porque protesté contra la dictadura”, explicó el joven que ha solicitado asilo hace siete años y está protegido por un amparo migratorio que otorga permiso de residencia y trabajo conocido como TPS (Estatus de Protección Temporal).
Las organizaciones de defensa de los migrantes temen que las amenazas de Trump desaten el pánico y que los migrantes se escondan por miedo a las redadas que, en el caso de los niños, dejan una huella indeleble.
El efecto del trauma en los niños
Investigaciones realizadas por la ONG Centro de Derecho y Política Social (CLASP) demuestran que “la mera amenaza de separación puede perjudicar el desarrollo de un niño”, afirmó su directora de inmigración Wendy Cervantes, en una rueda de prensa.
Incluso cuando solo se percibe la amenaza de la separación familiar (como podría ocurrir en una redada), el impacto psicológico en los niños puede ser severo. Wendy Cervantes, directora de inmigración de CLASP, explicó que esta amenaza puede afectar gravemente el desarrollo emocional y psicológico de los niños, porque viven bajo una constante presión y ansiedad.
“Cuando deportan a un padre, los niños que quedan atrás sufren problemas de salud física y mental, obtienen resultados académicos adversos y enfrentan inseguridad alimentaria y de vivienda, lo cual puede durar años”, aseguró.
La separación de los padres y la incertidumbre sobre el futuro pueden causar en los niños:
- Inseguridad y afectación en su salud: Cuando los padres se sienten amenazados y no pueden proporcionar un ambiente estable o seguro, los niños pueden sufrir problemas de salud, ya sea por falta de acceso a servicios médicos o por los efectos del estrés continuo.
- Estrés post-traumático: La sensación de estar en peligro constante afecta la estabilidad emocional de los menores, llevándolos a experimentar síntomas de ansiedad, depresión, miedo y angustia.
- Impacto en el desarrollo físico y mental: La preocupación constante sobre la seguridad de los padres puede alterar el bienestar físico y emocional de los niños, afectando su capacidad para desarrollar habilidades sociales y académicas.
“Las redadas en el hogar suelen ser la peor pesadilla de un niño, ya que ocurren en la madrugada, cuando están dormidos, e incluyen la entrada forzada de agentes armados para llevarse a sus padres”, explicó.
Sobre la separación de las familias
También le preocupa la separación familiar. El “zar de la frontera” Tom Honan dirigió el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) en el primer mandato de Trump, durante el cual miles de niños fueron separados de sus familias para desalentar la llegada de migrantes sin visa por la frontera con México.
“Los expertos en salud confirmaron, una y otra vez, que sencillamente no hay una manera segura de detener a un niño”, afirmó Cervantes.
“Conocí a niños que fueron separados de sus padres en la frontera con México y tienen consecuencias duraderas”, confirmó Susanna Francies.
Honan dijo que es probable que se reintroduzcan centros de detención familiar y afirmó que los migrantes tendrían la opción de dejar en Estados Unidos a sus hijos nacidos en territorio estadounidense o ser expulsados con ellos. Cinco millones de niños estadounidenses tienen al menos a uno de sus padres en situación irregular. Entre tanto los migrantes viven pegados a los medios de comunicación.
“Gran parte del día está uno pendiente de qué dijeron ahorita, qué van a hacer”, dijo Flórez.