
El 15 de febrero, manifestantes se congregaron frente a tiendas de Tesla y estaciones de carga en decenas de ciudades de Estados Unidos, con carteles que decían: “Nadie votó por Musk”, “Vete a robar datos a Marte” y más. Hoy, trabajadores federales acudieron a tiendas de Tesla, además de otros lugares como un sitio de SpaceX y edificios gubernamentales, para protestar contra los recortes a servicios vitales y los despidos masivos. Más protestas en concesionarios de Tesla están previstas para este fin de semana, todas dirigidas contra el intento de Musk de controlar sectores del gobierno a través del llamado Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE).
Es una forma de atacar a Elon Musk donde es más vulnerable: las ventas de Tesla están cayendo y su activismo político está alejando a los consumidores de la marca. Además, la mayor parte de la riqueza de Musk está ligada a las acciones de Tesla.
“Necesitamos hacer que Elon Musk rinda cuentas”, dice Saqib Bhatti, cofundador y director ejecutivo del Action Center on Race and the Economy (ACRE), una organización sin fines de lucro que apoya las protestas a nivel nacional. “Si Musk va a causar estragos en nuestras comunidades, no puede esperar que sus negocios sigan como si nada en sus salas de exhibición”.
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DOGE, liderado por Musk, ha contribuido a la expulsión de miles de trabajadores federales de empleos críticos en agencias como la FDA, los CDC y la FAA. Los despidos también incluyeron a empleados encargados del arsenal nuclear del país, aunque el gobierno intentó recontratarlos de inmediato. Musk también “eliminó” la agencia humanitaria USAID, deteniendo el envío de medicamentos esenciales y dejando a los trabajadores humanitarios en una situación caótica. DOGE paralizó la Oficina de Protección Financiera del Consumidor (CFPB), que desde su fundación en 2011 ha ahorrado a los consumidores aproximadamente 21,000 millones de dólares y tenía planes para ahorrarles otros 15,000 millones al año en tarifas por sobregiro. Además, empleados de DOGE accedieron a datos fiscales sensibles en el Departamento del Tesoro y ahora buscan obtener más información del IRS. La lista sigue creciendo.
Todo esto probablemente viola múltiples leyes, y ya hay demandas en curso. Pero los manifestantes afirman que los ciudadanos deben actuar ahora. “Es desalentador ver la resignación y desesperanza de quienes se supone que deben liderar la resistencia: los demócratas en el Congreso”, dice Bhatti. “Estamos saliendo a decir: ‘Esto es lo que está pasando, esto es lo que significa y esto es lo que puedes hacer al respecto’. Sabemos que la gente puede luchar. En otros países, cuando las personas enfrentan la toma corporativa y fascista del gobierno, pueden revertir la situación”.
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En el sitio web TeslaTakedown, ciudadanos siguen organizando nuevas manifestaciones. Para los manifestantes, pararse frente a tiendas de Tesla es una manera de llamar la atención sobre el caos que DOGE está causando en Washington D.C. Pero si esto logra reducir aún más las ventas de Tesla, también es una forma estratégica de presionar a Musk.
Musk ya ha dañado la imagen de Tesla y las ventas de sus autos eléctricos han disminuido a medida que otros fabricantes siguen lanzando nuevos modelos eléctricos y los consumidores tienen más opciones. En Noruega, donde Tesla ha sido increíblemente popular en el pasado, las ventas cayeron casi 38% el mes pasado. En España, la caída fue de 75%. Incluso seguidores de la marca, que administraban sitios web enfocados en Tesla, han comenzado a vender sus propios autos. Las ventas también están en declive en California. Aunque las acciones de Tesla subieron tras las elecciones, han caído un tercio desde entonces. Un analista de Motley Fool sugiere que podrían desplomarse otro 50% o más.