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Los íconos de baños públicos se están reinventando para ser más inclusivos

Los íconos en las puertas de los baños no son solo diseño; reflejan cómo entendemos el género y su evolución en la sociedad.

Los íconos de baños públicos se están reinventando para ser más inclusivos [Foto: Depositphotos]

Durante décadas, los pictogramas que indican el género en los baños públicos reforzaron algunos estereotipos: un hombre con pantalón y una mujer con falda. Pero este código visual, que parecía un concepto que se quedaría por siglos ya está cambiando.

El psiquiatra Serge Tisseron, en su libro Au fond du couloir à gauche (Al fondo a la izquierda), documenta cómo estas señales ya están evolucionando en distintos países, especialmente en Francia y Estados Unidos. Su análisis parte de una colección de más de 200 pictogramas y fotografías que muestran cómo el diseño influye en nuestra percepción de género.

El origen de los baños separados

Los baños públicos diferenciados por género surgieron a principios del siglo XX, cuando las mujeres comenzaron a ocupar el espacio público. La separación se justificaba con la idea de que necesitaban “protección”. En un inicio, los letreros solo tenían palabras como “hombres” y “mujeres”, pero con el auge del turismo en los años 50, surgió la necesidad de una señalización universal.

Japón fue pionero en este lenguaje visual cuando, en los Juegos Olímpicos de 1964, introdujo pictogramas para facilitar la orientación de los visitantes internacionales.

Un diseño con sesgo masculino

Las primeras señales estilizadas reforzaban estereotipos: siluetas de hombres con hombros anchos y bastón, que representaba la “fuerza”; mientras que las mujeres eran representadas con caderas anchas o tacones, que evocaban la “maternidad” o la “seducción”. Con el tiempo, algunos establecimientos optaron por símbolos más creativos: retratos de ancestros, guantes, pistolas o zapatos de tacón para marcar las diferencias.

“El problema es que estas imágenes, diseñadas en su mayoría por hombres, perpetuaban normas que ya no reflejan la sociedad actual”, señaló Tisseron.

Hacia una señalización más inclusiva

A pesar de que la vestimenta ha evolucionado, los pictogramas se quedaron atrapados en un imaginario tradicional. “La moda ha evolucionado pero las representaciones de lo masculino y lo femenino apenas han cambiado”, comentó Serge Tisseron.

Desde los años 70, algunos diseños cambiaron, pero las diferencias de género siguen presentes en las formas geométricas utilizadas para representar hombres y mujeres. Las imágenes que se repiten “marcan nuestro imaginario”, señaló Serge Tisseron. Estas señales “influyen en nuestra representación de lo que es un hombre y una mujer”, como lo hacen otros símbolos visuales, por ejemplo la publicidad.

Activistas y asociaciones llevan años señalando el impacto del marketing estereotipado, especialmente en redes sociales. Pépite Sexiste, por ejemplo, ha denunciado prácticas sexistas en la publicidad y el consumo. Pero hasta ahora, la señalización de baños había pasado desapercibida en el debate sobre representación de género, advierte el psiquiatra Serge Tisseron.

La transición a baños mixtos

Hoy, cada vez más espacios están optando por señalizaciones neutras: íconos sin marcadores de género o simplemente la palabra “baños” o “WC”. Algunos diseñadores incorporaron figuras humorísticas, como personas mitad hombre y mitad mujer, o incluso extraterrestres.

Sin embargo, la transición a baños mixtos genera debate. Quienes los defienden argumentan que benefician a personas trans y no binarias, mientras que los opositores temen por la seguridad de las mujeres.

Lo cierto es que los íconos en las puertas de los baños no son solo una cuestión de diseño. Reflejan cómo entendemos el género y cómo la sociedad está en constante transformación.

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