
En la mayor parte del mundo, las mujeres constituyen la mayoría de la fuerza laboral del turismo. Los hoteles, por ejemplo, emplean a un gran número de personas locales, ofreciendo acceso económico y oportunidades para comunidades y grupos que a menudo están subrepresentados, en particular las mujeres. Estos empleos e ingresos impactan directamente a las comunidades donde se ubican los establecimientos. Además, generan efectos colaterales en cuestiones sociales más amplias, como la salud, la educación y la equidad social. Dado que el turismo representa 10% del PIB global, la oportunidad de impulsar un cambio social positivo es enorme.
Mientras aprendo más sobre el sector de los viajes y el turismo en mi nuevo rol en Travalyst, me he encontrado con ejemplos increíbles de cómo el turismo puede ser una fuerza para el bien, como SASANE en Nepal. SASANE es una empresa social que capacita a mujeres sobrevivientes de trata de personas para convertirse en guías turísticas y de senderismo certificadas. De manera similar, existe Amba Yaalu en Kandalama, el primer hotel de Sri Lanka operado completamente por mujeres: desde la gerente del resort hasta la jardinera. El hotel cuenta con 80 empleadas, todas mujeres. Este compromiso innovador con el empoderamiento femenino demuestra lo que es posible cuando los negocios no solo buscan generar ganancias, sino también retribuir a las personas y los lugares a los que sirven.
Una espada de doble filo
Sin embargo, sabemos muy bien que el turismo puede ser una espada de doble filo. Y, por otro lado, las prácticas poco éticas e injustas afectan a las mujeres empleadas en la industria del turismo. Por ejemplo:
- Vulnerabilidad económica. Históricamente, las mujeres se han concentrado en roles de asistencia, ocupando puestos que suelen ser subestimados y mal remunerados. En el turismo, son las camareras que trabajan sin descanso en los B&B, las meseras que sirven deliciosa cocina local en los restaurantes y las recepcionistas que atienden preguntas en la recepción.
Según la Organización Internacional del Trabajo, las mujeres ganan en promedio alrededor de 20% menos que los hombres. También realizan una gran cantidad de trabajo no remunerado en negocios turísticos familiares. Además, estos roles suelen ser estacionales, implican largas jornadas y ofrecen poca seguridad laboral, dejando a las trabajadoras expuestas y desprotegidas.
- Las mujeres como espectáculo. El turismo excesivo a menudo incrementa los riesgos de acoso sexual, especialmente para aquellas que trabajan en puestos de atención al público. Se ha descrito a los entornos turísticos como “climas calientes”, donde las mujeres suelen ser posicionadas como objetos de espectáculo, exhibición y consumo. Pensemos en las sobrecargos, promotoras de discotecas y bailarinas. Las prácticas turísticas pueden agravar este problema al mercantilizar las culturas locales y apropiarse de los roles o vestimentas tradicionales de las mujeres para sesiones fotográficas, como ocurre con las geishas en Japón.
- Cambio climático. Los eventos climáticos extremos están provocando un número creciente de desastres naturales, muchos de ellos en destinos turísticos, como los recientes incendios en Los Ángeles. Estas localidades, que dependen en gran medida del turismo, emplean a un gran número de mujeres, quienes perderán oportunidades de trabajo si los turistas dejan de visitar estos lugares debido a escenas apocalípticas de nubes de humo y resplandores anaranjados de las llamas en el fondo familiar de Hollywood.
El turismo puede traer beneficios económicos y sociales a las mujeres, pero la falta de sistemas justos y equitativos a menudo resulta en explotación y degradación para las comunidades locales. Según UN Tourism, para 2030 se esperan 1,800 millones de llegadas internacionales al año, casi el doble de lo que se registraba hace dos décadas. Acomodar esa cantidad de visitantes solo será sostenible si se va más allá de la rentabilidad, priorizando también a las personas y los lugares.
Una fuerza para el bien
Travalyst es una coalición de algunas de las empresas más importantes de la industria de los viajes y la tecnología, fundada por el príncipe Harry, duque de Sussex. A través de Travalyst, buscamos cambiar la forma en que viajamos. Mediante la colaboración con la industria y soluciones tecnológicas innovadoras, como nuestra nueva y ambiciosa iniciativa de centro de datos, nuestra misión es proporcionar información confiable a gran escala para fomentar una mejor toma de decisiones y acelerar el cambio basado en el impacto dentro del turismo.
El turismo puede ser una fuerza con el potencial de generar un bien tremendo o, si se maneja mal, causar daños significativos, incluso a las comunidades locales. Nuestro objetivo es obtener una comprensión más clara de cómo el turismo puede ser una verdadera fuerza para el bien y determinar qué cambios son necesarios para garantizar que cumpla con esa promesa.