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A 100 años de El gran Gatsby, este es el artista detrás de su legendaria portada

La portada surrealista de El Gran Gatsby, diseñada por Francis Cugat, captura la esencia misma de la novela: una mirada que observa, juzga y trasciende.

A 100 años de El gran Gatsby, este es el artista detrás de su legendaria portada [Foto: Cubierta de la primera edición de ‘El gran Gatsby’, con la portada diseñada por Francis Cugat]

Hay libros memorables y libros con portadas igualmente memorables. El gran Gatsby de Francis Scott Fitzgerald es uno de ellos. Su primera edición se lanzó con una sobrecubierta creada con la técnica del gouache por Francis Coradal-Cugat, un artista notable y exitoso de su época. Cugat fue un destacado diseñador, director artístico cinematográfico y responsable del color en algunas de las películas más icónicas del cine.

La vida de Francis Cugat, hermano mayor del célebre músico y director de orquesta Xavier Cugat, es apasionante. Nació en Girona en 1893, en un hogar antimonárquico. Su padre, tras haber estado en prisión por sus ideas, se trasladó con su familia a Cuba en busca de una vida mejor. En casa nacieron las inclinaciones artísticas de los hijos y eso llevó a Francis Cugat a estudiar en la Academia de Arte de Rheims y, más tarde, en la de Bellas Artes de París. A lo largo de su vida, viviría en La Habana, Nueva York, Chicago y Los Ángeles, entre otros destinos.

De Cuba a Gatsby

No se sabe muy bien cómo Cugat entró en contacto con el editor de Fitzgerald, Charles Scribner. Es posible que el contacto con Cugat se haya dado a través de Max von Gerlach, un hombre de negocios que operaba entre Cuba y Estados Unidos, y quien, según Zelda, esposa de Fitzgerald, inspiró al personaje de Gatsby.

Retrato de Francis Cugat en 1918. Theatre Magazine Company/Wikimedia Commons

Lo cierto es que Cugat, hasta entonces considerado un excelente retratista y creador de carteles para la compañía del famoso cantante de ópera Enrico Caruso –donde lo había introducido su hermano Xavier, primer violín de la orquesta–, conoció al famoso editor, y este le propuso realizar en 1924 la sobrecubierta del libro todavía no terminado de El gran Gatsby. Fitzgerald era uno de los escritores más prometedores de su época, quién había triunfado unos años atrás con A este lado del paraíso, publicada en 1920.

Cuando el escritor norteamericano vio los bocetos de la cubierta de su libro aún no finalizado, escribió a Scribner: “Por el amor de Dios, no le des a nadie esa sobrecubierta que estás guardando para mí. La incorporé al libro”.

Una cubierta icónica

La imagen diseñada por Cugat representa una escena nocturna de clara inspiración surrealista. En la imagen se puede ver en una línea del horizonte muy baja las luces del parque de atracciones de Coney Island. Sobre un cielo nocturno de azul Prusia aparecen unos grandes ojos de mujer que reflejan en sus pupilas un cuerpo desnudo. También podemos ver unos labios rojos y lo que parece ser una lágrima convertida en el reflejo de la luna. Unas líneas, como estrellas fugaces, abocetan lo que podría ser un rostro fantasmagórico que sobrevuela y observa la ciudad de Nueva York.

Cartel original de Francis Cugat de 'Celestial eyes' para la edición de 'El gran Gatsby'.
Cartel original de Francis Cugat de ‘Celestial eyes’ para la edición de ‘El gran Gatsby’. Princeton University Library

Para el artista, esos ojos reflejaban los de Daisy Buchanan, personaje inspirado en un antiguo amor del escritor, Ginevra King. Sin embargo, Fitzgerald vio ahí una mirada que transciende la realidad y observa desde las páginas al resto: Los ojos del doctor T.J. Eckleburg, que aparecen en una valla publicitaria en la frontera entre Manhattan y Queens, fueron incorporados al texto. Estos ojos no solo observan, sino que también juzgan el comportamiento humano, y su presencia se repite a lo largo de la novela.

El gran Gatsb se convirtió en uno de los libros más importantes del siglo XX, y su primera edición es uno de los ejemplares más anhelados por los coleccionistas. La portada ha recibido críticas furibundas, como la de Ernest Hemingway, quien la consideraba más propia de una novela barata de ciencia ficción que de una gran obra literaria.

En 1979, Charles Scribner III realizó una reedición que volvió a incluir la cubierta de Cugat, convirtiendo la edición original en un objeto de deseo. Se cree que hay menos de 1,000 ejemplares con la sobrecubierta original, lo que multiplicó su valor.

Una portada presurrealista

A ojos de hoy, la cubierta de Coradal-Cugat es una obra que podríamos encuadrar en el movimiento surrealista. Sin embargo, el manifiesto realizado por André Breton se publicó por primera vez el 15 de octubre de 1924.

Al observar la cubierta, en la que, como decíamos, se puede ver el cuerpo de una mujer desnuda dentro de las pupilas, no puedo dejar de pensar en la obra In Voluptas Mors de Dalí y Philippe Halsman, donde se ve una calavera construida con el cuerpo de varias mujeres desnudas.

Bocetos preliminares de la portada de El gran Gatsby dibujados por Francis Cugat en 1925 descubiertos por Matthew J. Bruccoli, estudioso de Fitzgerald, en 1990. Los bocetos muestran la evolución creativa del diseño de la sobrecubierta. Wikimedia Commons

Hay un paralelismo interesante entre esta portada y las obras de Dalí. Algunas de las obras más importantes del pintor surrealista sitúan el horizonte en la parte inferior del cuadro, al igual que hace Cugat: El Gran Masturbador (1929), Jirafa ardiendo (1937) o Los elefantes (1948). Situar el horizonte abajo es una propuesta muy cinematográfica e innovadora, heredera de los carteles de teatro y ópera de principios de siglo que hacían esa composición para dejar espacio para los textos arriba y abajo.

Si analizamos las cubiertas realizadas en 1924 y 1925, podemos ver que la mayoría están vinculadas con movimientos artísticos anteriores como el art nouveau, excepto las realizadas en la URSS y países próximos, que tienen una clara influencia constructivista. La obra de Cugat es un rara avis que se adelantó a su tiempo y que sirvió de inspiración a otras cubiertas realizadas posteriormente.

En 1924, el célebre actor y director del cine mudo Douglas Fairbanks convenció a Francis Cugat para que se mudase a California para convertirse en director artístico. El 18 de febrero de 1925 el Diario de Gerona publicó: “Por la prensa neoyorquina nos enteramos que don Francisco Cugat, hermano del renombrado violinista ampurdanés del mismo apellido, ha sido nombrado director artístico de la marca filmática Artistas Asociados, en la cual actúa la celebrada pareja Fairbanks-Pickford”.

La célebre cubierta de Francis Coradal-Cugat sobrepasó con creces a su creador, convirtiéndose en una referencia obligada de aprendizaje en cualquier universidad de diseño gráfico del mundo.


Juan Carlos Gauli Pérez es director del Departamento de Audiovisual y Creación Gráfica en la UDIT – Universidad de Diseño, Innovación y Tecnología.

Este artículo fue publicado originalmente en The Conversation. Lee aquí el original.

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