
Todos los días paquetes de salchichas, jamón, queso, litros de leche, galletas y pastelitos terminan en la basura. Toneladas de alimentos empaquetados se desperdician porque su fecha de vencimiento llegó o está cerca, aunque muchos de ellos aún podrían consumirse. Sin embargo, esa realidad está cambiando poco a poco con ayuda de la tecnología que conecta a personas con estos productos a un precio más accesible.
México es el segundo país de Latinoamérica donde más kilogramos de comida per cápita se desperdician cada año, solo detrás de República Dominicana. Al año, en el país, se desperdician más de 13 millones de toneladas de comida, de acuerdo con el Informe sobre el Índice de Desperdicio de Alimentos 2024 del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente.
Con ayuda de la tecnología, la startup mexicana Cheaf y la de origen argentino Kigüi están disminuyendo el desperdicio de alimentos de marcas de consumo, restaurantes y otros comercios al evitar que se vayan a la basura.
Impactos social, ambiental y económico
Mauricio Kremer, CEO de Kigüi, asegura que en los últimos tres años las empresas de consumo masivo están preocupadas por el desprecio de alimentos no solo por el impacto en sus márgenes (pues la merma puede representar hasta el 8% de la facturación de una empresa), sino porque esto genera un 10% de todas las emisiones de CO2 globales.
Kim Durand, CEO de Cheaf, coincide. De origen francés, él ha notado en México un cambio de mindset en temas de sustentabilidad mucho más marcada en el último año. Hoy ya es una prioridad para los negocios. Esto le ha permitido pasar de rescatar alrededor de 3,000 kg de comida al mes, cuando iniciaron en 2020, a casi 400,000 kg mensuales actualmente. Hasta ahora han rescatado 6 millones de kilos de comida en tres países: México, Chile y Argentina.
Durand se metió en este negocio luego de trabajar en Uber Eats en México y darse cuenta del problema que representa el desperdicio de comida, mientras que Kremer tenía la inquietud de solucionar esta problemática desde que estudiaba la universidad. Ambos son pioneros en usar la tecnología para disminuir las toneladas de comida que van a la basura.
El desperdicio de alimentos sí tiene solución
El CEO de Kigüi estima que las grandes cadenas de supermercados pueden tirar alimentos equivalentes a más de un millón de dólares mensuales. Hoy las empresas saben que hay alternativas.
“De pensar que ese problema nunca se iba a solucionar y ponerlo a un ladito, pasó a estar en el top cinco de prioridades en el tema de sustentabilidad”, afirmó Kremer.
La solución existe gracias a la tecnología. Mediante una app, Cheaf ofrece ahorros desde un tercio hasta 65% del precio original a los consumidores que rescatan comida principalmente en restaurantes y pastelerías. La plataforma tiene inscritos casi 3,000 comercios como Sanborns, Maison Kayser, Cinépolis, El Globo y Krispy Kreme.
Aún falta mucho
“Estamos lejos de poder tener el impacto que queremos tener, pero vamos avanzando en la dirección adecuada”, compartió Durand. Para incrementar ese impacto Cheaf se ha expandido a otros países. Hace dos meses Cheaf llegó a Argentina. En 2024, llegó a Chile y con eso creció casi cinco veces el volumen de su negocio.
Actualmente su app tiene más de 3 millones de usuarios, de los cuales 600,000 descargas ocurrieron en México en el último año, un crecimiento aproximado de 30%. Debido a esa tracción y al problema que están solucionando, la startuplevaantó 3.5 millones de dólares en capital de riesgo de inversionistas como 500 Global, Global Founders Capital, Darkmode Ventures y French Partners.
Kigüi, por su parte, también comenzó con un modelo B2C (dirigido a los consumidores finales) a través de una app donde los consumidores podían adquirir productos cercanos a caducar con descuentos mayores a 70%, evitando pérdidas a las marcas.
El enfoque B2B
Aunque el negocio iba bien y Kigüi había logrado inversión de riesgos de fondos como Newtopia VC y Connetic Ventures, en 2024, Kremer decidió ir un paso atrás en la misión de evitar el desperdicio de alimentos y mediante un modelo B2B (business to business). Creó un SaaS para eficientar el abastecimiento de productos con ayuda de la IA con la que digitaliza las fechas de caducidad y genera datos para optimizar la cadena de suministro de alimentos y así mandar la cantidad correcta que se consume en cada tienda. Con esta herramienta, Kremer asegura que han logrado reducir la merma de 50 a 30%.
La startup trabaja con las principales cadenas de supermercados como Walmart en México (país que representa 90% de sus ingresos) y desde su modelo B2C tuvo clientes como Sigma Alimentos, Nestlé, Chobani, Heineken. Kigüi opera en México, Argentina y Perú donde, hasta el año pasado, había salvado más de 300,000 dólares en productos que iban a ser una pérdida.
Mejoras con IA
Tras recaudar 1.4 millones de dólares (su ronda más reciente fue por 500,000 dólares liderada por The Yield Lab LATAM), el objetivo de Kigüi es seguir mejorando su producto con ayuda de inteligencia artificial para identificar a aquellos alimentos próximos a caducar con mayor antelación.
Tanto Kigüi como Cheaf están ayudando a que miles de latinoamericanos rescaten cientos de kilos de comida que iban a tirarse a la basura.
Las empresas participantes están comprometidas a reducir hasta 50% su desperdicio para 2030 y 2050, dice Kremer. Sin embargo, Durand asegura que el gran reto es generar más conciencia también del gobierno y del público en general, como ocurre en países de Europa, de donde él proviene y donde ha visto que plataformas como estas tienen mayor impacto.
Ya veremos si estas soluciones funcionan o también terminan en la basura.
Por Yanin Alfaro / SocialGeek