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¿Cómo puedo lograr que mi jefe deje de enviarme correos electrónicos en mitad de la noche?

Los empleados más valiosos y productivos nunca son los adictos al trabajo que responden mensajes a todas horas.

¿Cómo puedo lograr que mi jefe deje de enviarme correos electrónicos en mitad de la noche? [Fuente Foto: Freepik]

Este dilema está estrechamente relacionado con la cuestión de cómo decir “no” en el trabajo sin sentirte culpable y cómo contraatacar si tu carga de trabajo es demasiada. Todo forma parte de establecer límites, pero en un mercado laboral incierto, trazar líneas firmes entre el trabajo y el tiempo personal puede resultar más complicado aunque se trate de correos.

Eso no significa que no debas establecer límites. De hecho, los empleados más valiosos, creativos, productivos e innovadores nunca son los adictos al trabajo que responden a los mensajes a todas horas. Numerosos estudios han demostrado que una cultura de “siempre conectado” no solo destruye la moral de los empleados, sino que también causa estrés que afecta negativamente al rendimiento laboral.

Si bien, no puedes controlar el comportamiento o el estilo de trabajo de tu jefe, puedes establecer expectativas claras sobre cómo trabajas tú. Aquí hay algunas formas de hacerlo:

Crea tu propio horario de oficina y de correos

Muchos trabajamos de forma remota o híbrida, lo que significa que solemos trabajar con personas en diferentes zonas horarias. Incluso quienes comparten la misma zona horaria pueden tener diferentes cronotipos, o momentos del día en que son más productivos.

Por esta razón, a muchas personas les ha resultado útil poner un mensaje en su correo electrónico, Slack y otras plataformas de comunicación que diga algo como “Mi horario laboral es de 9 a.m. a 5 p.m. Responderé a su mensaje dentro de ese horario”. Pueden incluirlo como parte de su estado o firma, o como respuesta automática a los mensajes recibidos fuera de ese horario.

Si sueles tener un horario menos tradicional, también puedes indicarles a tus compañeros de trabajo que, si bien podrías enviarles correos electrónicos a las 9 p.m. o 6 a.m., no esperas que respondan. Incluir una línea de firma como: “Mi horario laboral puede no ser tu horario laboral. No te sientas obligado a responder fuera de tu horario laboral normal”, puede ser de gran ayuda para demostrar que tienes expectativas razonables.

Ambos enfoques pueden ser un buen comienzo para hacerle saber a tu jefe que no responderás a los mensajes fuera del horario laboral sin ser confrontativo. También puedes configurar tu estado para posponer las notificaciones o, mejor aún, guardar tus dispositivos en una habitación separada.

Tener una conversación directa

Al menos el 60% de mis consejos en el lugar de trabajo se reducen a “tener una conversación directa”. Puede parecer obvio, pero la mayoría de las personas evitan las discusiones incómodas en el lugar de trabajo. Sin embargo, una vez que superas el miedo inicial y la incomodidad de sacar a colación algo, una conversación directa suele ser la mejor manera de abordar un problema. En este caso, puedes sacarlo a colación durante otra junta habitual, cuando ya estén hablando de proyectos en los que estás trabajando.

Prueba algo como “Por cierto, creo que nuestros horarios están un poco desalineados. He notado algunos mensajes tuyos fuera del horario laboral. Pospongo mis notificaciones los fines de semana y después de las 5 p.m. los días laborables, por eso no respondo de inmediato”. También puedes aconsejar a menudo, si crees que estarían abiertos a ello: “¿Sabías que puedes programar tus mensajes para que se envíen durante el horario laboral?”.

Si ninguno de esas técnicas funciona, simplemente puedes no responder a los mensajes y, si tu jefe lo menciona, puedes señalar las leyes de horas extra que hacen ilegal que los jefes se comuniquen con los empleados fuera del horario laboral. 

El trabajo no suele encajar perfectamente en un horario de 9 a 5, y siempre debes asumir que hay buenas intenciones –y ser empático con tu jefe, quien podría estar bajo mucha presión-. Pero siempre debes proteger tu equilibrio entre la vida laboral y personal, porque eso es lo que te convierte en el mejor empleado, no la hora de responder a tus correos electrónicos a las 11 de la noche.

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