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3 maneras respaldadas por la ciencia para encontrar un buen jefe

Tu jefe influirá profundamente en tu bienestar, tu trayectoria profesional y tu experiencia diaria. Aquí te explicamos cómo reconocer las señales correctas durante la entrevista.

3 maneras respaldadas por la ciencia para encontrar un buen jefe [Fuente Foto: Freepik]

Es probable que hayas tenido un mal jefe en algún momento de tu carrera, pero es raro encontrar un buen. Las investigaciones demuestran que hasta 65% de los empleados preferiría un nuevo jefe antes que un aumento de sueldo y aproximadamente la mitad de quienes renuncian a sus trabajos citan a su gerente como la principal razón para dejarlo.

Los malos jefes no solo son una molestia; también reducen la productividad, reducen el compromiso y representan un riesgo para la salud mental. Crean culturas tóxicas, frenan el crecimiento y, a menudo, expulsan a los mejores, a la vez que promueven la disfunción. Entonces, ¿por qué seguimos teniendo malos jefes?

Las empresas llevan mucho tiempo intentando solucionar el problema del “mal jefe”. Invierten miles de millones en programas de desarrollo de liderazgo, coaching ejecutivo y, cada vez más, en herramientas de retroalimentación basadas en IA que prometen “mejorar” a los gerentes. Estos esfuerzos no son del todo inútiles —algunos líderes sí mejoran—, pero el retorno general de la inversión sigue siendo decepcionante. Los datos de Gallup siguen mostrando que la mayoría de los gerentes no están bien preparados para liderar. ¿Por qué? Porque el liderazgo, como el carácter, es difícil de cambiar, y aún más difícil de escalar.

Pero quizá nos hemos estado haciendo la pregunta equivocada todo este tiempo. En lugar de intentar corregir a los malos jefes a posteriori, ¿por qué no nos centramos en elegir mejores desde el principio?

Así como reflexionamos mucho al elegir una pareja, considerando la compatibilidad, los valores y el potencial a largo plazo, deberíamos abordar la elección de un jefe con el mismo cuidado. Al fin y al cabo, tu jefe influirá profundamente en tu bienestar, trayectoria profesional y experiencia diaria. Los errores pueden ocurrir, pero a menudo se pueden evitar si aprendemos a reconocer las señales correctas.

Aquí hay tres principios basados ​​en evidencia para elegir lo más parecido a un jefe “perfecto”, o digamos simplemente un jefe decente, bueno y beneficioso…

Olvídate del carisma: acepta la competencia aburrida

El carisma es la imagen de perfil del liderazgo en las apps de citas: seductor, memorable y a menudo engañoso. Deslumbra en entrevistas de trabajo, asambleas públicas y reuniones generales. Pero con el tiempo, ese mismo encanto puede transformarse en búsqueda de atención, volatilidad y narcisismo. Muchos de los jefes más ineptos y destructivos que he conocido (y estudiado) tenían una confianza desbordante y poca competencia. Tenían mucho estilo y poca sustancia, y sus equipos lo sufrieron.

¿Cómo identificarlos? Pon atención a la grandilocuencia —como frases del tipo “yo transformé todo el área”—, al exceso de confianza y al uso constante de nombres propios durante las entrevistas. Este tipo de personas suele hablar más de sí mismas que del equipo. A veces resultan carismáticas o entretenidas, hasta que eres tú quien tiene que limpiar el desastre de sus decisiones impulsivas.

Ahora, compare esto con el jefe “aburrido pero efectivo”. Son tranquilos, mesurados y, a menudo, decepcionantes en la primera impresión. Puede que no te deslumbren en la entrevista, pero demuestran un profundo conocimiento de su campo. Hablan de logros colectivos, no de triunfos personales. Hacen preguntas, toman notas y escuchan atentamente.

Los jefes competentes se centran en la ejecución, la alineación y el desarrollo de las personas, no solo en autopromocionarse. Puede que no se lleven todo el crédito, pero por lo general lo merecen. Si el carisma es lo que buscas el primer día, la competencia es lo que te agradecerás haber elegido el día 100.

Encuentra a alguien que te haga mejor

Los mejores jefes actúan más como entrenadores que como comandantes. No se limitan a asignar tareas, sino que desafían, impulsan y apoyan a su equipo. Como lo expresó la experta en liderazgo y académica Herminia Ibarra, el liderazgo moderno se trata menos de dar respuestas y más de “hacer las preguntas correctas, permitir que otros aprendan y crear un espacio para que las personas crezcan”.

Si tu posible jefe no puede describir cómo ayuda a desarrollar a su equipo, es una señal de alerta. Aquí tienes algunas preguntas que puedes hacer en entrevistas o charlas informales para evaluar su orientación hacia el desarrollo de personal:

  • “¿Puedes hablarme de alguien en tu equipo que haya crecido significativamente bajo tu liderazgo?”
  • ¿Cómo ayudar a las personas a identificar y desarrollar sus fortalezas?
  • “¿Cómo se ve el éxito para alguien en este puesto dentro de seis meses?”

Los buenos jefes responden con historias específicas, no con clichés genéricos. Hablan de retroalimentación, mentoría, tareas que exigen retos y evaluaciones de talento. Los mediocres desvían la atención o se centran principalmente en el rendimiento y el control. Un jefe comprometido con tu crecimiento vale su peso en acciones.

Priorizar la personalidad sobre el talento innato

A menudo asumimos que, por ser alguien muy talentoso, es un placer trabajar para él. Pero el talento puede haberle conseguido el trabajo, no haberlo mantenido en él. Sin embargo, su personalidad determinará su experiencia diaria. Por eso, la personalidad debería ser más importante para ti que su currículum.

¿Qué rasgos deberías buscar? Empatía, inteligencia emocional (IE), integridad, curiosidad, humildad y autoconciencia. Estos son los cimientos de la seguridad psicológica, la confianza y el buen juicio, todos los cuales impulsan a los equipos de alto rendimiento. Afortunadamente, puedes evaluar muchos de ellos en una conversación:

  • Empatía. ¿Te preguntan sobre tus intereses, te escuchan activamente y responden a tus señales?
  • Integridad. ¿Reconocen a los demás, admiten errores y evitan prometer demasiado?
  • Curiosidad. ¿Hacen preguntas perspicaces o pretenden que ya lo saben todo?
  • Humildad. ¿Comparten lo que todavía están aprendiendo o las áreas en las que están trabajando?
  • Autoconciencia. ¿Reconocen los comentarios pasados ​​o su estilo de liderazgo? ¿Saben cómo los ven los demás?

Un jefe talentoso puede impresionarte en una presentación. Una gran personalidad hará que cada reunión sea más humana y cada momento difícil, más llevadero. Al final, la personalidad es la clave para predecir a tu jefe en el futuro: somos lo que hacemos repetidamente, y si logras descubrir qué es lo que motiva a tu jefe, tendrás mejores relaciones con él en el futuro, incluso si tienes que esforzarte para adaptarte.

Puede que no exista el jefe perfecto, pero sí el jefe ideal para ti. Elegir con sabiduría en qué tipo de trabajo quieres estar puede marcar la diferencia entre detestar los lunes y amar lo que haces. Así que no te centres solo en el salario, los beneficios o las marcas. Piensa en la persona que moldeará tu experiencia diaria y tu crecimiento a largo plazo.

Recuerda: el carisma se desvanece, la competencia se consolida. Busca un jefe que forje la reputación de los demás, no solo la suya propia. Y nunca subestimes el poder de la empatía, la integridad y la humildad: no son habilidades blandas, son superpoderes.

Después de todo, puede que tu jefe no sea tu pareja, pero probablemente pasarás más horas del día con él que con casi cualquier otra persona. Elige bien. Un jefe no es solo un puesto, es un estilo de vida. Si eliges al jefe equivocado, podrías pasar tus mejores años descifrando correos pasivo-agresivos y protagonizando un reality show laboral donde el villano siempre gana… y tú eres el trabajo emocional no remunerado que nadie reconoce en los créditos.

Author

  • Tomas Chamorro-Premuzic

    El Dr. Tomas Chamorro-Premuzic es Director de Innovación en ManpowerGroup, profesor de psicología empresarial en University College London y la Universidad de Columbia, cofundador de deepersignals.com y asociado del Laboratorio de Finanzas Emprendedoras de Harvard.

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    El Dr. Tomas Chamorro-Premuzic es Director de Innovación en ManpowerGroup, profesor de psicología empresarial en University College London y la Universidad de Columbia, cofundador de deepersignals.com y asociado del Laboratorio de Finanzas Emprendedoras de Harvard.

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Sobre el autor

El Dr. Tomas Chamorro-Premuzic es Director de Innovación en ManpowerGroup, profesor de psicología empresarial en University College London y la Universidad de Columbia, cofundador de deepersignals.com y asociado del Laboratorio de Finanzas Emprendedoras de Harvard.

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