
En junio de 2024, un equipo de buzos hundió un curioso conjunto de 24 esculturas frente a la costa norte de Bali. Las esculturas parecen obras de arte —y en muchos sentidos lo son—, pero también son arrecifes conmemorativos que convierten las cenizas de cremación en estructuras que regeneran la vida marina.
Durante los últimos tres años, una startup británica llamada Resting Reef ha estado trabajando para rediseñar la industria del cuidado funerario. En lugar de conservar las cenizas en una urna (que muchas veces termina acumulando polvo en un estante) o esparcirlas en el mar (un gesto fugaz que no deja huella duradera), puedes hacer que Resting Reef las integre en un memorial submarino que además funciona como un arrecife artificial.
Ahora, los resultados están aquí: a un año de colocarlos en un tramo árido del lecho marino en Bali, los arrecifes artificiales han atraído a más de 46 nuevas especies marinas. El sitio ahora cuenta con cuatro veces la biodiversidad de peces en comparación con la ubicación similar más cercana, gracias en parte a las algas calcáreas y algas césped que han crecido sobre la superficie de los arrecifes, proporcionando hábitat para muchos organismos marinos.
El piloto en Bali —financiado por seis subsidios gubernamentales del Reino Unido— es el único arrecife de este tipo en el mundo. Está hecho con cenizas de mascotas, pero los arrecifes hechos con cenizas humanas llegarán próximamente. El equipo también está en conversaciones con sitios en Plymouth, Reino Unido, y en México. “Así como tenemos un cementerio a la vuelta de la esquina, en el futuro tendremos sitios conmemorativos —sitios marinos— que abrirán alrededor del mundo”, dice Aura Elena Murillo Pérez, quien cofundó Resting Reef junto con Louise Lenborg Skajem.

El fertilizante de la naturaleza
A pesar de nuestras diferencias en vida, todos somos reducidos a la misma composición química cuando morimos. La composición exacta de las cenizas de una persona puede variar según su peso, dieta, edad y genética, pero la mayoría de las veces están compuestas principalmente por fosfato de calcio.

Este fosfato de calcio es “uno de los principales fertilizantes de la naturaleza”, dice Skajem. Si esparces las cenizas sobre el césped, los minerales en exceso se filtran en el suelo. Pero cuando se capturan como parte de la mezcla que compone un Resting Reef, ayudan a que distintas especies se adhieran a la estructura y crezcan sobre su superficie bioreceptiva.

La proporción exacta de materiales es parte de la propiedad intelectual de la empresa, pero el equipo está comprometido a trabajar con materiales disponibles localmente. En Bali, los arrecifes utilizados para el piloto se fabricaron con cenizas de perros y caballos mezcladas con conchas trituradas y arena volcánica recolectada en la isla. En el Reino Unido, la empresa ha desarrollado una fórmula sin cemento que, según afirma, tiene una huella de carbono muy baja.

Rediseñar la muerte
El negocio de la muerte necesita urgentemente una transformación. El mundo se está quedando sin espacio para enterrar a los muertos, y la cremación emite en promedio 500 libras de dióxido de carbono por persona a la atmósfera (el equivalente a conducir más de 800 kilómetros en auto).
Como respuesta a esta creciente crisis, en la última década han surgido varias startups. Algunas usan ataúdes biodegradables de cáñamo, otras ofrecen entierros poco profundos que se convierten en árboles, y otras apuestan por la “aquamación”, que disuelve el cuerpo mediante hidrólisis alcalina, una alternativa más amigable con el ambiente. Según algunas estimaciones, el mercado de entierros ecológicos estuvo valuado en 622 millones de dólares en 2023 y se proyecta que superará los 1,000 millones antes de 2030.

Resting Reef se inserta perfectamente en este ecosistema. Aunque aún depende de restos cremados o tratados por aquamación, la empresa fue fundada bajo la premisa de que podemos honrar a nuestros muertos al tiempo que damos nueva vida a ecosistemas marinos alrededor del mundo. Cuando hablé por primera vez con las fundadoras en la primavera de 2022, su enfoque estaba en los arrecifes de ostras, que son sumideros naturales de carbono pero han sido devastados por la sobreexplotación y la contaminación. Ahora el modelo se adapta al hábitat que más necesite restauración. En la costa norte de Bali, eso significa corales.
Muerte y vida
Los arrecifes artificiales vienen en dos diseños que pueden albergar diferentes especies: uno tiene una textura acanalada ideal para especies bentónicas como las ostras; el otro presenta grietas y túneles que imitan los arrecifes coralinos y ofrecen refugio a especies móviles como los peces juveniles. En el futuro, el equipo tendrá un portafolio de diseños adaptados a distintos ecosistemas o estéticas deseadas.

Y no se trata solo del impacto ambiental. El modelo de negocio de Resting Reef permite invertir en las comunidades locales al emplear a restauradores marinos del lugar (11 personas participaron en Bali) y ofrecer talleres y clases para fomentar la alfabetización marina. “Los niños no saben realmente qué ocurre bajo el agua, así que es importante que tomen conciencia, porque creemos que serán los guardianes del futuro”, dice Murillo Pérez.

Más allá de la muerte
Más que una iniciativa de regeneración marina, Resting Reef se presenta como un servicio funerario sustentable que ayuda a las personas a construir un legado significativo para ellas o sus seres queridos. Tanto Murillo Pérez como Skajem son celebrantes funerarias certificadas, lo que les permite oficiar ceremonias y acompañar a las familias en el duelo.
Los 24 memoriales que actualmente se encuentran bajo el agua en Bali forman parte de un monumento comunitario para distintas mascotas (un lugar en un arrecife comunitario cuesta desde 470 dólares, mientras que un arrecife dedicado a tu mascota cuesta aproximadamente 3,000).
Ese memorial de mascotas funcionó como piloto, pero este verano Resting Reef ampliará sus servicios con el lanzamiento de sus primeros memoriales humanos. El precio para un arrecife dedicado con cenizas humanas comenzará en 5,200 dólares, lo cual es más barato que el costo promedio de un funeral básico en Estados Unidos. En 2023, ese costo fue de 6,280 dólares para cremación y 8,300 para entierro.
El envío aún es un tema
El equipo te pedirá que envíes las cenizas por correo, aunque algunos países tienen límites respecto a la cantidad de cenizas humanas que se pueden enviar. (Royal Mail en el Reino Unido, por ejemplo, solo permite 50 gramos). Por eso, Resting Reef considera otras opciones, como recolectar cenizas desde funerarias que puedan fungir como aliadas. Para quienes desean una ceremonia conmemorativa y visitar el arrecife en persona, el equipo ofrece un paquete especial llamado Experiential Reef.
Como parte del servicio, sin importar el paquete contratado, el equipo te enviará una versión en miniatura de tu arrecife para que la conserves contigo. Puedes optar por que una porción de las cenizas se incorpore en la escultura, “porque algunas personas tienen dificultades para soltar las cenizas”, dice Skajem. Y si no, al menos tendrás un objeto tangible para recordar a tu ser querido.
Si la distancia resulta un obstáculo está por verse, pero para ayudar a que las personas se sientan más conectadas, el equipo también envía reportes periódicos con datos de impacto —tanto ambiental como social— además de imágenes del arrecife conforme evoluciona. Como dice Skajem: “Eso también es parte del legado”.