
¿Con qué frecuencia sales del trabajo pensando: “¡Guau, qué divertido!”? ¿Una vez a la semana? ¿Una vez al mes? ¿Nunca? Si no te diviertes —de verdad—, quizá sea hora de replantearte tu vida laboral, dice Bree Groff, autora de “Today Was Fun: A Book About Work (Seriously)”.
La idea de que el trabajo debía ser divertido no le caló hondo a Groff hasta que a su madre le diagnosticaron cáncer terminal en 2022. Se tomó una licencia de su trabajo en una consultora de transformación con sede en Nueva York para cuidar de ella y de su padre, que padecía Alzheimer. Tras el fallecimiento de su madre, volvió a trabajar a tiempo parcial con una nueva perspectiva.
“Una de las cosas que se hizo evidente al cuidar a mis padres es que, en algún momento, se nos acabarán los lunes”, dice. “No son un recurso renovable. Entonces, ¿qué le estamos haciendo a nuestras vidas si deseamos que pasen cinco de los siete días de la semana?”
Una actitud común es que al trabajo se le llama trabajo por una razón: es algo que hay que superar para ganar un sueldo. La otra cara de la moneda es: “Ama lo que haces y no trabajarás ni un solo día de tu vida”. Esta frase sugiere que la solución para que el trabajo no sea una monotonía es que sea tu pasión y tu identidad. Esa idea tampoco le sentaba bien a Groff. Muchos de los líderes con los que había trabajado se entregaban por completo a su trabajo, pero también sacrificaban su salud, su descanso y sus relaciones, esperando una recompensa que llegaría algún día en el futuro.
“Me pareció que la respuesta estaba en un punto intermedio”, dice Groff. “Cada día que paso en el trabajo es parte del límite de días que tengo en el planeta. ¿Qué haría falta para divertirme hoy?”
Si no te estás divirtiendo, Groff ofrece dos lugares para comenzar.
Micro actos de travesura en el trabajo
Con demasiada frecuencia, las personas sienten que necesitan ser sus versiones más formales, profesionales y agradables en el trabajo. Pero cuando nos ponemos una máscara de negocios, reprimimos toda nuestra vitalidad, alegría y diversión, dice Groff.
En lugar de eso, introduce pequeñas travesuras en tu día a día. Son momentos que te distraen de la cultura o rutina laboral. Si tienes que seguir un código de vestimenta, por ejemplo, ponte unos calcetines ridículos. O añade un chiste o una fuente ridícula a tu presentación. O, literalmente, cámbialas, sugiere.
“Un día reorganizamos los muebles de la oficina, colocando sillas cómodas para que todos pudiéramos estar un poco más juntos”, dice Groff. “El equipo de instalaciones no estaba contento con nosotros, pero nos pareció un poco travieso y divertido, de una manera que hizo reír a nuestro equipo”.
Microactos de conexiones en el trabajo
También puedes fomentar la diversión mediante pequeños gestos de conexión, como la camaradería y la autoexpresión. Groff recomienda enviar un mensaje directo o un correo electrónico a un compañero de trabajo para expresarle su agradecimiento por algo que hizo. También puedes invitarlo a tomar un café.
“Que sea ligero”, dice. “La idea es conocer a las personas con las que trabajas, conocer un poco sobre sus vidas fuera del trabajo. ¿Dónde viven? ¿Tienen mascota? Se trata de conocerlas como personas y no solo por su trabajo”.
Además, busca lugares donde puedas mostrar tu personalidad dejando tu sello personal en tu trabajo. “Esto no es solo para profesionales del marketing creativo“, dice Groff. “Un barista en una cafetería puede hacer arte latte. O un gestor de proyectos puede crear un cronograma de proyecto brillante. ¿Cómo puedes dejar tu sello personal en tu trabajo?”
La conexión y la autoexpresión humanizan el entorno laboral, afirma Groff. “Deberíamos apreciar a las personas con las que compartimos nuestros días. A veces, pasamos más tiempo con nuestros compañeros que con nuestras familias o parejas”.
¿Nos estamos divirtiendo todavía?
Groff dice que normalmente se nota si uno se está divirtiendo, y siempre se nota si no. “Es casi infantil en su sensibilidad. Defino la diversión como una sensación de juego, experimentación y vitalidad. Mi métrica del día es: ¿Cuántos minutos he pasado riéndome?”
No confundas lugares de trabajo que parecen divertidos con trabajo divertido, añade Groff. “Hay una diferencia entre pensar en la diversión como la cereza del pastel, o en la diversión como el pastel en sí”, dice. “Si consideramos la diversión como la cereza del pastel, ahí es donde las mesas de ping-pong o la hora feliz tienen mala fama. No puedes llenar tus días con horas de ping-pong y hora feliz, o no se hace nada. También diría que es una pizca de diversión superficial”.
Divertirse en el trabajo implica usar tus habilidades de una manera que te haga sentir bien porque has contribuido y generado un impacto en los clientes u otras áreas de la organización. Si bien existen argumentos empresariales para disfrutar más en el trabajo, como una mayor productividad y rendimiento, el argumento existencial es mucho más sólido.
“Si fuera manager, no quiero terminar mi carrera pensando: ‘Le saqué hasta la última hora a ese empleado’ o ‘Logré que rindiera mejor para la empresa’”, dice Groff. “Quiero asegurarme de que estos seres humanos hayan aprovechado bien sus días en el planeta. Que hayan podido contribuir con alegría y profundidad”.