
“Realmente sentí que la Fórmula 1 y el cine se encontraron”, señaló la leyenda Lewis Hamilton, implicado delante y detrás de las cámaras en la nueva película de Joseph Kosinski, con Brad Pitt como un piloto retirado que regresa a los circuitos y Javier Bardem como el propietario de una escudería.
Después del enorme éxito de la serie documental Drive to Survive, de Netflix, la Fórmula 1, que busca ampliar su audiencia, particularmente en Estados Unidos, abrió de par en par sus puertas a Hollywood para una película que sumerge al espectador en el mundo de la máxima categoría automovilística con imágenes ultra realistas.
Brad Pitt y un gran equipo detrás
F1 cuenta la historia de un equipo ficticio —APX GP— que enfrenta serias dificultades durante el campeonato mundial y cuyo propietario —interpretado por Bardem— recurre a Pitt, alias Sonny Hayes, un antiguo prodigio de la F1, cuya carrera se truncó 30 años antes por un grave accidente que casi le cuesta la vida.
Desde su llegada al equipo, Hayes tiene que enfrentarse a la desconfianza de su joven compañero de equipo, Joshua Pearce, interpretado por el actor británico Damson Idriss.
La rivalidad alcanzará rápidamente su punto máximo, pero poco a poco Hayes tomará bajo su protección a su compañero y le ayudará a sumar puntos, y jugar con el reglamento, sin infringirlo, como harían los verdaderos equipos de F1.
Kosinski, director del éxito de taquilla Top Gun: Maverick, que recaudó nada menos que 1,500 millones de dólares en 2022, dedicó cuatro años a llevar a cabo este ambicioso proyecto, y convenció a la F1 de unirse a esta aventura.
Hamilton delante y detrás de la cámara
Con la superestrella Brad Pitt y Jerry Bruckheimer, uno de los productores estadounidenses más reconocidos, también se involucró desde el inicio el siete veces campeón del mundo Hamilton.
Gran aficionado al cine, el británico también es productor del largometraje a través de Dawn Apollo Films, la productora que lanzó en 2022 en colaboración con Apple TV+, que también se sumó al proyecto.
“Necesitábamos a Lewis para los aspectos técnicos y así asegurarnos de ser fieles a la realidad. Para una escena en Budapest, él fue quién nos dijo que tal evento solo podría ocurrir en tal curva, o que en ese punto el coche debería estar en primera marcha y no en segunda”, explicó Bruckheimer.
Stefano Domenicali, el consejero delegado de la F1, rápidamente vio la oportunidad de negocio y pareció que era una oportunidad para hacer la Fórmula 1 aún más popular, particularmente en Estados Unidos, donde Drive to Survive ha aumentado exponencialmente el interés por la disciplina.
El gigante norteamericano ahora cuenta con tres grandes locales en Austin, Miami y Las Vegas. Tenía solo uno antes de la serie de Netflix.
La F1 autorizó al equipo de la película a filmar durante una década de carreras en todo el mundo, desde Silverstone (Reino Unido) y Suzuka (Japón), hasta Budapest o Abu Dabi.
Los monoplazas blancos y dorados de APX GP, autos de F2 —la segunda categoría— disfrazados de F1, rodaron en estos circuitos entre sesiones de entrenamientos libres de la Fórmula 1.
Buscaron que la película fuera auténtica
Incluso algunas veces ocuparon lugar justo detrás de los coches reales, y los falsos pilotos llegaron a mezclarse con los reales en las zonas de entrevistas después de algunas carreras.
“No es un documental sobre la F1, sigue siendo una película, pero queríamos que fuera auténtica. Y sobre todo, queríamos contar una historia de amistad, trabajo en equipo, redención”, insistió Kosinski.
¿Y los verdaderos pilotos? Las opiniones son unánimes y todos han destacado el extremo realismo de las imágenes filmadas por docenas de cámaras instaladas en los monoplazas.
“Los espectadores quedarán impresionados, las imágenes son reales, la velocidad es real. Se siente realmente la velocidad y también la rivalidad entre los pilotos. Es realmente muy realista”, elogió Hamilton. “Realmente sentí que la F1 y el cine se encontraron”, añadió.