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¿El recurso más subestimado de un líder? Las primeras dos horas que lo cambian todo

La capacidad de nuestro cerebro para tomar buenas decisiones se reduce cuando pasa el día. Las primeras horas de tu jornada laboral son importantes.

¿El recurso más subestimado de un líder? Las primeras dos horas que lo cambian todo [Fotos: Adobe Stock; FreePik ]

Para cuando los líderes se sientan en sus escritorio, ya gastaron gran parte de su energía y productividad. Clasificar correos electrónicos, programar reuniones temprano y gestionar “un pequeño detalle” que se extendió a una hora. Apenas son las 10 de la mañana y empiezan a desconcentrarse, mientras su capacidad para tomar decisiones se agota.

En mi trabajo como coach de liderazgo ejecutivo, veo a diario lo que los estudios revelan: la capacidad de nuestro cerebro para tomar buenas decisiones se reduce con el paso del día. La gran cantidad de decisiones que debemos tomar a diario nos está dejando agotados. Nuestros días se ven invadidos por el correo electrónico, lo que nos hace perder casi un día completo cada semana.

El efecto que multiplica esta situación es que los líderes son menos perspicaces, más reactivos y propensos a tomar decisiones por defecto en lugar de grandes avances. ¿Qué pasaría si, en lugar de reaccionar, reserváramos esa oportunidad inicial para algo más valioso?

Las dos primeras horas de tu jornada laboral no son solo un bloque más en el calendario. Son tu mejor momento cognitivo. El momento en que tu mente está más ágil y tu energía está más enfocada en el trabajo creativo y concentrado. También es el tiempo que la mayoría de los líderes ceden con demasiada facilidad. Recuperarlo implica realizar una acción de liderazgo deliberada que genere claridad, influencia e impacto.

El costo de las mañanas por defecto

La mayoría no diseña sus mañanas: las hereda. Las agendas se saturan con reuniones automáticas, correos pendientes y demandas ajenas. El día arranca con energía, pero en la dirección equivocada.

Ese piloto automático tiene un costo. Aunque estudios confirman que la mente alcanza su mayor claridad por la mañana, ese tiempo suele perderse en tareas de poco valor. Es como contratar a un chef con estrella Michelin para preparar pan con mantequilla.

Así, los líderes pasan el día apagando incendios, toman decisiones desde el agotamiento y posponen su pensamiento estratégico para cuando la mente ya no responde.

Las dos primeras horas como palanca de liderazgo

Recuperar las primeras dos horas del día no implica trabajar más duro ni solo más inteligentemente, sino hacerlo con mayor intensidad.

Trabajar con inteligencia busca eficiencia: encontrar formas más rápidas de hacer lo que ya sabemos, optimizar sistemas y completar más tareas en menos tiempo. Es útil, sí, pero trata todas las horas del día como si fueran iguales.

Trabajar con intensidad es otra cosa. Respeta el ritmo natural del cuerpo y la mente. No se enfoca solo en qué haces, sino en cuándo lo haces.

La capacidad cognitiva alcanza su punto máximo en las primeras horas tras despertar. En ese momento, el cerebro está más alerta, más creativo y más capaz de resolver problemas complejos. Alinear las tareas más importantes con ese pico mental no solo mejora el rendimiento: transforma tu día.

Los líderes que reservan este tiempo para tareas profundas y de alto impacto no solo logran más. También toman mejores decisiones, instauran hábitos de trabajo más inteligentes y lideran con más claridad. No solo responden: piensan. Y ahí empieza el verdadero cambio.

Cuando usas esas primeras horas para diseñar estrategias, anticipar riesgos o preparar conversaciones clave, no solo avanzas en la lista de pendientes. Marcas el tono de tu liderazgo y das forma al crecimiento de tu equipo y tu negocio.

Pequeños cambios, impacto enorme

Cuando los líderes empiezan a cuidar sus primeras horas, el efecto dominó es sorprendente. Los equipos lo notan, la cultura cambia y las personas se vuelven más valientes a la hora de proteger su propia energía.

He trabajado con líderes sénior que transformaron el ritmo operativo de sus equipos simplemente eliminando las reuniones tempranas y declarando las dos primeras horas como tiempo para pensar. Esto marcó un nuevo estándar: que el trabajo reflexivo importa más que la actividad constante. Esa energía es un recurso finito que vale la pena proteger.

Y sí, requiere un cambio. Quizás tengas que renegociar hábitos con tu equipo, rechazar las herramientas de programación automática o educar a otros sobre tu nuevo ritmo de trabajo. Pero el liderazgo consiste, en parte, en establecer límites que te permitan trabajar mejor y empoderar a otros para que hagan lo mismo.

Repensando lo que pertenece a la mañana

Para aprovechar al máximo tu mejor energía, necesitas protegerla. Aquí te explicamos cómo:

  • Bloquea, no esperes. Establece un bloque recurrente de dos horas por la mañana para trabajar proactivamente. No lo dejes al azar.
  • Empieza con la fricción. Aborda la tarea que más probablemente pospongas; tu cerebro está mejor preparado para manejarla ahora.
  • El correo electrónico puede esperar. A menos que trabajes en atención al cliente, pocos correos requieren una respuesta a las 8 a. m. Desactiva las notificaciones y no abras tu bandeja de entrada hasta que termines tu trabajo.
  • Retrasar las reuniones. Posponer las reuniones periódicas o las actualizaciones para más tarde, siempre que sea posible. Las mañanas deben reservarse para la creación, no para la coordinación.

Incluso recuperar sólo una mañana a la semana puede generar cambios significativos en su forma de liderar y actuar.

Lo que tu calendario dice sobre tu liderazgo

Hay una manera sencilla de saber qué es lo que más valoras como líder: consulta tu calendario. Si las dos primeras horas de cada día están llenas de tareas administrativas y reactividad, vale la pena preguntarse: ¿qué estás cediendo? ¿Y qué cambiaría si reclamaras ese espacio?

Aprovechar este tiempo es un paso hacia un liderazgo con mayor previsión y menos fatiga. Es una señal para tu equipo de que la reflexión supera al frenesí.

Empieza mañana por la mañana. Solo dos horas para pensar con claridad y trabajar lo que realmente importa.

Author

  • Donna McGeorge

    Donna McGeorge es experta en productividad y autora del éxito de ventas " Las primeras 2 horas" . Ayuda a líderes y equipos a optimizar su trabajo mediante estrategias prácticas que optimizan el tiempo y optimizan el impacto. Su nuevo libro, "Red Brick Thinking", se publicará en noviembre. Más información en donnamcgeorge.com.

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Sobre el autor

Donna McGeorge es experta en productividad y autora del éxito de ventas " Las primeras 2 horas" . Ayuda a líderes y equipos a optimizar su trabajo mediante estrategias prácticas que optimizan el tiempo y optimizan el impacto. Su nuevo libro, "Red Brick Thinking", se publicará en noviembre. Más información en donnamcgeorge.com.

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