
Para cierto tipo de expertos en política, el 31 de enero de 2025 es un día que vivirá en la infamia. Habían pasado casi dos semanas desde que el presidente de Estados Unidos (EU) Donald Trump asumió el cargo por segunda vez —días que pasaron en un torbellino de órdenes ejecutivas para recortar el gasto federal y librar al gobierno de ideas ahora prohibidas— cuando, de repente, grandes cantidades de datos gubernamentales comenzaron a desaparecer en un solo día.
“Mi bandeja de entrada explotó y solo había gente enviando correos electrónicos que decían: ‘Oye, ¿sabes dónde fue a parar este conjunto de datos?’”, dice Meeta Anand, directora de Censo y Equidad de Datos en la Conferencia de Liderazgo sobre Derechos Civiles y Humanos.
Según el recuento del New York Times, más de 8,000 páginas web con información sobre temas como vacunas, delitos de odio, Alzheimer y políticas ambientales simplemente desaparecieron en cuestión de horas. Si bien la mayoría de esos sitios web volvieron a estar en línea rápidamente, no se pudo determinar si habían cambiado durante su inactividad ni cómo.
¿Qué pasó con esos datos en los primeros días del segundo mandato de Trump?
Éste era el momento que Chris Dick y Denice Ross habían temían, y para el que se habían preparado.
Tras las elecciones de noviembre de 2024, Ross —quien, hasta enero de este año, fue la principal científica de datos del presidente Biden— comenzó a pensar en cómo proteger los datos que sustentan las políticas que Trump prometía revertir. Contactó a Dick, exfuncionario de la Oficina del Censo durante la era Obama, para elaborar un plan. “Cuando me preocupan los datos, llamo a Chris”, afirma Ross, quien ahora es miembro de la Federación de Científicos Estadounidenses.
Durante años, los expertos temieron que un presidente conocido por promover “hechos alternativos” intentara alterar o borrar conocimientos fundamentales. Cuando Trump asumió el cargo en 2017, los investigadores se apresuraron a archivar datos climáticos y otros recursos gubernamentales que parecían vulnerables. Tras las elecciones de 2024, los archivistas volvieron a la acción, con un grupo llamado Data Rescue Project, que se convirtió en un centro de intercambio de información para los numerosos esfuerzos simultáneos por preservar la información gubernamental.
Eso era vital, pero en muchos sentidos, Ross y Dick lo vieron como un primer paso. Lo que el país necesitaba no era solo un resumen de los datos de enero de 2025, sino una manera de mantener el flujo de datos y saber qué datos podrían estar en riesgo pronto.
El Índice de Datos de América
El resultado de su colaboración es un nuevo proyecto llamado Índice de Datos de América, que Dick describe como una especie de pronóstico del tiempo para conjuntos de datos gubernamentales. Mediante una combinación de automatización y revisión humana, el sitio rastrea aproximadamente dos docenas de conjuntos de datos ampliamente utilizados, desde la Encuesta Nacional de Victimización Criminal hasta el Censo de Agricultura, para identificar en tiempo real cualquier cambio que se realicen en los sitios web que los alojan.
“Hay más cambios en el sistema estadístico federal y en el gobierno federal en general de los que hemos visto, al menos en mi vida”, afirma Dick, quien ahora dirige su propia empresa de datos, Demographic Analytics Advisors. Estar al tanto de cómo estos cambios impactan a las personas es “más importante ahora que nunca”, afirma.
La Casa Blanca no respondió a la solicitud de comentarios de Fast Company.
El Índice de Datos también monitorea otras señales de que los datos podrían estar en riesgo de desaparecer. La ley federal, por ejemplo, exige que las agencias que recopilan datos sobre personas soliciten una nueva aprobación cada tres años. El Índice monitorea qué conjuntos de datos están a punto de expirar y si la administración de Trump ha tomado medidas para renovarlos.
La administración de Trump todavía solicita la eliminación de datos
Otra señal de un posible cambio proviene de las solicitudes legales que la Casa Blanca debe presentar cada vez que desea modificar la manera en que se recopilan los datos personales. En algunos casos, el público tiene la oportunidad de comentar sobre dichos cambios, conocidos como Solicitudes de Recopilación de Información; en otros, cuando estos cambios se consideran menores, no es posible.
El objetivo, dice Dick, es alertar a cualquiera que pueda depender de esos datos —ya sean defensores legales, sistemas de salud, periodistas o empresas— para que puedan responder antes de que se produzca una crisis. “Los pronósticos meteorológicos son útiles tanto con cielos despejados como con tormentas”, dice Dick, “pero son aún más útiles antes de las tormentas”.
Para elaborar una lista inicial de conjuntos de datos que valiera la pena monitorear, Dick y Ross colaboraron con grupos como la Conferencia de Liderazgo para determinar qué datos preocupaban más a los líderes de derechos civiles que se perdieran. Anand afirma que consideraba el Índice de Datos, en cierto modo, incluso más crucial que un archivo. “Una cosa es preservar los datos ya recopilados, pero no se pueden crear datos que nunca se recopilaron”, declara a Fast Company.
¿Qué datos se quieren eliminar?
Como era de esperar, la gran mayoría de las solicitudes de cambio se relacionan con órdenes ejecutivas firmadas por el presidente, en particular una orden del 20 de enero que, entre otras cosas, instruyó a las agencias gubernamentales a eliminar las declaraciones, formularios y otros mensajes internos y externos que promuevan o inculquen la ideología de género. Como lo demuestran los informes públicos, esa orden y otras desencadenaron una purga generalizada en el gobierno federal de términos como ideología de género, no binario, transgénero y más de 100 palabras y frases adicionales. Sin embargo, las solicitudes de cambio revelan exactamente dónde y cómo se lleva a cabo esa censura.
En tan solo tres semanas de mayo, por ejemplo, la Oficina de Administración y Presupuesto de la Casa Blanca presentó 62 solicitudes de cambio relacionadas con la orden ejecutiva sobre género. Estos cambios incluyen, por ejemplo, la eliminación de una pregunta de una encuesta de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades que preguntaba a los jóvenes si eran transgénero. Otra solicitud propuso modificar las preguntas sobre identidad de género y delitos de odio en la Encuesta Nacional de Victimización Criminal.
En muchos casos, estos cambios se presentaron como “no sustanciales”, lo que significa que pueden pasar desapercibidos, sin permitir el comentario público. Sin embargo, estos cambios pueden distorsionar drásticamente lo que sabemos sobre EU, al, por ejemplo, simular que poblaciones enteras simplemente no existen. “Las experiencias vividas de las personas deben reflejarse en los datos para que podamos tener una democracia que responda a las necesidades de la gente”, afirma Anand.
La importancia de preservar los datos en la era de Trump
Por supuesto, puede ser difícil entusiasmar a alguien con la protección de datos en un momento en que se derriban tantos otros derechos e instituciones. “¿Quién va a marchar por las calles para salvar los datos del índice de salud de la vegetación de la NOAA (Administración Nacional Oceánica y Atmosférica)?”, pregunta Ross.
Pero parte de lo que Dick y Ross intentan hacer es ayudar a un grupo más amplio de personas, más allá de sus colegas expertos en datos, a comprender cómo los datos gubernamentales impactan sus vidas. Como parte de este proyecto, han lanzado otro sitio web, llamado Datos Esenciales de América, que recopila historias individuales de usos heroicos de datos.
Ya se han recopilado informes sobre datos gubernamentales que se utilizan para emitir alertas de tornados en idiomas que las comunidades locales de refugiados pueden entender, empresas que diseñan nuevos productos basados en datos demográficos y, sí, agricultores que utilizan los datos del índice de salud de la vegetación de la NOAA para buscar alivio fiscal durante las sequías.
Puede que Dick y Ross no puedan impedir que la administración Trump desmantele los datos gubernamentales de EU, pero al menos pueden ayudarnos a ver el daño más claramente.