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Preservación de la fertilidad, un nuevo código en la cultura del trabajo: Fertilidad Integral 

La salud reproductiva está transformando la agenda de bienestar en el trabajo. Congelar óvulos como beneficio laboral marca un cambio en cómo entendemos el desarrollo profesional y personal, de acuerdo con Fertilidad Integral.

Preservación de la fertilidad, un nuevo código en la cultura del trabajo: Fertilidad Integral  [Imagen: cortesía]

En el cambiante mundo laboral, las políticas de bienestar ya no pueden limitarse a snacks saludables, membresías de gimnasio o días de home office. Un nuevo tipo de beneficio —profundo, transformador y hasta hace poco impensado— está cobrando fuerza: el acceso a tratamientos de salud reproductiva, como el congelamiento de óvulos. 

Esta tendencia marca un giro en la forma en que las organizaciones se relacionan con la vida personal de su talento. Bajo el concepto de Fertilidad Laboral, comienza a consolidarse una visión más amplia e inclusiva del bienestar, donde formar una familia no significa interrumpir ni sacrificar una carrera. 

Durante años, formar una familia fue visto como un punto de inflexión —y en muchos casos, de quiebre— para la carrera de las personas, especialmente de las mujeres. Imagina a una analista de marketing que lidera un equipo regional pero duda en formar una familia por temor a frenar su ascenso. Cuando su empresa le ofrece el beneficio de preservación de fertilidad, siente, por primera vez, que su carrera y su deseo de ser madre no están en conflicto. 

El congelamiento de óvulos, cada vez más accesible, permite revertir ese paradigma, ya que al preservar las células reproductivas en su etapa más fértil, generalmente entre los 25 y 35 años, se amplía el margen de decisión sobre cuándo ser madre, sin que la edad biológica se convierta en una barrera. Incorporar esta opción como beneficio laboral implica darle a las personas mayor autonomía sobre su proyecto de vida. 

Fertilidad Integral (FI), clínica especializada en salud reproductiva, impulsa esta visión a través de programas corporativos que buscan integrar la fertilidad al núcleo de la estrategia de bienestar. De acuerdo con un comunicado reciente, congelar óvulos se ha convertido en un acto de empoderamiento personal que debe contar con respaldo empresarial. 

De renuncia silenciosa a prestación laboral 

El contexto regional refuerza la necesidad de este cambio. De acuerdo con el estudio The Child Penalty Atlas publicado en The Review of Economic Studies, en América Latina el 38% de las mujeres abandona el mercado laboral tras el nacimiento del primer hijo. Esta brecha no se explica por falta de ambición, sino por la ausencia de políticas que acompañen el deseo de formar una familia sin sacrificar la trayectoria profesional. 

El beneficio de fertilidad se posiciona como una respuesta concreta a una desigualdad persistente. Lejos de ser un lujo, se convierte en un diferenciador estratégico en la atracción y retención de talento, especialmente en sectores altamente competitivos y con fuerte presencia femenina. 

De acuerdo con Fertilidad Integral, desde startups hasta grandes corporativos en México y Latinoamérica están adoptando este beneficio: “Porque el verdadero liderazgo se demuestra acompañando a las personas cuando más lo necesitan”, refiere Yago Cortes, líder de alianzas estratégicas en FI. 

Además del impacto en el desarrollo de su carrera, la inclusión de beneficios reproductivos genera un efecto positivo en la cultura organizacional. Equipos más comprometidos, reducción del estrés asociado a la planificación familiar y mayor orgullo de pertenencia son algunos de los efectos observables cuando las personas sienten que pueden hablar de su fertilidad sin temor ni culpa. 

Desde el punto de vista corporativo, esta estrategia también responde a una demanda generacional, ya que las nuevas generaciones valoran profundamente el equilibrio entre vida personal y profesional, y esperan que sus lugares de trabajo reconozcan y acompañen todas las dimensiones de su entorno. 

El enfoque de Fertilidad Integral no se limita al procedimiento clínico, ya que a través de sus programas ofrecen asesoría integral, educación reproductiva, apoyo emocional y herramientas de comunicación interna que permiten implementar el beneficio de manera clara y empática. Todo esto con el objetivo de generar un cambio no solo operativo, sino también cultural dentro de la organización. 

La salud reproductiva está dejando de ser un tema privado para convertirse en una parte integral del bienestar que las empresas pueden —y deben— acompañar activamente. Así como la salud mental ganó protagonismo en la agenda corporativa en la última década, la fertilidad se abre paso como el próximo gran eje de transformación humana dentro de las organizaciones. 

¿Te gustaría que este beneficio existiera en tu empresa? Si formas parte de un área de talento o estás en un rol directivo, conoce cómo sumar esta iniciativa en www.fertilidad.com o escríbenos a partnerships@fertilidad.com. 

Hoy más que nunca, es momento de abrir el diálogo, derribar tabúes y crear espacios de trabajo donde la salud reproductiva también sea parte del bienestar. Ya son muchas las empresas que se han sumado y están marcando la diferencia. 

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Sobre el autor

son autores externos que publican en FastCo Works, la plataforma de contenido comercial de Fast Company México.

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