
El gobierno de China concederá una ayuda anual de aproximadamente 500 dólares por cada niño menor de tres años, con el objetivo de reactivar la natalidad ante la creciente crisis demográfica, según informó este lunes un medio estatal.
En 2024, China —el segundo país más poblado del mundo después de India— vio disminuir su población por tercer año consecutivo.
De acuerdo con proyecciones de la ONU, los actuales 1,400 millones de habitantes podrían reducirse a menos de 800 millones para el año 2100.
El monto de la nueva ayuda, sujeta a ciertas condiciones, será de 3,600 yuanes al año (unos 500 dólares), según detalló la cadena estatal CCTV, citando una decisión conjunta del gobierno chino y del Partido Comunista.
“Es una medida de alcance nacional, destinada a mejorar el bienestar de la población”, subrayó la cadena.
En 2023, China registró solo 9.54 millones de nacimientos, la mitad de los que se contabilizaron en 2016.
Durante 2024, la población se redujo en 1.39 millones y, en 2023, el país perdió oficialmente su posición como el más poblado del planeta, superado por India.
¿Por qué esta decisión?
El subsidio anual anunciado por el gobierno chino representa una señal clara de alarma ante el declive demográfico del país. Más allá del monto simbólico, esta medida revela la urgencia de equilibrar las tensiones entre desarrollo económico y sostenibilidad poblacional.
El hecho de que India haya superado a China en habitantes marca un giro geopolítico relevante. La baja natalidad refleja no solo factores económicos, sino también cambios culturales: menos parejas jóvenes eligen tener hijos ante la incertidumbre del futuro.
Para que la política tenga impacto real, requerirá ajustes estructurales en servicios de salud, educación y conciliación laboral-familiar. China enfrenta una encrucijada que no se resuelve solo con incentivos financieros, sino con una transformación profunda de su modelo social.