ADVERTISEMENT

| Impact

¿Se volvieron más comunes las inundaciones que ocurren “una vez cada 1,000 años”?

La cantidad de inundaciones no ha aumentando, pero el cambio climático las ha hecho cada vez más intensas.

¿Se volvieron más comunes las inundaciones que ocurren “una vez cada 1,000 años”? Los equipos de búsqueda y rescate excavan entre los escombros en busca de supervivientes o restos de personas arrastradas por las inundaciones repentinas del 6 de julio en Hunt, Texas. [Foto: Getty Images]

Solo en este verano, ya han habido cinco inundaciones intensas, de las que ocurren “una vez cada 1,000 años” en los Estados Unidos.

Fuertes lluvias han caído sobre Texas, Carolina del Norte, Nuevo México, Illinois y Florida en los últimos meses. Estas provocaron inundaciones en calles, daños irreparables en viviendas y la pérdida de vidas humanas, seres queridos y mascotas.

Solo en Texas, el número de muertos llegó a 135 al 25 de julio, cuando las labores de búsqueda estaban por concluir, con solo tres personas aún desaparecidas tras más de tres semanas de rastreo.

La probabilidad de 0.1% de que ocurran estas inundaciones hace que su frecuencia reciente resulte alarmante. Esto, sumado a otras inundaciones repentinas en importantes estados de la costa este como Nueva York, Massachusetts y Nueva Jersey, así como a las inundaciones intensas proyectadas en el centro y suroeste del país, dibuja un panorama futuro cada vez más inquietante.

Pero, ¿estos patrones meteorológicos realmente están fuera de lo normal, o estas inundaciones intensas se hacen más comunes?

¿Qué tan “raras” son las inundaciones que ocurren “una vez cada 1,000 años”?

La expresión “inundaciones de una vez cada 1,000 años” proviene del hecho de que, estadísticamente, se espera que una inundación de esa magnitud y nivel de destrucción ocurra una vez cada mil años (es decir, con una probabilidad de 0.1%). En 2024, se registraron 35 inundaciones de este tipo en Estados Unidos y más del triple de “inundaciones de 100 años”, que tienen una probabilidad del 1% de ocurrir.

“Hasta donde tengo entendido, si siguiéramos los eventos de inundaciones de 1 en 1,000 años a lo largo del tiempo, no necesariamente veríamos un aumento discernible en el número de eventos por año”, dice Allie Mazurek, climatóloga del Colorado Climate Center. “Sin embargo, en términos generales, sí esperamos ver más eventos de precipitación extrema en un clima más cálido”.

Un mapa interactivo del Colorado Climate Center —que se actualiza casi en tiempo real— rastrea eventos de alta precipitación en todo el país. Combina investigaciones previas con datos del Atlas 14 de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA), una base de datos sobre frecuencia de precipitaciones, para documentar estos eventos desde 2002 hasta hoy en todos los estados, excepto Washington y Oregón (cuyos datos aún no se han actualizado en el servidor de la NOAA).

Los conjuntos de datos muestran visualmente la cantidad de eventos de precipitación intensa de 1,000 años entre 2002 y 2024. Cada año sigue patrones y frecuencias similares. Pero eso no significa que las lluvias y las posteriores inundaciones no se estén intensificando. Mazurek señala que hay dos factores en juego en estos desastres naturales: la frecuencia con que llueve, y la intensidad —es decir, cuánto llueve en un corto periodo de tiempo.

Según el grupo independiente de investigación climática Climate Central, 88% de 144 localidades distribuidas en las nueve regiones climáticas de Estados Unidos han experimentado un aumento de 15% en la intensidad de lluvia por hora desde 1970. Casi dos tercios de esas localidades han visto al menos un aumento de 10% en ese mismo periodo.

Mazurek explica que estas tendencias se deben a un efecto principal del cambio climático: la humedad.

El aumento de temperatura genera aire más “húmedo”

“Básicamente, cuando tienes temperaturas más cálidas, eso permite que haya más agua en fase de vapor, y por lo tanto, tienes más agua en la atmósfera”, dijo Mazurek. “Entonces, cuando se produce una tormenta, hay más agua disponible para que se transforme en lluvia. Si agregas más vapor al sistema, obtendrás más precipitación como resultado”.

Climate Central señala que por cada grado Fahrenheit que aumenta la temperatura del planeta, el aire puede retener 4% más de humedad. Dado que la temperatura global ha subido aproximadamente 1.5°C desde la era preindustrial, hoy en día suele haber más agua disponible para provocar lluvias intensas.

Así que, aunque la probabilidad estadística de estas inundaciones no cambie, su severidad sí podría empeorar.

Mitigación y adaptación

No se espera que las inundaciones repentinas e intensas disminuyan pronto este verano. Meteorólogos de Accuweather advierten que podrían presentarse más eventos de este tipo debido a la tendencia sostenida de alta precipitación proyectada para esta temporada.

“Creo que definitivamente todos, desde meteorólogos hasta responsables de protección civil, podríamos hacer más para prepararnos frente a lluvias extremas e inundaciones”, dijo Mazurek. “Sin duda, aún hay mucho trabajo por hacer en cuanto a cómo comunicar este tipo de eventos y mantener a la gente a salvo. Es un área de investigación muy activa”.

Sin embargo, con los recientes cambios de política climática impulsados por la administración Trump, los recortes presupuestales en la NOAA y el desmantelamiento de la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias (FEMA), esos esfuerzos podrían volverse cada vez más difíciles, incluso cuando los desastres naturales impulsados por el clima van en aumento.

“Esperamos que ambos extremos se intensifiquen”, señaló Mazurek. “Las lluvias fuertes, las precipitaciones extremas, las inundaciones… así como las sequías. Cada una se retroalimenta con su propio sistema”.

Author

Author

Sobre el autor

ADVERTISEMENT

ADVERTISEMENT