
En 18 de junio de 2023, la pérdida de comunicación con un sumergible o batiscafo de nombre Titán, de la empresa OceanGate, llegó a todos los titulares y medios: cinco tripulantes (incluido el CEO de la compañía, Stockton Rusk) estaban perdidos en la inmensidad del océano Atlántico, mientras estaban en camino al naufragio del Titanic. Cuatro días después se confirmaría su implosión durante el descenso, así como la muerte de los tripulantes.
Sin embargo, la historia podría haber sido diferente según el nuevo informe de la Junta de Investigación Marina de la Guardia Costera de Estados Unidos sobre la implosión del Titán. “Este siniestro marítimo y la pérdida de cinco vidas se pudieron haber evitado”, declaró Jason Neubauer, presidente de la Guardia.
La investigación de más de 300 páginas identificó que el siniestro tuvo varias causas y los factores principales fueron el inadecuado proceso inadecuado de diseño, certificación, mantenimiento e inspección de OceanGate. Asimismo, la cultura tóxica de trabajo en la empresa, un marco regulatorio nacional e internacional inadecuado para operaciones sumergibles, y un proceso de denuncia ineficaz bajo la Ley de Protección del Personal Marino contribuyeron a la implosión.
El informe también aportó 17 recomendaciones de seguridad destinadas a “fortalecer la supervisión de las operaciones con sumergibles, mejorar la coordinación entre agencias federales y subsanar las deficiencias en la política marítima internacional”. Estas incluyen restringir las designaciones de Buques de Investigación Oceanográfica para sumergibles, ampliar los requisitos federales e internacionales a todos los sumergibles que realizan inmersiones científicas o comerciales y exigir la documentación de la Guardia Costera para todos los sumergibles estadounidenses.
La junta también recomendó aumentar la dotación de personal de la Guardia Costera en su Cuartel General para apoyar la supervisión de nuevas construcciones y las inspecciones de campo de sumergibles y embarcaciones de diseño novedoso.
Accidente prevenible
La Guardia Costera señaló en su informe que OceanGate no investigó ni abordó adecuadamente las anomalías conocidas en el casco del Titán tras su expedición al Titanic en 2022. Los investigadores determinaron que el sistema de monitoreo en tiempo real del sumergible generó datos que deberían haberse analizado y tomado en cuenta antes del viaje fatal
El sistema utilizaba sensores acústicos y galgas extensométricas para analizar los efectos del aumento de presión a medida que la embarcación se adentraba más en el océano. También monitoreaba la integridad del casco en tiempo real. Supuestamente, esto proporcionaría una alerta temprana de problemas y daría tiempo suficiente para abortar el descenso y regresar a la superficie.
OceaGate operaba en aguas internacionales y no cargaba pasajeros (a los que se les denominaba tripulantes) en el puerto para evadir huecos legales como la operación sin certificación.
Netflix estrenó el pasado junio el documental Titán: La tragedia de OceanGate, que aborda varias de las problemáticas discutidas en el informe de la Guardia Costera y especulan si el accidente pudo ser evitado.