
Normalizar un buen urbanismo requiere un cambio cultural y un cambio cultural requiere un apoyo a largo plazo que dé cabida a ideas que hoy parecen imposibles.
El politólogo Joseph Overton desarrolló un concepto en la década de 1990 que influyó enormemente en mis opiniones y enfoque para generar apoyo al buen urbanismo. “La ventana de Overton” se refiere al abanico de ideas aceptables o predominantes en el discurso público en un momento dado. Los temas aceptables se ven influenciados por la opinión pública, la cobertura mediática, la influencia de grupos de interés y las acciones de los líderes políticos.
Como lo expresó Joseph Lehman, colega de Overton: “Los funcionarios públicos no pueden promulgar cualquier política que les plazca como si fueran un postre de un menú. Tienen que elegir entre las políticas políticamente aceptables en ese momento”.
Las ideas que se encuentran dentro de la ventana de Overton tienen más probabilidades de ser discutidas y debatidas en la esfera pública, mientras que las que se encuentran fuera de ella pueden considerarse demasiado extremas o marginales como para ser consideradas seriamente. La ventana cambia con el tiempo a medida que la opinión pública cambia, haciendo aceptables nuevas ideas e integrando ideas previamente inaceptables.
Antes del cambio de la ventana Overton, estas opiniones se consideraban fuera del rango de opinión permisible:
- La Tierra no es plana ni es el centro del universo.
- Múltiples nacionalidades recibirán clases en la misma aula.
- Algún día, una computadora cabrá en tu escritorio.
- Existen pequeños gérmenes que no puedes ver con los ojos.
- Se reemplazarán órganos y extremidades humanas.
- Se creará arte mediante comandos de voz.
Cambios radicales
Lo que he aprendido del concepto de la ventana Overton es que las personas necesitan cambios radicales en los ejercicios habituales de planificación de escenarios. Si quieres normalizar una infraestructura apta para peatones y ciclistas, debes empezar por visualizar escenarios muy diferentes. Cuando finalmente llegues a un acuerdo, habrás avanzado.
Aquí hay una lista de ideas tabú sobre urbanismo que podrían valer la pena trasladar de la marginalidad a la corriente principal:
- Abolición de la zonificación. Si el cambio gradual es el objetivo aspiracional, buena suerte con la legalización de los barrios de uso mixto. Se ha dicho que la zonificación es un mal innecesario, así que comience con una propuesta para abolirla por completo.
- Sí en el Patio Trasero de Dios (YIGBY). Las iglesias podrían proporcionar alojamiento temporal a personas sin hogar o de bajos ingresos, sin supervisión gubernamental. La comunidad religiosa no está de acuerdo en todo, pero sin duda todos quieren ayudar a los necesitados.
- Edificios impresos en 3D. Promover el uso de tecnología emergente para crear viviendas y centros comerciales mucho más económicos que la construcción tradicional. Otorgar a las personas un mayor control sobre sus propiedades.
- Movilidad Básica Universal. Es como una renta básica universal, pero para el transporte. Varias ciudades han puesto a prueba subsidios para autobuses y bicicletas. Una propuesta radical sería la privatización de la movilidad urbana universal.
- Despenalizar la vida fuera de la red pública. ¿Has oído alguna vez historias de gente que intenta desvincularse de los servicios públicos tradicionales? ¿O que construye algo sin permiso?
- Agricultura local. Sé que has visto huertos comunitarios, pero no has visto a gente vendiendo su propia comida, porque no está permitido. Y si introduces leche fresca, la ATF hará una redada.
- Autoconsumo. Programas que permiten a las personas reclamar propiedades vacías o deterioradas. Esta podría ser una forma de convertir a los propietarios comunes en promotores inmobiliarios.
Hacerse preguntas complejas del tipo: “¿Qué pasaría si…?” no tiene por qué ser una confrontación, pero siempre incomodará a algunas personas. Vale la pena. Así es como avanzan las civilizaciones.