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México IA+ y el plan detrás de las fábricas de IA

México construye una forma híbrida de soberanía en inteligencia artificial, y eso es completamente válido y estratégicamente sensato.

México IA+ y el plan detrás de las fábricas de IA [Imagen impulsada por IA]

A principios de esta semana tuve el privilegio de asistir en la Ciudad de México a la inauguración de la iniciativa México IA+. Asisiteron figuras clave del gobierno, como Rosaura Ruiz Gutiérrez, secretaria de Ciencia, Humanidades, Tecnología e Innovación; Calista Redmond, vicepresidenta de Global AI Initiatives en NVIDIA, y Rodrigo Amodio, miembro del consejo de México IA+. Así se presentaron algunas de las ideas que impulsan el desarrollo de la infraestructura de inteligencia artificial (IA) en el país. 

La conversación dejó ver que México entra en una nueva etapa en materia de infraestructura de IA. Ya he escrito sobre distintos elementos de la soberanía en IA —en especial sobre cómo financiarla desde naciones del Sur Global—. Sin embargo, hay un concepto que vale la pena destacar hoy: las fábricas de IA.

¿Entonces estas fábricas producirán robots y los dejarán caminar por México apenas salgan de la línea de ensamblaje? Afortunadamente, no. Quienes han seguido de cerca la evolución de los robots saben que han avanzado mucho, aunque aún falta para llegar a ese tipo de producción. Basta recordar lo que también vimos esta semana en Moscú con AIdol. Y es que este robot avanzado salió al escenario mientras temblaba, levantó la mano (o lo intentó) y terminó de cara al piso frente al público. ¿Lo más memorable? No pudo levantarse.

La fábrica donde el producto es inteligencia

Ahora bien, ¿qué es exactamente una fábrica de IA? Igual que una fábrica tradicional recibe materia prima y produce distintos tipos de productos terminados, una fábrica de IA hace lo mismo pero con datos. Son infraestructuras especializadas que convierten datos crudos en inteligencia escalable y robusta, alineada en este caso con las normas, leyes, contextos y lenguas de México. 

¿Por qué importa? Porque conforme usamos IA para cada vez más tareas y se integra a productos, servicios y ámbitos sociales, los usuarios necesitan acceso a información local que refleje su realidad.

Las fábricas de IA logran esto al gestionar casi todo el ciclo de vida del proceso dentro del país, desde el hardware avanzado que impulsa el sistema, hasta la recolección y procesamiento de datos, el entrenamiento de modelos y el monitoreo de lo que estos producen con el tiempo. Esto permite que el país que la desarrolla, en este caso México, tenga mayor control sobre la columna vertebral de la IA (modelos y resultados) que alimenta sus instituciones, su economía y su sociedad.

Es importante aclarar que estas fábricas no hacen semiconductores ni hardware para la infraestructura de IA. Su labor es refinar datos y producir los modelos y resultados que mencioné anteriormente. Con frecuencia, la palabra “fábrica” da la impresión de que se produce algo físico, cuando en realidad todo es digital. Los semiconductores se importarán, ya que son diseñados por NVIDIA y manufacturados por Taiwan Semiconductor Manufacturing Company (TSMC). Eso nos lleva a otro punto clave.

El siguiente capítulo de la IA nacional

No cabe duda de que lo que México construye es una forma híbrida de soberanía en IA, y eso es completamente válido y estratégicamente sensato. Pocos países fuera de Estados Unidos y China pueden aspirar a una soberanía total en IA, es decir, a controlar prácticamente toda la cadena de suministro, desde los semiconductores hasta los algoritmos. Pero incluso entre ellos hay una marcada interdependencia. Cada uno depende del otro para obtener materias primas o avanzar en investigación de frontera, por mencionar un par de ejemplos.

México tomó una decisión inteligente al dar este primer paso hacia el futuro de la IA. Y es que apuesta por fábricas que producirán modelos de alta calidad y abrirán camino a la siguiente etapa de desarrollo. Admitámoslo, también es un alivio saber que, por ahora, no tendremos que esquivar robots de IA en la calle ni encontrarnos tirados en plena oficina.

Author

  • Christopher Sánchez

    Fundador de Emergent Line, tiene amplio conocimiento en tecnologías avanzadas y geopolítica. Es profesor de IA aplicada en EGADE Business School, y colabora con estudiantes de posgrado y doctorado en IA, negocios y estrategia en Cornell y Stanford GSB. Próximamente se integrará a Harvard University para profundizar su trabajo en soberanía de la IA.

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  • Christopher Sánchez

    Fundador de Emergent Line, tiene amplio conocimiento en tecnologías avanzadas y geopolítica. Es profesor de IA aplicada en EGADE Business School, y colabora con estudiantes de posgrado y doctorado en IA, negocios y estrategia en Cornell y Stanford GSB. Próximamente se integrará a Harvard University para profundizar su trabajo en soberanía de la IA.

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Sobre el autor

Fundador de Emergent Line, tiene amplio conocimiento en tecnologías avanzadas y geopolítica. Es profesor de IA aplicada en EGADE Business School, y colabora con estudiantes de posgrado y doctorado en IA, negocios y estrategia en Cornell y Stanford GSB. Próximamente se integrará a Harvard University para profundizar su trabajo en soberanía de la IA.